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Viento y sol que sacian la sed energética

El auge de las energías verdes las ponen en buena posición para compensar gran parte del alza en la demanda mundial de electricidad y de gas ruso

Extra Energía 21/05/23
Justin Paget (GETTY IMAGES)

Estamos al principio del final de la época fósil. Cada nuevo estudio sobre diagnóstico y previsión de renovables lo confirma con más contundencia que el anterior. El más reciente, publicado hace 10 días por la Universidad de Oxford, ha puesto fecha en Europa al fin de las importaciones de gas ruso: 2028, si previamente se invierten unos 811.000 millones de euros en energías verdes.

Antes ya, otros dos análisis mundiales habían animado las expectativas. Primero el Informe del mercado eléctrico 2023 de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), seguido por el Global electricity review 2023 del think tank Ember (que representa al 93% de la demanda eléctrica global). Este último suma a las halagüeñas perspectivas de futuro que acaban de llegar desde Inglaterra su balance de 2022; cuando eólica y solar supusieron el 12% de la electricidad mundial (un 2% más que el año precedente). Malgorzata Wiatros-Motyka, su principal autora, enfatizó sobre tal cambio de ciclo al presentarlo hace un mes. “El escenario está preparado para que viento y sol alcancen un ascenso meteórico (…) La electricidad limpia reconfigurará la economía mundial (…)”.

No puede ser de otra manera, pues de aquí a 2030 estas dos energías aventajadas, que han crecido casi 20 puntos y atendido hasta un 80% del aumento de la demanda, deberán producir el 41% de la electricidad total, según los expertos de Ember. Es decir, más que triplicar ese 12% de ahora.

El porcentaje crece si ponemos el foco en Europa, que “se ha convertido en la casa de las renovables”, opinó Ursula von der Leyen en la Cumbre del Mar del Norte celebrada el pasado abril. Y este mes, ha sido el Oxford Sustainable Finance Group el que ha avanzado que, en solo cinco años, la UE puede quedar liberada del gas ruso gracias a las energías renovables y al uso de bombas de calor, con una inversión requerida de 706.000 millones de euros y 105.000 millones, respectivamente, señalaba Gireesh Shrimaldi, coautor del trabajo.

Pero es que ya, en el presente, en la UE se vive un momento histórico. Por primera vez, la producción de renovables está un punto por encima de la de combustibles fósiles, y con un objetivo vinculante de generación limpia para 2030 que ha pasado del 32% prefijado a un 42,5% (eso sí, “tras una negociación costosa”, expresó la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, una vez culminada). El año pasado, ya el 22% de la electricidad de la UE se generó a partir de energía eólica y solar. Y al menos siete países miembros superaron el tercio de generación con ambas alternativas, entre ellos España (33%).

España, líder en fotovoltaica

Hitos, a los que se acaba de sumar uno más, también relativo al mercado español: en energía fotovoltaica, el país asciende al primer puesto mundial en cobertura de la demanda, gracias al astro rey. Así lo ha anunciado la AIE, “gracias a un cómputo que incluye el autoconsumo, un concepto que no se suele sumar. Al hacerlo, España pasa a la cima del ranking, puesto que alcanza con el 20% de la producción”, detalla Alejandro Diego Rosell, profesor de energías renovables en EOI y consultor en Nuvix Consulting. Precisamente, el auge de las comunidades de energías renovables y las comunidades ciudadanas de energía ha llevado al Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico a lanzar su propuesta para regular ambas figuras dada la velocidad de desarrollo. “La potencia instalada se ha multiplicado por 20 desde 2018 y supera los 5 GW”, indican fuentes ministeriales.

Si a esta posición aventajada de España en lo fotovoltaico le unimos el aporte de la eólica, entendemos las buenas estimaciones de Red Eléctrica Española (REE), que ve posible que se alcance el 42% de cuota este mismo año y, sin tardar, el 50% del mix de generación español.

Por desgracia, las diferencias entre países, continentes e incluso regiones dibujan un mapa poco homogéneo y no solo en lo solar. Damilola Ogunbiyi, representante del secretario de la ONU para el programa Energía sostenible para todos, fue clara en la presentación del informe de Ember: “Es necesario hacer mucho más para que los países en desarrollo no se queden rezagados”.

Extra Energía 21/05/23
Eloi_Omella (GETTY IMAGES)

Ampliando de nuevo el zoom a todo el planeta y retomando el estudio del mercado eléctrico de AIE, queda claro que la India, China y el sudeste asiático acapararán casi tres cuartas partes del alza de la demanda global los próximos tres años. Porque cada mercado tiene sus peculiaridades y, como dice Rana Adib, directora de REN21, comunidad global de actores en renovables, la evolución de estas fuentes limpias “es la clásica historia de desafíos transformados en oportunidades”, unos retos cada día más condicionados por el clima. Lo dijo aludiendo al documento Renewables global status report (GSR), que vio la luz en marzo y que explora ese ascenso de “las fuentes energéticas resilientes, fiables, estables y asequibles” en los cuatro sectores de mayor demanda: edificios, industria, transporte y agricultura. Todo ello considerado como una consecuencia de “la denominada policrisis global”, en palabras de Adib. Dado el panorama, responsables políticos y líderes de mayor consumo energético se han visto abocados a conocer y reconocer los beneficios de las renovables, “como fuente local de energía que garantiza la seguridad de suministro y de costes”.

Los altos precios de la energía, en concreto del gas, derivados de la repercusión de la guerra de Ucrania, han animado a la búsqueda de soluciones no fósiles. Y no solo en los hogares, donde la pobreza energética ha estado más presente que nunca, también las industrias se han visto obligadas a reducir su producción en este escenario y, por tanto, a ralentizar el crecimiento económico.

Los contratos de compraventa de energía a proveedores de renovables, los conocidos como PPA (power purchase agreements), que permiten a los usuarios establecer tarifas fijas en el largo plazo, aumentaron un 21% el año pasado solo en Europa, es decir, seis veces por encima del crecimiento récord de la capacidad de energía renovable instalada por las empresas de servicios públicos en 2022.

Inversión en fósiles

Pero REN21 no se queda ahí. A su vez, denuncia las barreras que para las renovables supone seguir invirtiendo en proyectos de extracción de combustibles fósiles. Al seguir subvencionando las energías tradicionales, más contaminantes, “los responsables políticos muestran que no se toman en serio las múltiples crisis económicas, sanitarias y de otro tipo a las que nos enfrentamos (…). Dichas subvenciones no permiten que las energías renovables compitan en igualdad de condiciones y, por desgracia, concentran los beneficios y las ganancias en manos de unos pocos”, comentó Arthouros Zervos, presidente de REN21.

Como consuelo, erraron los agoreros que pronosticaban la vuelta al carbón dado el incremento de los precios del gas. Sin embargo, según Ember, este apenas ha aumentado su producción en un 1,1% en todo el mundo y tampoco la generación de gas (cayó el 0,2%).

Y es que, a pesar de los progresos, no todo el monte es orégano y “aún queda mucho por ver”, opina Fernando Ferrando, presidente de Fundación Renovables, quien considera que “2023 va a ser un año para mirárselo con lupa”. Él se refiere al sector en España, donde “como en el resto de los países europeos, las propias dinámicas impulsadas por la Comisión han favorecido el crecimiento, pero nos queda por ver la otra cara, la peligrosa, del Real Decreto Ley 22/2022, que reduce las exigencias de los estudios medioambientales y que también limita las posibilidades de hacer alegaciones. Veremos cómo se comportan las grandes plantas, que desde luego no son corderitos”, comenta.

Para Ferrando hay varios factores que pueden hacer que “la hoja Excel del business plan deje de cumplirse si cambian los precios y empiezan a aparecer ceros”. Entre estos, las bajadas del precio del gas, de la demanda y de las exportaciones a Francia (que fueron de 14 teravatios en 2022), frente al imparable ascenso del volumen de renovables y del autoconsumo —que de los 8.312 MW de potencia renovable instalada el ejercicio pasado ya supone 2.649 MW—. “Casi un tera del autoconsumo español se desaprovecha. Sería clave meterlo en la red, pues hablamos nada menos que de medio punto de la producción eléctrica total”, añade.

Para el experto, en los meses que tenemos por delante, serán también trascendentes tanto las subastas que saque el Gobierno, “porque, aunque no se ejecuten en este año electoral, sí podrán dar una señal de precio”, como los arbitrajes de España en otros países. Con el último tema pone el dedo en la llaga, pues España acumula unos cuantos millones de pérdidas en pleitos internacionales y la deuda a los fondos inversores en renovables, heredada de gobiernos anteriores, se ha convertido en el nuevo quebradero del Ejecutivo, so pena de confiscar sus bienes en los países que reclaman (Gran Bretaña y Australia).

Además, hay otras sombras en el avance de las renovables. Por ejemplo, la necesidad de mejorar su almacenamiento para evitar que haya vertido eléctrico. “La energía fotovoltaica crece a ritmos que complican su acumulación y la eólica pierde ya entre 5 y 8 GW por falta de capacidad de la red (el doble de lo que consume en un día La Rioja). Esto obliga a realizar restricciones técnicas, sobre todo en las horas centrales del día, que, aunque aún no son preocupantes, van a ir a más si no se ataja pronto”, apunta Alejandro Rosell.

Cambio climático

Las temperaturas de las últimas semanas tampoco han ayudado, a pesar del alivio relativo que ha traído mayo. Es reseñable la alta participación que la energía solar ha tenido este invierno. Tal y como explica el profesor de EOI, “en enero y febrero hemos tenido picos de generación de más del 30% y en el mes presente, superiores a los 15 MW, “lo que es más del 50% del consumo nacional en estos momentos”. Y “si añadimos la generación eólica, hidráulica, etcétera, cada vez hay más horas en las que el mercado intradiario se va a cero. Por tanto, precios a la baja en el pool y paradas de eólicas por falta de capacidad en la red”.

Estos excesos, no exclusivos de la zona mediterránea, ponen a los responsables políticos en el centro de la diana. Wiatros-Motyka avisa: “El cambio se acerca rápidamente. Sin embargo, todo depende de las medidas que tomen ahora los gobiernos, las empresas y los ciudadanos para poner al mundo en la senda de la energía limpia en 2040″. El carbón produjo el 36% de la electricidad mundial en 2022, lo que sigue complicando los objetivos de cero neto emisiones planetarias. El despliegue de la energía eólica y solar debe crecer de forma urgente; no es que sobre generación renovable, sino que debe gestionarse de una forma acompasada a su evolución. Hay un dato de Ember que amplía la confianza: la electricidad, en 2022, ha sido la más limpia de todos los tiempos, con 436 gramos de CO2 por KWh producido. Aun así, 2023 dejará corta la marca.

La guerra por el talento se recrudece

Hablamos de un mercado donde no hay tiempo de reacción. Conforme crece la cuota de energías renovables es más necesario rifarse a los profesionales especializados. “Desde hace dos años, las contrataciones de estos perfiles se cierran a la carrera; escasean, los relacionados con generación de negocio, tramitación de proyectos, regulación y fluctuación de precios. Es algo que sucede en todo lo energético, da igual qué tecnología, aunque se ha recrudecido en el autoconsumo fotovoltaico”, concreta Ana Campos, directora de energy & utilities de Catenon, multinacional dedicada a la búsqueda de estos talentos. 
“Trabajamos como partner que se adelanta a las necesidades del cliente”. No solo pasa en España, “donde los sueldos han sufrido una inflación del 20% en estos segmentos, también en Italia, Polonia, Rumania…”, enumera. La Asociación de Empresas de Energías Renovables contabiliza 25.0000 empleos relacionados con la generación limpia, 45.000 considerando los inducidos.

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