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Edificaciones multiusos

El nuevo Santiago Bernabéu es el penúltimo exponente de una tendencia a construir infraestructuras que albergan distintos usos y funciones y que, además de estadios deportivos, se está expandiendo hacia otros tipos de recintos cuyas ventajas operativas son indudables: versatilidad, resiliencia o flexibilidad

EXTRA INFRAESTRUCTURAS 22/10/23
Rebecca van Ommen (Getty Images)

Tristán López Chicheri, socio y director general de L35 (uno de los estudios de arquitectura involucrados en el diseño del nuevo Santiago Bernabéu) compara las instalaciones deportivas que se construyen actualmente con la arena romana, que tenía diversos usos permanentes —teatro, ejecuciones públicas, lucha de gladiadores, carreras de cuadrigas— y era capaz de adaptarse a eventos especiales: la arena del Coliseo de Roma se inundaba para celebrar naumaquias o batallas navales. El césped del nuevo estadio del Real Madrid no se puede llenar de agua pero sí se retira íntegramente para albergar conciertos o partidos de baloncesto. Y está flanqueado por una zona comercial y otra de restaurantes, ya que el club quiere convertir su campo en un “destino especial de restauración de la ciudad”.

Su vocación de navaja suiza con múltiples funciones hecha de ladrillo es tendencia, a juicio de su arquitecto, y de su constructora, FCC, que además del Bernabéu ha ejecutado, en esta línea, el Civitas Metropolitano (estadio del Atlético de Madrid) y el Wizink Center, Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid, “el mayor representante de centro cultural y deportivo de España”, según el departamento de comunicación del área de construcción del grupo. “Dos de cada cinco infraestructuras deportivas se diseñan para un uso múltiple”, calcula. López Chicheri insiste mucho en la idea de aprovecharlas, dotarlas de vida, rellenar sus tiempos muertos más allá de su finalidad principal. “Los estadios requieren una enorme inversión, pero en ellos se juegan, ¿cuántos?, ¿35 o 40 partidos al año?; se infrautilizan”, lamenta.

A menos que sean versátiles y multimodales, lo que les otorga, a su vez, “resiliencia y flexibilidad de adaptación al cambio constante que la sociedad demanda”, apuntan desde Acciona. Y esto aplica tanto a los complejos deportivos como a cualquier otro tipo de recurso urbano, público o privado. Solo así se aprovechará de manera más eficiente, “proporcionando una solución sostenible y rentable para propietarios y usuarios”, acotan desde Ferrovial. Dice Fidel Carrasco, arquitecto y profesor de Ingeniería de la Universidad Pontificia Comillas, que lo ideal es concebirlos como multiusos ya desde su diseño, porque la multifuncionalidad afecta a la estructura, a las instalaciones y a las comunicaciones, verticales y horizontales. “Implica una inversión más fuerte, pero el retorno también será mayor”, recuerda.

Imagen del interior del nuevo estadio Santiago Bernabéu, en Madrid.
Imagen del interior del nuevo estadio Santiago Bernabéu, en Madrid.Ruben Albarran (SOPA Images/Ligh

Ser un recinto de usos mixtos (al mismo tiempo en diferentes espacios) y multiusos (en distinto tiempo en el mismo espacio) es, a la par, una gran ventaja estratégica y un reto constructivo. En el caso del nuevo Bernabéu, obliga a mover a casi 85.000 personas, “de una manera ordenada”, puntualiza López Chicheri (no estamos hablando de una evacuación de emergencia). Cuanto más usos tiene un recinto, más gente, con motivaciones y rumbos diferentes, lo ocupará. “Cada espacio tiene sus propias reglas, según su función; por ejemplo, en un hospital jamás puede haber unas escaleras entre la entrada y los ascensores, porque no podrían pasar las camillas... Pues imagínate para hacer convivir varios espacios mezclados, cada uno con sus propias reglas”, enfatiza.

A Eugeni Bach, de Bach Arquitectes, le resultó especialmente estimulante diseñar la planta de servicios de la nueva sede del Banco Sabadell, terminada en 2013 en San Cugat (Barcelona). Se llama planta Fórum, está dispuesta debajo de una gran zona verde central, y en ella se entrecruzan todas las actividades, y “pasa todo”: cafetería y comedor, gimnasio, biblioteca, aulas de formación, auditorio. “El primer reto consistió en la estructura”, expone. Si el espacio tiene forma circular, las dependencias se plantean como quesitos, con una entrada más estrecha, perfecta, pongamos por caso, para la recepción que controla el acceso al gimnasio, y más ancha conforme se avanza hacia el interior. Si la cafetería tiene más lúmenes de los que requiere es para aportar claridad al aparcamiento, que es subterráneo y está justo debajo.

Al servicio del sentido común

“Cuanto más complejo el problema, más ingeniosa la solución”, asegura Bach. También para resolver el capítulo instalaciones, el segundo gran reto de aquella obra, con cuestiones críticas como la ventilación, que no ha de ser la misma para la biblioteca que para la parte informática, necesitada de más refrigeración. “Decidimos que los aparcamientos estuvieran ventilados de manera natural”, explica, mediante una sencilla estrategia de lucernarios situados en puntos estratégicos, que ofrecen luz además de aire; la medida evitó instalar costosas maquinarias energéticas y de climatización. Bach opina que siempre se puede orientar mal un edificio y “solucionar tu incompetencia” con maquinaria e ingeniería, pero que lo lógico sería que la tecnología acudiera a solucionar solo aquello que un arquitecto no puede conseguir con sentido común. Y que fuera utilizada con criterio.

López Chicheri defiende el uso de la tecnología constructiva en función de lo que se quiera hacer, y precisa que, en el caso del Bernabéu, ha sido muy necesaria, al tratarse no de un edificio nuevo sino de una reforma, con las limitaciones que ello implica. Parte de su infraestructura es de fibra de carbono, y su cubierta retráctil tiene un incontestable efecto wow. “Hace no tantos años, esa cubierta hubiera sido técnicamente imposible”, se admira Carrasco. Hay secciones de la grada que se levantan con unos brazos mecánicos, permitiendo la entrada de camiones o materiales que preparan el terreno de juego para cosas distintas al fútbol, según ha podido presenciar Carrasco, que ha visitado las obras. “Nos hemos especializado en proyectos técnicamente complejos, para los que ofrecemos una solución técnica innovadora y digital”, saca pecho FCC, que se presenta como pionera en la incorporación de BIM [Building Information Modeling] + SIG [Sistema de Información Geográfica] a sus proyectos.

Sede del Banco Sabadell en San Cugat (Barcelona).
Sede del Banco Sabadell en San Cugat (Barcelona).

Bach Arquitectes ultima un proyecto para transformar una antigua masía en un parque con una guardería más un equipo de atención a la infancia y la adolescencia (EAIA por sus siglas en catalán). “Son dos servicios que dependen de departamentos distintos pero, en vez de duplicar esfuerzos, y encarecer la obra, han decidido aunarlos y que funcionen con un solo sistema de energía y climatización”, describe. No oculta que esta especie de 2x1 genera dificultad en la gestión, pero insta “a ponerse las pilas”. Entre otras cosas, porque las propias ciudades, que crecen e integran estas infraestructuras en sus centros urbanos, presionan para que sean cada vez más multiusos, y estén inactivas el menor tiempo posible. “Pongamos por caso un polideportivo que por las noches se convierte en centro para jóvenes, con alternativas al botellón”, sugiere Eugeni Bach, para quien las instalaciones que “hemos construido como sociedad” tienen la obligación de trabajar más horas, ampliando sus usos.

Los aeropuertos ya hace tiempo que son centros comerciales en el camino de los pasajeros hacia su puerta de embarque”, destaca López Chicheri. Exactamente igual que las estaciones de tren, ubicadas normalmente en el centro de las poblaciones, y generadoras de sinergias con su entorno cercano. Le parece interesante el diálogo entre la ciudad y el edificio multiusos, del que el nuevo Bernabéu es, una vez más, ejemplo de libro. A su juicio, ha de ofrecer beneficios también de puertas hacia fuera, y tiene un importante papel que jugar en la generación de ciudad, en la rehabilitación de espacios devaluados, o en el modelo de ciudad de los 15 minutos, con sus usos mezclados.

Ejemplos por doquier

El director general de L35 se enorgullece de los pegamentos urbanos salidos de su estudio, como su actuación en el Puerto de Málaga, “un proyecto de usos mixtos en sí mismo”. O la transformación del estadio El Campín de Bogotá —situado en una zona “desmembrada” y percibida como insegura por las noches— en un complejo cultural y deportivo con auditorio, área comercial y un “espacio público renovado y de calidad”. Albergará la Filarmónica de Bogotá, varias piscinas olímpicas, un centro de convenciones y un hotel.

Mariluz Sánchez del Moral, subdirectora general de Arquitectura del Ayuntamiento de Madrid, apuesta por los espacios amplios, neutros, “sin elementos que comprometan esa flexibilidad requerida”, susceptibles de ser transformados; diseñados para un funcionamiento modular y adaptable según su uso. “Son espacios anónimos preparados para personalizarse en cualquier momento”, los define. Este punto de partida “de perspectiva abierta” queda plasmado en el proyecto del centro cultural Buenavista, en el que la dirección general de Arquitectura y Conservación de Patrimonio del Ayuntamiento madrileño ha trabajado con Ferrovial. El complejo cuenta con tres volúmenes: el original, Casa de Baños (Edificio 1), al que se le añadió una ampliación en 2006 (Edificio 2), y uno de nuevo cuño (Edificio 3).

Los usos de la Casa de Baños se mantienen —salón de actos y biblioteca— mientras que el Edificio 3 se convierte en un epicentro de multifuncionalidad, merced a una serie de salas multiusos “que satisfacen las necesidades cambiantes de los usuarios”. Se compartimentan con tabiques móviles, lo que les otorga una flexibilidad funcional, aprovechando al máximo el espacio disponible”, reza la memoria descriptiva de la obra. La propuesta “desarrolla un espacio urbano más fluido, conectando el interior del patio del centro cultural con una plaza ubicada en la calle Cartagena”, informan desde Ferrovial. Algo que se consigue elevando el nuevo volumen por encima de la planta baja, y “creando un espacio multifuncional en el que se puedan desarrollar diferentes actividades al aire libre, favoreciendo las interacciones sociales entre las personas”, agregan las mismas fuentes.

Fiesta de San Isidro en el recinto de Ifema, en Madrid.
Fiesta de San Isidro en el recinto de Ifema, en Madrid.Alberto Ortega (Europa Press/Get

Ifema, hacia la multifuncionalidad

El nombre tras el acrónimo Ifema no deja ningún resquicio a la imaginación: Institución Ferial de Madrid. Esa ha sido su actividad desde sus inicios en la Plaza de la Castellana, y la función con la que fueron construidas sus instalaciones del Campo de las Naciones, inauguradas en 1991 y ampliadas en un par de ocasiones más, hasta alcanzar los actuales 700.000 metros cuadrados, con superficies cubiertas de más de 220.000 metros cuadrados. Hasta que en 2016 cambia sus estatutos para poder albergar eventos culturales, lúdicos y deportivos. La diversificación supone no poner todos los huevos en la misma cesta, darle un uso más intensivo a las infraestructuras existentes y aprovechar el tirón turístico de Madrid, viene a decir, de manera menos coloquial, Juan Arrizabalaga, director general de Ifema Madrid.
De los 3,7 millones de visitantes que recibió Ifema en 2022, 1,1 millones acudieron a ver una exposición, disfrutar de un concierto o asistir a un espec­táculo. “Hemos tenido que dar un repaso a nuestras infraestructuras para los nuevos usos”, reconoce Arrizabalaga. Aunque han sido, más bien, ajustes de no excesiva envergadura. El hecho de que los pabellones sean diáfanos ha permitido transformar su interior para distintos usos sin necesidad de modificaciones estructurales. Eso se ve claramente cuando llega Ifema Madrid Horse Week, el campeonato de hípica, y una parte del pabellón 12 se convierte en zona de saltos para los caballos. Actualmente se representan dos musicales permanentes en el recinto: WAH Madrid, que une música y gastronomía, y Malinche, la megaproducción de Nacho Cano.
Con vistas al futuro, el recinto sí tendrá que ampliarse para contemplar espacios con nuevos usos, ya que Ifema se prepara para acoger un Gran Premio de Fórmula 1 (proyecto sobre la que la institución no hace comentarios) y trabaja en su Bulevar de los Musicales, en el que habrá restaurantes y teatros de grandes dimensiones, “que no existen en el centro de Madrid”, según puntualiza Arrizabalaga. Aunque esta idea de “complementar la oferta de restauración y espectáculos de la ciudad” se encuentra aún en fase administrativa, y quedan años para que vea la luz, según advierte.

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