El Defensor del Pueblo admite a trámite cerca de 100 quejas de los vecinos por el ruido y los atascos del proyecto de la F1 de Madrid
“Sin las debidas garantías, la actividad podría repercutir en derechos constitucionales como el disfrute del medio ambiente adecuado”, escribe Gabilondo


El Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, está recabando información sobre el circuito del Gran Premio de Fórmula 1 de Madrid, pues considera que su actividad “podría repercutir en derechos constitucionales como el disfrute del medio ambiente adecuado (artículo 45)” si no se adoptan medidas correctoras frente al ruido o la contaminación. Así, la institución que dirige el exportavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid admitió a trámite la pasada semana casi un centenar de quejas contra el proyecto impulsado por la Institución Ferial de Madrid (Ifema), y auspiciado por la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde capitalino, José Luis Martínez-Almeida. Los informes oficiales reconocen que las casas más cercanas al trazado (que es híbrido y recorre varias calles del distrito de Hortaleza) estarán sometidas a niveles de ruido que superan los permitidos por la normativa, por lo que es necesaria una exención legal.
“Se ha recibido su escrito (...) En el mismo pone en conocimiento del Defensor del Pueblo su disconformidad con el proyecto de circuito urbano en la ciudad de Madrid de Fórmula 1 (2026-2035) por sus impactos negativos en el entorno”, le escribe Gabilondo a uno de los vecinos que le ha remitido una queja, según documentación a la que accedió este diario. “La misma queja está siendo formulada a esta institución por numerosos ciudadanos, preocupados por las características del proyecto en cuestión, sus potenciales impactos y la adopción de medidas preventivas necesarias para evitarlos”, reconoce el Defensor. Y subraya: “En efecto, de desarrollarse sin las debidas garantías, la actividad podría repercutir en derechos constitucionales como el disfrute del medio ambiente adecuado (artículo 45), así como los derechos fundamentales concordantes, riesgo respecto al cual disponen los ayuntamientos de competencias suficientes en materias de medio ambiente y urbanismo”.
Dromo, la compañía responsable de diseñar el circuito del gran premio de Fórmula 1 de Madrid, que se desarrollará en la capital entre 2025 y 2036, reconoce que “las viviendas próximas al circuito estarán expuestas a niveles de ruido que superarán los valores límite” de la normativa; planea modificar el trazado de la prueba para retranquear su recta principal “alejándola de las viviendas al noroeste”; y argumenta que la importancia de la prueba amerita que el Ayuntamiento de la capital apruebe que se pueda saltar la normativa de ruido, lo que afectará especialmente a los vecinos de las casas más próximas al trazado.

Se trataría de las viviendas al norte de la M-11 del barrio de Valdefuentes, en particular las que colindan con la ampliación de Ifema situadas en las calles Francisco Umbral y Florentino Rodríguez Alonso (la distancia al circuito de las viviendas más expuestas de esta zona es de unos 40 metros); y de las del entorno de la calle de las Pedroñeras, en la parte oriental del barrio de Canillas, así como la parte norte del barrio de La Piovera (la distancia al circuito de las viviendas más expuestas de esta zona varía entre 320 y 500 metros, aproximadamente). Estas residencias se verían afectadas por niveles que serían superiores a los 80 dB durante los entrenamientos y las carreras.
“Dado que en esa zona donde se instalará parte del circuito ya estuvo ubicado el festival de música Mad Cool, somos conocedores de la gran disrupción que produce al barrio”, se lee en una de las cartas dirigidas por los vecinos al Defensor. “La agresión más evidente es la contaminación sonora que como usted sabe la OMS la ha calificado altamente perjudicial (...)”, sigue el texto. “Tal y como se produjo en el Mad Cool, las viviendas colindantes al trazado del circuito sufrirán los ruidos y eventos de carreras en días laborables porque no es solo durante el fin de semana, sino en días laborables por la ejecución de los preparativos, ensayos, montaje y desmontaje”, añade.
El precedente del Mad Cool
“Aparte de todo esto, se montará un dispositivo policial de acceso al barrio (...) creando unos cuellos de botella increíbles al tenerse que acreditar el domicilio para poder acceder a nuestras viviendas (...)”, lamenta. “No se debe forzar a un barrio residencial a sufrir este ruidoso e intenso evento (...) Es imposible mitigar todo el inconveniente que va a producir y se nos va a denegar a miles de residentes nuestro legítimo derecho al descanso y a poder desplazarnos con libertad”.
Ante las quejas, el Defensor se ha dirigido al Ayuntamiento para pedir información. El consistorio aún no ha contestado, según un portavoz de la institución que dirige Gabilondo, aunque en una consulta anterior le invitó a consultar con Ifema, el impulsor de la prueba, según precisa un portavoz del Ayuntamiento. En el recinto ferial, un consorcio formado por el Ayuntamiento, la Comunidad y la Cámara de Comercio, que apuesta por impulsar el proyecto sin invertir ni un euro de dinero público, no han sido contactados, según un portavoz.
Los promotores esperan que la celebración de la carrera atraiga a 85.000 turistas, lo que generaría, según un informe de Deloitte, unos ingresos anuales que superarían los 450 millones de euros, 8.200 empleos, y un aumento del PIB de entre el 0,2% (Madrid región) y el 0,4% (Madrid capital). Cifras que no calman la preocupación de algunos residentes.
Así, una encuesta realizada por la Asociación de Vecinos de Valdebebas concluye que el Gran Premio ya no es bienvenido por la mayoría: el rechazo al proyecto ha pasado del 35% en enero de 2024 al 53% en enero de 2025, fundamentalmente por el miedo al ruido, la contaminación y los atascos que generará la prueba, según los informes oficiales de las administraciones madrileñas, que explicitan que “las viviendas estarán expuestas a elevados niveles sonoros”.
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