El Gobierno se enreda con la fecha para reabrir la frontera terrestre
La ministra de Industria apunta al 22 de junio y se ve obligada a rectificar horas después
El Gobierno se ha rectificado una vez más a sí mismo con los planes de fechas para la desescalada. La ministra de Turismo, Reyes Maroto, ha apuntado este jueves en un encuentro con la prensa internacional que España reabrirá el 22 de junio sus fronteras terrestres con Francia y Portugal, cerradas a finales de marzo dentro de las medidas aplicadas para combatir la pandemia del coronavirus. “En el caso de Francia y Portugal, quería también confirmaros que a partir del 22 de junio se van a quitar las restricciones en la movilidad terrestre”, ha señalado la ministra, informa France Presse. Maroto ha indicado que “en principio (...) se eliminarán las cuarentenas” de 14 días impuestas ahora a las personas que entran en España. La titular de Industria fue muy clara en la comparecencia con los corresponsales. Sin embargo, dos horas después el Gobierno ha publicado una nota aclaratoria en la que rectifica por completo a la ministra.
“Con arreglo al principio de gradualidad, y teniendo en cuenta los compromisos anunciados de reapertura del turismo internacional, la movilidad internacional segura tendrá lugar a partir del 1 de julio. El Gobierno mantiene contacto permanente con la Comisión Europea y con los Estados miembros para coordinar y armonizar la eliminación progresiva de las restricciones en los controles de las fronteras intraeuropeas”, señala la rectificación. Este texto confirma que “a partir de la finalización de la vigencia de la última prórroga del estado de alarma, se recupera la movilidad dentro del territorio nacional”. Esto es, como había apuntado el presidente, a partir del 21 de junio los ciudadanos residentes en España se podrán mover libremente por todo el país. Maroto apuntó que inmediatamente después se reabrirían las fronteras con Francia y Portugal, pero el Gobierno la desautorizó rápidamente con una nota de prensa del Ministerio de Industria que distribuyó La Moncloa.
Inicialmente, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció que con carácter general la movilidad internacional se restauraría el 1 de julio. Fuentes gubernamentales sugirieron que esa fecha podría adelantarse para Baleares y Canarias, muy dependientes del turismo extranjero y menos afectadas por el virus que otros territorios españoles. Maroto dio un paso más al citar a los vecinos más próximos de España como los países con los que se restablecerá la circulación terrestre —la titular de Industria no ha señalado nada del resto de conexiones— justo cuando decaiga el estado de alarma, sin esperar a julio. Pero el movimiento resultó precipitado.
En el encuentro con corresponsales, Maroto señaló que, en principio, las controvertidas cuarentenas que España estableció para los viajeros provenientes del extranjero —los pocos que ahora pueden viajar— al entrar en el país se suprimirían. Aun así, la ministra matizó que este levantamiento de la cuarentena se haría pactando con los países a los que se elimine el veto y en función de la incidencia de la enfermedad en cada uno de ellos. Precisamente Francia fue uno de los que peor encaró la imposición de cuarentenas en España y anunció una medida recíproca para los ciudadanos provenientes de territorio español.
El Ministerio de Exteriores siempre defendió que la medida de cuarentena, que afecta principalmente a españoles que regresan del extranjero y de la que están exentos los trabajadores transfronterizos y las personas que acrediten causas de fuerza mayor, decaería cuando se restaurara la libre movilidad. Fuera de ese terreno, el anuncio de Maroto contrastaba con el criterio que hasta ahora ha defendido el ministerio que dirige Arancha González Laya para restaurar la libre circulación: aplicar criterios homogéneos, transparentes y no discriminatorios. El Gobierno defendía abrir las fronteras a todos los países del espacio europeo Schengen de libre circulación, al resto de países de la UE e incluso a Reino Unido, ahora inmerso en el periodo de transición del Brexit que garantiza unas condiciones casi idénticas a la pertenencia al club comunitario. El Ejecutivo contemplaba, eso sí, excepciones ligadas a la incidencia de la pandemia y apelaba a los criterios que fijara el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades para descartar eventualmente a algún país.
Fuentes del Ministerio del Interior, que tiene la responsabilidad sobre el control de fronteras, ya señalaban antes de que se hiciera pública la rectificación que esta fecha del 22 de junio está encima de la mesa, pero aclaraban que no estaba cerrada porque depende de varios factores, entre ellos la situación de la pandemia en los países vecinos. Portugal, que decretó el estado de alarma sin ningún muerto y antes que España, fue un ejemplo por su capacidad rápida de control de la epidemia, pero ahora está sufriendo un rebrote y tiene contacto muy estrecho con Brasil, uno de los países más afectados del mundo.
Estas fuentes de Interior señalan que hay contacto prácticamente diario entre España, Francia y Portugal y cada semana se celebra una reunión ministerial de la UE para evaluar la situación y coordinar las decisiones. Este viernes será la siguiente. Más compleja parece la situación de Marruecos, otra frontera en la que el tráfico es intenso. También con las autoridades de este país hay contacto permanente pero parece muy improbable que se pueda reabrir la frontera al mismo tiempo que se haga con dos países de la UE como España y Portugal. Entre otros motivos porque Marruecos mantiene sus fronteras cerradas, tanto para las entradas a su país como para las salidas, aunque se están haciendo excepciones para españoles que desean regresar.
Pese a esta rectificación en toda regla de las palabras de Maroto, parece evidente que el Gobierno ha dado un claro giro en las últimas semanas y ha acelerado todos los planes de la desescalada. Ahora es el Ministerio de Industria y Turismo, dirigido por Maroto, el que ha cobrado mucho protagonismo en las decisiones ante la necesidad imperiosa de recuperar en lo posible un sector que implica el 12,3% del PIB y el 12,7% del empleo en España. Sin embargo, en esta ocasión la ministra ha ido demasiado rápido en el anuncio y el Gobierno ha dado marcha atrás rápidamente cuando la noticia ya estaba en todos los medios y estaba provocando las primeras reacciones de sorpresa del Gobierno portugués, que no tenía pactado este asunto y que ya estaba pidiendo explicaciones al Ejecutivo español.
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