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Lento avance del hidrógeno verde

Este año concluirá con progresos en infraestructura y regulación, pero los contratos a largo plazo, el repostaje y el almacenamiento son desafíos pendientes

En 2024, la concentración de CO₂ en la atmósfera alcanzó un récord histórico, el mayor desde que existen mediciones modernas, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Los expertos alertan: acelerar la transición a energías limpias es urgente, y el hidrógeno verde es una pieza clave en dicho proceso. Se produce a partir de agua mediante electrólisis usando electricidad renovable, genera energía casi sin emisiones y puede transportarse y almacenarse fácilmente, convirtiéndose en un vector clave para descarbonizar sectores difíciles de electrificar, como la industria, la aviación o el transporte marítimo. Aun así, su despliegue avanza más despacio de lo previsto. “Estamos viviendo un cambio de paradigma energético”, explica Javier Brey, presidente de la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2), a los que se impacientan. “Avanzamos, pero los obstáculos son inevitables”, reconoce.

El primer reto es la infraestructura. Europa prevé 323 gasoductos que suman más de 50.000 kilómetros. En España, la apuesta principal es el corredor H₂Med, impulsado por Enagás, que conectará la Península con Francia y Alemania mediante 6.000 kilómetros de tuberías, un 35% reutilizadas. Con capacidad para transportar dos millones de toneladas anuales, se espera que esté operativo en 2032 y cubra el 10% de la demanda europea. En los últimos meses ha alcanzado varios hitos: ha recibido 97,2 millones del Connecting Europe Facility y ha sido declarado “proyecto emblemático” por Francia, Alemania y la UE. Además, se ha constituido la entidad especial BarMar entre los gestores de red de transporte español y franceses y la interconexión con Portugal está a las puertas de su evaluación ambiental.

Más claridad normativa

El segundo obstáculo ha sido la falta de una regulación clara. “Necesitamos normas globales para un mercado global”, señala Brey. En 2025 se han dado avances: la Directiva europea RED III, que regula los combustibles renovables no biológicos y fija objetivos de emisiones, se está trasponiendo a la legislación española y, pese al retraso, podría entrar en vigor antes de fin de año.

Con la infraestructura y la regulación avanzadas, el siguiente reto son los contratos a largo plazo, vitales para financiar plantas. Sin ellos, bancos e inversores no arriesgan. Alemania ha lanzado H₂Global, que asegura compras a precio estable y reduce la brecha entre el hidrógeno verde (entre 4-8 euros por kilo) y el convencional (por debajo de los tres euros). Con todo, España junto a Alemania se consolida como líder en hidrógeno verde. Según la Asociación Española del Hidrógeno hay 399 proyectos que podrían movilizar 33.000 millones de euros. Los más avanzados, 145, suman 13,3 gigavatios (GW): cinco producen ya 30 megavatios (MW); siete han cerrado financiación (sumaban 153 MW), y 35 prevén hacerlo antes de diciembre (suponen 3,5 GW). “Para principios de 2026, señalan, España podría alcanzar casi cuatro GW, cumpliendo el primer hito de la hoja de ruta del gobierno”.

Para acelerar los proyectos se han creado los Valles de Hidrógeno, agrupando producción, distribución y consumo en clústeres industriales. Bajo H2 Valles se impulsan siete proyectos en Aragón, Andalucía, Castilla y León, Cataluña y Galicia, con 2.292,8 MW de electrólisis y casi 6.000 millones de euros de inversión. Participan actores como Moeve, Acciona, Repsol e Iberdrola. Esta última desarrolla la planta de 20 MW de Puertollano, con Fertiberia, y el electrolizador de la Zona Franca de Barcelona, que abastece autobuses. Repsol y BP construyen en Cartagena una planta de 100 MW para producir hasta 15.000 toneladas anuales.

Además de grandes compañías españolas, empresas internacionales han apostado por el mercado nacional. La francesa Lhyfe, que produce más de cuatro toneladas diarias en Francia y Alemania, construye en Vallmoll (Tarragona) una planta de 15 MW que entrará en operación en 2026, con producción de cuatro a cinco toneladas diarias. Este verano ya suministró hidrógeno al sector cerámico valenciano, sustituyendo el 100 % del gas natural. Franz Bechtold, su director comercial en España, subraya que “Vallmoll acercará el hidrógeno a los clientes donde no hay infraestructura, reduciendo costes”.

El despliegue de estaciones sigue siendo el talón de Aquiles. Hoy funcionan apenas media docena, ninguna pública, lejos del centenar previsto para 2030. “España está aún muy lejos de cumplir sus objetivos”, advierte Francisco Montalbán, presidente de Clantech, una empresa de ingeniería andaluza especializada en el diseño de plantas de hidrógeno. En España, uno de sus proyectos más relevantes es el desarrollo de la Hidrogenera para buses de la empresa de Transporte Metropolitano de Barcelona (TMB). “En Suecia, cubrir la diferencia de costes entre camiones diésel y de hidrógeno ha impulsado la inversión y la apertura de hidrogeneras”. Montalbán no cree que las penalizaciones por CO₂ de 2027 sean la palanca y añade: “No será con multas, sino con ventajas económicas, como se activará de verdad el mercado.”

Electrólisis y cavernas salinas

La electrólisis, base del hidrógeno verde, aún enfrenta desafíos de eficiencia. Lluis Soler, investigador Ramón y Cajal en la Universitat Politècnica de Catalunya, del CER-H2, explica que “la eficiencia actual de los electrolizadores maduros ronda el 70%; es decir, un 30% de la electricidad se disipa como calor”. Actualmente existen electrolizadores alcalinos, de membrana PEM y aniónicos, “pero serán los de óxido sólido de alta temperatura los que lograrán mayor eficiencia y menor consumo de agua, pero aún están en fase de I+D”, añade. También se está aplicando a la electrólisis para simular escenarios operativos y gestionar la variabilidad de la energía renovable, reduciendo costes y optimizando producción.

Otro reto crítico es el almacenamiento. Según Soler, el hidrógeno “puede actuar como un auténtico stock de invierno: se produce en primavera y verano y se consume en los meses fríos, equilibrando la red eléctrica”. Una opción es guardarlo en cavernas salinas. Estudios de algunas universidades alemanas establecen que estas cavernas podrían cubrir hasta el 66% de la demanda eléctrica mundial y hasta el 85% con cooperación internacional. Enagás ya tiene previstos dos proyectos; uno de ellos (North-1, en Cantabria), almacenará 13.767 toneladas de hidrógeno para 2030.

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