Cómo evitar que tu gato se maree en el coche: habituarlo al transportín, usar feromonas faciales o evitar que coma
Mientras que a los perros les gusta salir de casa, a los felinos no tanto. Proporcionarles un ambiente agradable a la hora de desplazarse en coche ayuda a que se estresen menos durante el trayecto
Los gatos tienen fama de ser animales independientes, indómitos y curiosos, pero viajar en coche no forma parte de sus planes preferidos. La diferencia entre perros y gatos a la hora de salir de casa en coche o en otros vehículos de transporte es que a los primeros, por lo general, les gusta descubrir territorios diferentes al habitual: “Pero a los gatos les resulta estresante salir de su hogar porque son animales muy territoriales y encuentran en su casa un pilar fundamental para su seguridad”, explica Ángela González, doctora en Veterinaria, diplomada por el European College of Animal Welfare and Behavior Medicine y acreditada por la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (AVEPA) en Medicina del Comportamiento. Por eso, González recomienda “evitar que el gato viaje si se estresa mucho y que se quede en casa al cuidado de alguna persona que lo visite con frecuencia”.
Un felino puede permanecer solo hasta tres días con sus necesidades de alimento y agua cubiertas. De hecho, la nueva Ley de Bienestar Animal hace referencia a que los gatos no deben permanecer solos más de 72 horas y que, de estar más tiempo sin compañía, necesitan la supervisión de un cuidador que garantice su bienestar, limpie el arenero y renueve la comida y el agua con regularidad. Aun así, acostumbrar a los felinos a los viajes o salidas de casa desde que son cachorros es fundamental.
“Hasta los dos o tres meses de edad, el gato aprende a lo que hay que tener miedo o no. Es el momento en que aprenden a socializar de manera temprana y la oportunidad ideal para que asocie los viajes con algo positivo”, asegura Valentina Aybar, veterinaria especialista en gatos, acreditada en Medicina Felina de la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (AVEPA) en el Hospital Felino Madrid. Ella aconseja “realizar trayectos cortos al principio con destino a ambientes seguros, donde el animal tenga su arenero, comida y los accesorios de juego que le gusten”.
El gato tiene unas necesidades diferentes a los perros a la hora de viajar para conseguir que el desplazamiento resulte seguro y satisfactorio. Aquí van unas pautas:
- Habituar al felino al transportín o receptáculo de viaje. Se puede conseguir dejándolo a su alcance en casa, con la puerta abierta para que acceda a él si quiere. Además, es recomendable ponerlo cómodo, por ejemplo, con una colchoneta para que lo asocie a un lugar agradable donde estar. También se pueden introducir sus juguetes o algo de comida y felicitar al felino cuando lo utilice.
- Usar feromonas faciales felinas en el receptáculo de transporte. Al desprender un olor específico, lo convertirá en un lugar atractivo que les atrae y calma. Una vez que ya se ha acostumbrado a entrar en el transportín en casa con la puerta abierta, los siguientes avances pasan por cerrar la puerta y meterlo en el coche sin arrancar, para terminar por hacer trayectos cortos al principio. También se puede cubrir el transportín con un tejido ligero, si se detecta que el animal se siente así menos estresado y más protegido. Siempre hay que llevar el transportín sujeto con el cinturón de seguridad para evitar movimientos bruscos y desplazamientos dentro del vehículo.
- Evitar que coma antes del viaje. Para así prevenir mareos.
- Consultar al veterinario. Un especialista puede asesorar sobre el uso de determinados fármacos que disminuyen la sensación de ansiedad durante los desplazamientos.
- No sacar nunca al gato de su receptáculo. Se puede asustar y provocar un accidente.
- Llevar empapadores. Lo ideal son varias capas dentro del transportín para cambiarlos en caso de que se ensucie, sin necesidad de sacar al animal.
El trasportín de los gatos, clave para un buen viaje
El receptáculo donde viaja el felino es fundamental para que asocie las salidas de casa con una situación los más segura y agradable posible. “Es conveniente que sea desmontable, de un material que se limpie con facilidad y que tenga un sistema para anclarlo al cinturón de seguridad”, indica la veterinaria especialista en gatos, Valentina Aybar. Entre sus recomendaciones está “limpiar el transportín después de cada viaje con detergentes enzimáticos que evitan las bacterias que provocan olor desagradable y que el gato relaciona con el estrés”. El olor del receptáculo de viaje del felino es clave para que se sienta seguro y a gusto. El uso de las feromonas faciales sintéticas, que puede prescribir el veterinario, aplicadas media hora antes del desplazamiento en cada esquina del transportín y en el coche, ayuda a disminuir el estrés del animal.
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