Las grandes constructoras echan un pulso por la obra del circuito de Fórmula 1 de Madrid

Las grandes constructoras españolas echan un pulso para hacerse con la obra del circuito de Fórmula 1, un negocio valorado en 137 millones de euros, según ha podido comprobar EL PAÍS. Terminado el plazo para presentar ofertas al contrato de obras para la construcción y posterior reposición de las infraestructuras necesarias para la realización de un gran premio de F1, la Institución Ferial de Madrid (IFEMA), impulsora del gran premio automovilístico, cuenta con cinco solicitudes de participación. Una es de Dragados. La segunda une a Ferrovial, Sacyr y Pavasal. La tercera es de FCC. La cuarta agrupa, entre otros, a Obrascón Huarte, Acsa, Vialex o Rover. Y la quinta, a Acciona y Eiffage. El concurso supone un paso clave para el aterrizaje de la Fórmula 1 en la capital, donde debutará en 2026, y se mantendrá durante al menos diez años, hasta 2035, para que IFEMA recupere una inversión millonaria. Un proyecto con el sello de Isabel Díaz Ayuso, la presidenta regional, que cuenta con la oposición de los vecinos (a través de la FRAVM) y provoca dudas entre los partidos de izquierdas.

“Siguen sin explicar el corazón de la bestia”, advierte Miguel Montejo, de Más Madrid. “IFEMA [un consorcio público-privado, compuesto por la Cámara de Comercio, la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid] no puede perder dinero durante dos años consecutivos”, recuerda, en referencia a la disposición adicional decimocuarta de la Ley 27/2013, de 27 de diciembre, de racionalización y sostenibilidad de la Administración Local. “Si ahora tiene beneficios de cinco millones, y va a hacer una obra por valor de 110 millones de euros (más IVA), ni en diez años se amortiza: el primer año IFEMA pierde seguro dinero, y el segundo también”, advierte el edil sobre una operación que el consorcio afronta con fondos propios. “¿Esto cómo se come?”, se pregunta. “El riesgo no es ni medio normal. No estamos en contra de la F1, estamos en contra de poner en peligro los 6.000 millones de PIB que aporta IFEMA y sus puestos de trabajo”, argumenta Montejo. “Porque una vez que IFEMA esté perdiendo dos años dinero, no se puede gestionar. ¿Y eso cómo se cubre? Con dinero público”.

El compromiso de los impulsores del proyecto, entre los que se encuentra la presidenta regional, Díaz Ayuso, es el contrario: que no se invierta ni un euro de los presupuestos regionales o municipales.

La decisión es un reflejo del fantasma del GP de Valencia. La nueva prueba en la capital de España nace escarmentada por el fiasco de aquella, donde la Fórmula 1 dejó una factura de dinero público de más de 200 millones y un circuito urbano construido por casi 100 que acabó siendo ocupado por chabolas. Por eso en la nueva prueba se apuesta por un circuito no permanente, con estructuras temporales que garanticen tanto la viabilidad del evento como la integración urbana posterior. Y por no invertir dinero público.

Sin embargo, antes de que lleguen los bólidos, las facturas ya se van acumulando. Y sus importes son espectaculares. Lo primero es el canon de decenas de millones que habrá que pagar cada año a la dueña de los derechos de la F1. Además, IFEMA tendrá que gastar 47,5 millones para prepararse para la llegada de las carreras, una inversión que tardará 13 años en recuperar, según la memoria de viabilidad y sostenibilidad económica del plan especial correspondiente, colgado en julio en la web del Ayuntamiento y consultado por este diario. El grueso de la inversión se centrará en levantar nuevos pabellones y plazas de aparcamiento. El presupuesto es tan gravoso que el estudio de viabilidad recomienda extender 30 años la concesión de la parcela, e implícitamente, la de la licencia para organizar el GP, que en principio es de diez años.

A eso habría que sumar otros tres millones para la dirección de obra, para un total de 51, tal y como recogía una proposición debatida en septiembre en el pleno del Ayuntamiento a iniciativa de Más Madrid. El servicio de asistencia técnica para el control y supervisión de las obras del circuito ya ha sido adjudicado a Conurma y Actiinfra, que presentaron una propuesta económica de 2,6 millones de euros (IVA excluido). Y a ese balance se añaden ahora los 137 millones del contrato al que optan las principales constructoras de España.

En paralelo, IFEMA ya ha encontrado inversores, como la multinacional suiza Match Hospitality, que se encargará de diseñar, construir y comercializar las zonas reservadas o VIP en el paddock del Gran Premio entre 2026 y 2035, invirtiendo 400 millones de euros.

“Para que la F1 tenga cabida en Madrid, lo primero que hay que hacer es una ampliación del IFEMA. Contra ese plan especial hicimos alegaciones, porque había inseguridad jurídica”, cuenta por teléfono Antonio Giraldo, concejal del PSOE en el Ayuntamiento de la capital. “Ese plan aún no está aprobado, previsiblemente lo estará en febrero”, sigue. “Para acelerar los plazos, el Ayuntamiento está tramitando al mismo tiempo la licencia de construcción del circuito, porque les corre prisa, ya que si no, no llegan”, describe. “Hay un trato de favor bastante evidente”, añade. “Viendo los documentos, el proyecto está bastante verde. Ningún informe del Ayuntamiento en la licencia se manifiesta favorable al circuito, todos piden más documentación, y muchos señalan problemas: por ejemplo, que no se van a cumplir con los niveles acústicos de la normativa de Madrid”, continúa. Y remata: “Nosotros tenemos dudas, muchísimas, sobre que la zona de IFEMA sea apta para la F-1, en cuanto a ruido, y en lo económico, porque las cifras son incongruentes”.

Quejas de los vecinos

Son dudas que trascienden más allá del ámbito político. La Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) ha pedido al Ayuntamiento de la capital que “no conceda” la licencia del Gran Premio de Fórmula 1 de Madrid por “la falta de rigor” del proyecto y “sus graves molestias” en el vecindario.

En concreto, la FRAVM registró la pasada semana ante el Consistorio un documento con alegaciones que rechaza las “graves afecciones” de ruido y en la movilidad de la zona, la “ausencia” de protocolos de seguridad, así como “la falta de información sobre los recursos públicos que serán necesarios”.

“A pesar de su envergadura y sus fuertes afecciones en el territorio, las prisas, la opacidad y la improvisación han marcado hasta el momento el proyecto del circuito urbano”, detalló la asociación en un comunicado. “El proyecto municipal solo incluye la contaminación acústica procedente de los vehículos de la competición, no otros ruidos asociados como el procedente de las obras de construcción del circuito, la megafonía, los camiones de transporte o los helicópteros, y no establece ninguna medida correctora y mucho menos barreras de contención para proteger a las viviendas más cercanas, de tal forma que solo por esto la licencia debería ser denegada”, criticó.

Asimismo, señaló que los mapas de impacto acústico del proyecto “reconocen que causará graves perjuicios a un amplio número de residentes”.

En contraste, el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, del PP, comprometió el apoyo del Consistorio a la celebración de la cita deportiva. “Es fundamental que vengan este tipo de eventos”, dijo. “Por mucho que se empeñe Más Madrid, se va a celebrar la Fórmula 1″.

Porque mientras sigue el pulso político, avanzan los preparativos. Queda ya menos de dos años para la llegada de la F1 a Madrid, prevista para septiembre de 2026, y hay que acelerar.