La odisea del metro de Madrid en hora punta: trenes llenos, andenes sin acceso por las aglomeraciones y ‘pastores’ de pasajeros
Usuarios y oposición denuncian el caos de las mañanas en el suburbano, y Ayuso reconoce una situación “muy difícil” en la movilidad
La de este jueves es una mañana excepcional en el Metro de Madrid: la compañía no ha comunicado incidencias en el servicio, y los usuarios no han llenado las redes sociales de quejas sobre los retrasos y las aglomeraciones. Porque subir al metro de Madrid en hora punta se ha convertido en una auténtica pesadilla para los cientos de miles de personas que recorren la región diariamente a través del suburbano. Día tras día, los viajeros se topan con los mismos problemas en la hora punta de la mañana: trenes llenos, andenes repletos, accesos cortados para evitar el exceso de aforo y frecuencias de los convoyes que consideran insuficientes. A eso se refiere en parte este jueves la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, cuando aprovecha el pleno de control a su gobierno para reconocer una situación “muy difícil” para la movilidad y el transporte público por las múltiples obras que hay en la capital.
Sirve de ejemplo lo ocurrido el miércoles en la estación de Avenida de América, donde Metro cerró el acceso al andén de la línea 7 ante las aglomeraciones.
Alrededor de las 8.15, decenas de pasajeros informaron de que las autoridades del Metro habían cerrado el acceso. Un portavoz de la empresa explicó que fue “necesario hacer dos microcortes de acceso a dicho andén, resueltos en pocos minutos con la llegada de los siguientes trenes” ante una “mayor afluencia de usuarios” de la habitual. Esa aglomeración habría sido provocada por un desalojo en un tren en Parque de las Avenidas y porque solo está operativo el andén central de Avenida de América debido a las obras de implantación de ascensores en esa estación. Los afectados, en cambio, se quejaron de que ese corte duró bastantes minutos más de los que afirma Metro. Y no era la primera vez que ocurría.
Así, el martes, en la estación de Nuevos Ministerios, también fue necesario cerrar temporalmente el acceso a un anden. Esa disposición, según un portavoz de la empresa pública, suele activarse ante eventos con gran afluencia de viajeros como partidos de fútbol o conciertos. De esta manera, algunas horas punta de un día laborable cualquiera en Madrid ya obligan al Metro a organizar un despliegue como el que requieren las citas más masificadas.
Hasta ahora, el gobierno regional no ha reconocido ningún problema, y ha cargado las tintas contra la red de Cercanías, que es de competencia estatal. “No hay ningún caos” en el Metro, y lo que se está produciendo es “algo habitual” en el comienzo de curso escolar, llegó a decir el viceconsejero de Vivienda, Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, José María García.
Sin embargo, la propia presidenta regional ha reconocido este jueves que las múltiples obras que hay en la capital están dificultando la movilidad, especialmente para los usuarios del transporte público.
“Hay muchas obras a la vez, el último trimestre del año es especialmente activo en Madrid...”, ha reconocido este jueves Díaz Ayuso. “Y por ello pedimos disculpas desde todas las administraciones porque la situación que se está generando es difícil de gestionar, pero es muy temporal”.
Un día más en la tierra de la libertazzz. https://t.co/tAZmnxK7fn
— Óscar Puente (@oscar_puente_) October 1, 2025
En contraste, el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha llenado sus redes de dardos contra el funcionamiento del suburbano madrileño. Pero el ministro socialista no es el único crítico. La líder de Más Madrid en la Asamblea, Manuela Bergerot, también ha venido cargando contra el gobierno de Díaz Ayuso: “Otro día de infierno en Madrid. En la Línea 7 no dejan entrar viajeros al andén y no son ni las 9 de la mañana. Madrid vuelve a estar colapsado un día más. Y Ayuso la única solución que ha dado es contratar a empujadores”.
La compañía no reconoce la existencia de esa figura, y niega que haya empleados dedicados a meter hasta el último pasajero posible en los vagones, como ocurre en el metro de Tokio. Pero sí reconoce haber activado un dispositivo de 120 “jefes de sector” que distribuyen, a modo de pastores, a los viajeros por el andén para facilitar la movilidad y evitar acumulaciones en un sitio concreto y que otro sitio quede vacío. Eso, en teoría. En la práctica, los viajeros denuncian que estos agentes provocan mayores hacinamientos en el interior de los convoyes.
En todo caso, las incidencias de esta semana se suman a una larga lista de problemas que se han vivido en el Metro de Madrid desde que se cerró el arco este de la línea 6 por las obras para la automatización de la vía. Las dificultades para que los universitarios cubran el tramo cerrado entre Moncloa y Ciudad Universitaria, que da servicio a la Complutense y la Politécnica, han llevado a que Díaz Ayuso anuncie este jueves un nuevo servicio de lanzaderas.
Porque de forma recurrente, cientos de pasajeros se aglomeran en los andenes y en las paradas de autobuses como consecuencia de las afectaciones por la reforma de la línea 6. Pero no solo por eso. El transporte público de Madrid, según expertos en movilidad consultados por EL PAÍS, afronta un momento de máxima tensión.
La razón son las múltiples obras que le afectan, y sus consecuencias en el tráfico. Así, Madrid es ahora mismo escenario del soterramiento de la A-5 y un tramo del Paseo de la Castellana; de la cubrición de la M-30 en Ventas para crear un parque sobre esta vía; y de los trabajos en Conde de Casal; además del reciente cierre del arco este de la Línea 6 de Metro.
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