El Jardín Secreto donde se une la creatividad y la cultura contemporánea

En el Centro Cultural ‘Espacio Open’ la imaginación y el poder de inventar objetos útiles para la vida cotidiana son más que bienvenidos. Ubicado en la isla artificial de Zorrotzaurre, un terreno formado después de de la excavación del canal de Deusto en la villa de Bilbao, los responsables de que todos los diseños dibujados en la mente se conviertan en una realidad tienen entre ceja y ceja ayudar a todos aquellos profesionales que buscan explorar sus capacidades. Todos ellos persiguen crear algo único, que se salga de la norma establecida. En la Manhattan de Bilbao, como ha sido catalogada popularmente la isla, tienen cabida todo tipo de ideas y diseños. Teniendo como base una impresora 3D para la creación de proyectos, la Maker Faire de este año ha recibido diseños obtenidos a base de un patrón de crecimiento diferencial, con piezas que son una prueba de un escaneo en vivo que utilizan la estrategia de fotogrametría. Esta es una técnica consistente en el estudio pormenorizado de la forma y dimensiones de cualquier objeto a través de procesos de grabación e interpretación de imágenes fotográficas.

‘Diseña cualquier cosa, hazlo en cualquier parte’. Este es el lema de la novena edición de la Maker Faire, un Festival dirigido a diseñadores, artistas y profesionales de Tecnologías Creativas, Diseño y Fabricación Digital. El ‘Hazlo tú mismo’, esa práctica basada en la fabricación o reparación de objetos sin ayuda de nadie, está presente en las mentes de todos los participantes. La impresora 3D que copaba el protagonismo en la última planta de la antigua Fábrica de Galletas Artiach estaba especialmente pensada para la impresión de pastas cerámicas mediante una técnica que utiliza un material que no requiere aditivos, al utilizar todos aquellos que pueden ser vistos en cualquier tienda de cerámica, como barros rojos o porcelanas. El arquitecto Japi Contonente, instructor del workshop y fundador de Jetclay, explica cómo está organizada la novena edición: “Recibimos 19 proyectos, de los cuales nos quedamos con ocho. Lo que pedimos es un perfil potente. Aunque, eso sí, no habrá ganador. Todos somos ganadores solo con estar aquí”, recalca.

Distintas historias pero mismos objetivos

En la isla artificial de Zorrotzaurre se entremezclan muchas historias durante los quince días de la feria. Todas ellas tienen un nexo en común: crear objetos de manera artesanal, con la condición de utilizar tecnología y herramientas que se basen en la impresión 3D. Sara Stenlund nació en Suecia y se formó en la Academia de Arte de Florencia. Sus obras reflejan la exploración del misticismo, la espiritualidad y la conciencia humana. Tony Gutiérrez aterrizó en Bilbao proveniente de la ciudad mexicana de San Luis de Potosí. Su pasión por la tierra y las plantas dio como resultado la creación de un humidificador de aire que funciona sin electricidad. Y Julián Trotman es un ex- jugador de baloncesto y fútbol americano que cambió los terrenos de juego por el mundo maker. Asegura que las máquinas le dan la misma libertad que el deporte. Estas son solo algunas de las vidas que se mezclaron durante la puesta a punto de los proyectos. Un punto de encuentro en medio del desierto.

Todas las historias se entremezclan dos plantas más abajo de donde nacen los proyectos. El Jardín Secreto es el punto de encuentro, allí donde los protagonistas de la Feria se relajan en la terraza habilitada para ello. La Antigua Fábrica de Galletas de Bilbao es donde la gente enseña sus conocimientos. Y en donde el conocimiento de cada uno se une con aquellos que desean aprender un poco más del arte de crear a partir de una idea preconcebida. Bilbao es solamente una de las más de 200 ciudades de todo el mundo que acogen este tipo de eventos, enfocados en la cultura digital y del uso creativo de las tecnologías. Karim Asry, co- fundador de la Feria, deja claro que la creatividad individual no tiene límites: “Todo empieza en la cabeza de los protagonistas. Cualquier cosa que se pueda imaginar, en el fondo se puede hacer”.

El declive industrial y social ha dado paso a un espacio en donde la innovación y el emprendimiento se encuentran a la orden del día. Desde la primera edición, celebrada en 2013, la de Bilbao se ha convertido en un referente para todos aquellos profesionales que hacen realidad lo que está en sus mentes. Lo más importante es la inquietud, el hecho de aspirar siempre a cotas más altas. La organización del evento coincide en que el futuro a corto plazo traerá avances significativos en el campo de la informática, la tecnología y la ciencia. Sin embargo, y tal como señalan desde la organización de la Maker Faire, la edición de este año “es solo el comienzo”. Se trata, por tanto, del punto de apoyo necesario para crear todo tipo de tendencias. El Jardín Secreto en donde se encuentran todo tipo de perfiles. Allí donde la creatividad y la cultura van de la mano los 365 días del año.