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Obras sociales para urbes vivibles

Los nuevos modelos de ciudad aspiran a espacios públicos sostenibles y multiusos que favorezcan la reconexión entre ciudadanos y entorno

Extra Infraestructuras 27/10/24
Lane Oatey (Blue Jean/GETTY IMAGES)

Imagine vivir en una ciudad en la que tarde 15 minutos, o menos, en acudir a su trabajo, a un supermercado, un centro de salud o de ocio, o a un colegio. Es decir, que tenga la mayoría de necesidades cubiertas en un radio de un cuarto de hora caminando o en bicicleta. Esta es la propuesta de la llamada ciudad de los 15 minutos que Carlos Moreno, profesor de la Universidad de París IAE-Panteón Sorbona, popularizó en 2016 y que, con adaptaciones, están aplicando urbes de todo el mundo.

En su opinión, este concepto de una ciudad de cercanía se ha vuelto universal debido a tres factores: el impacto del cambio climático en nuestros entornos urbanos, ya que “la ciudad de los 15 minutos ofrece resiliencia por la proximidad”, afirma; la crisis económica por la que debemos “revitalizar nuestras ciudades y territorios para ofrecer, no solamente empleo, sino recuperar competencias locales que se han perdido”, así como el aumento de la exclusión social y las dificultades de integración para lo que, según este experto, es necesario “recuperar los vecindarios, que el espacio público sea para la gente y no para los autos”. concluye.

Esta propuesta, que bebe de las teorías del urbanista y sociólogo Clarence Perry y de la también urbanista Jane Jacobs, fue acogida por la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, y la capital francesa se ha convertido en uno de los modelos más señalados, aunque no el único, de este paradigma. A él se remite Moreno cuando se le pregunta por un ejemplo: “Lo que hicimos en París cuando la alcaldesa abrió las escuelas los fines de semana; se convirtieron en un lugar que pertenece a la ciudad. Hay 280 escuelas, ahora hay 280 mini parques. La infraestructura se transforma y se convierte en lo más importante, una infraestructura social, que ya no solamente está especializada sino que contribuye a la cohesión social, a que la gente se apropie de su ciudad”, explica Moreno.

Conceptos amables

El de infraestructura social es uno de los conceptos que se están abriendo paso en la planificación de los nuevos espacios urbanos y que también ha saltado a la palestra en boca del sociólogo estadounidense Eric Klinenberg y su libro Los palacios del pueblo. Klinenberg defiende la vital importancia de instalaciones públicas compartidas como bibliotecas, guarderías, iglesias o parques que permitan y nutran las relaciones sociales. “Viene a decir que cuando hay un centro cultural se genera mayor vida social y un reforzamiento del tejido social. Parece una obviedad pero es verdad; cuando hay un tipo de infraestructura que está al servicio del público, obviamente funciona”, apunta Pedro Uceda, profesor y codirector del GISMAT, el grupo de investigación de sociedad, medio ambiente y territorio de la Universidad Complutense de Madrid.

Para favorecer este tipo de espacios, especialmente en ciudades ya consolidadas, adquiere importancia la multifuncionalidad. “Las infraestructuras prestan servicios concretos al ciudadano, pero a menudo solo contemplan una parte específica del problema. Cuando se contemplan de modo integral junto con todos los otros factores paisajísticos, sociales, funcionales, representativos, etc. pueden ofrecer nuevas oportunidades para reconfigurar los barrios, regenerar ecosistemas y plantear nuevas relaciones con el entorno”, asegura Marta García Carbonero, arquitecta y profesora de la Universidad Politécnica de Madrid. No se trata solo de un concepto a tener en cuenta en las nuevas infraestructuras, también es aplicable a las que ya existen. “Si en vez de construir cada vez más lejos infraestructuras especializadas, transformamos las que existen para que sean multiuso, estamos ganando”, señala Moreno. Uceda pone el ejemplo de la próxima carrera popular que recorrerá los túneles de la M30, en Madrid, que ya ha agotado sus dorsales. “Es otra forma de ver la ciudad y todo este tipo de cambios de uso, que son flexibles y que van un poco a romper la homogeneidad, creo que son fundamentales”, señala Uceda.

La movilidad es uno de los elementos fundamentales en estos modelos de ciudad. “Las infraestructuras requeridas para este nuevo concepto urbano potencian la conectividad y la accesibilidad de servicios esenciales. Tienen un propósito claro: reducir la dependencia de los automóviles. Se diseñan calles peatonales y carriles para bicicletas para fomentar la movilidad sostenible y segura, incentivando a las personas a caminar o utilizar la bicicleta”, explica David García Núñez, director de Comunicación de FCC Construcción.

En este sentido, Pontevedra es sin duda uno de los ejemplos más nombrados y premiados por su impulso a la movilidad peatonal. Con alrededor de 83.000 habitantes, la ciudad cuenta con una serie de recorridos a pie que permiten llegar a los principales enclaves urbanos en apenas 20 minutos. Presumen de haber ganado 1,3 millones de metros cuadrados para los peatones, haber reducido sus emisiones de CO2 casi un 70%, y bajado al mínimo su siniestralidad; hay muchos menos coches y los que hay circulan a velocidades muy bajas. “Este tipo de cambios generan dinámicas que hacen ciudades vivibles”, sentencia Uceda.

La costura verde: Boston, Seúl y Madrid

El Rose Fitzgerald Kennedy Greenway, en Boston; la recuperación del río Cheonggyecheon, en Seúl, y Madrid Río son ejemplos en los que grandes zonas cubiertas de asfalto que obstaculizaban la conexión entre barrios se pueden convertir en “costuras verdes”. Es así como las han calificado las arquitectas e investigadoras de la Universidad Politécnica de Madrid Laura Sánchez Carrasco y Marta García Carbonero, autoras del estudio De la grieta de asfalto a la costura verde: tres ejemplos de reconversión urbana. “En los tres casos se ha conseguido que los habitantes disfruten de un espacio que durante muchos años estuvo dedicado al tráfico y que dificultaba la conexión entre barrios cercanos. Las tres ciudades han mejorado la conectividad y la coherencia de su tejido urbano”, señala Sánchez Carrasco.

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