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Cierra Espai Sucre, el primer restaurante de postres del mundo

Jordi Butrón pondrá fin el próximo julio a 25 años de escuela y renovación del mundo dulce

Cierra Espai Sucre, el primer restaurante de postres del mundo
Uno de los postres de Espai Sucre.
Mar Rocabert Maltas

Espai Sucre cerrará el próximo 31 de julio, y pondrá la última guinda a 25 años del primer restaurante de postres del mundo. Jordi Butrón lo ha anunciado este miércoles con un vídeo de despedida. “Mis problemas de salud desaconsejan la gestión del día a día de la escuela. Estoy muy tranquilo porque el método Espai Sucre está muy vivo en cientos de alumnos repartidos por todo el mundo que lo utilizan día a día”, cuenta el reconocido cocinero, que ha renovado el mundo del dulce con un método que desafía los ingredientes habituales de los postres, incluyendo una gama mucho más variada y aprendiendo a jugar con los sabores.

Espai Sucre abrió en el año 2000 en la calle Comerç de Barcelona, como una escuela de postres y un restaurante con un menú degustación donde predominaba la parte final de una comida, aunque el festín empezaba con unos bocados más salados. De hecho, el cuestionamiento del azúcar como única opción final para terminar un ágape está en la base de su propuesta, que ya es habitual en restaurantes de alta gastronomía.

La promoción de este curso será la última de la escuela Espai Sucre, situada actualmente en la calle Sant Pere Més Alt, en la parte antigua de la ciudad, donde también está la sala Espai Essence, un salón reservado a los paladares más curiosos donde cada viernes y sábado se ofrece el menú degustación centrado en postres, uno de los más curiosos de la restauración actual.

En este espacio, presidido por una mesa ovalada para una decena de comensales, se sirve un menú basado en tres tapas saladas, cuatro postres y una tapa dulce, con un orden que tiene una intencionalidad de menos a más a nivel de ligereza y textura. Se trata de una experiencia donde los comensales pueden entender qué comen con explicaciones y un vídeo. Disfrutar es el primer objetivo, pero entender por qué unos alimentos funcionan con otros es el segundo.

La sala de Espai Essence, dentro de la escuela Espai Sucre.
La sala de Espai Essence, dentro de la escuela Espai Sucre.

Jordi Butrón asegura que sus problemas no son graves y se solucionan bajando el estrés diario, según le ha recomendado su cardiólogo. Reconoce que el fallecimiento de su padre este año también ha sido un golpe duro y llevaba tiempo dándole vueltas a la necesidad de bajar el ritmo. Así que, después del parón de Semana Santa, ha decidido que era el momento de comunicar una decisión bien meditada. “Llevo 25 años en esto”, exclama, mientras asegura que va a seguir activo pero a otro ritmo. La parte de la gestión del negocio, que no la de su oficio, es la que le pesa más.

Butrón seguirá dando clases y gestionando el concurso The best dessert, que se celebra cada año en el Forum gastronómico de Barcelona y el año que viene publicaré el libro recopilatorio de los 25 años de Espai Sucre, con todas sus recetas. Con este trabajo, Espai Sucre cerrará la puerta de la casa madre de la revolución de los postres, pero muchos otros cocineros y pasteleros ya han abierto otras en restaurantes de todo el mundo.

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Sobre la firma

Mar Rocabert Maltas
Es periodista de tendencias y cultura en la redacción de Cataluña y se encarga de la edición digital del Quadern. Antes de llegar a EL PAÍS, trabajó en la Agència Catalana de Notícies. Vive en Barcelona y es licenciada en Periodismo por la Universitat Pompeu Fabra.
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