Memoria Democrática empieza la búsqueda de los brigadistas internacionales en la fosa de Montecarmelo
La zona que se está explorando es la primera en la que quisieron excavar los arqueólogos para encontrar los restos de 451 combatientes exhumados del cementerio de Fuencarral. El Ayuntamiento ha dado luz verde ahora
El Ministerio de Memoria Democrática retoma las prospecciones para encontrar una fosa común con los restos de 451 brigadistas internacionales en Montecarmelo. La cata se está realizando en la zona trasera al cementerio de Fuencarral sobre la que el Ayuntamiento de Madrid planea construir un cantón de limpieza. Al frente de los trabajos está la asociación científica de arqueólogos Arqueoantro, que fue la misma que hizo prospecciones sin éxito el pasado agosto. En ese momento, buscaron en los dos puntos que el Ayuntamiento de Madrid autorizó tras realizar un estudio de georradar y encontrar anomalías en el terreno. Ahora es distinto, ahora hay más esperanza. “Desde el principio queríamos mirar aquí”, señala Javier Iglesias, el arqueólogo al frente de los trabajos. “En las zonas en las que se ha dado permiso ahora no se nos concedió en la fase anterior”, apunta una fuente del Ministerio. Los vecinos de la zona esperan que, de encontrar los restos, el Gobierno municipal decida de una vez por todas abandonar la idea de poner un cantón de limpieza y una base del servicio de limpieza urgente (Selur) junto a sus casas.
Unas fotografías aéreas tomadas en 1956 por un vuelo estadounidense muestran que, sobre el punto que están excavando ahora, había una depresión natural del terreno. Otra imagen tomada desde un avión años después muestra que ese punto fue cubierto de tierra. Los arqueólogos creen que esa fue la ubicación elegida para deshacerse de los cuerpos, porque solo había que tirarlos allí y echar tierra encima sin necesidad de cavar. Aprovechar el relieve natural es un método bastante común en las fosas comunes, según explica Iglesias, que cuenta su experiencia con la de La Pedraja, en Burgos: “Allí usaron el cauce seco de un arroyo para esconder los cuerpos de 110 personas”.
El hecho de que en esa zona haya una fosa es “casi seguro”. Luis González, vecino de Montecarmelo e historiador, lo ha investigado en profundidad. Ha peinado el archivo de la villa de los años siguientes a la Guerra Civil en busca de algún documento que acreditase su existencia. Lo encontró en los libros de actas de las sesiones del Ayuntamiento del municipio de Fuencarral, absorbido por Madrid en 1951. Ahí figura una trascripción del pleno del 15 de julio de 1941, en la que el gobernador civil Manuel Mora Figueroa dice darse por enterado de la orden de desenterrar a los brigadistas y aprueba la moción de trasladar los restos “a la fosa común del cementerio de esta localidad”.
Han pasado casi cuatro meses desde que el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, autorizó al Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática realizar las segundas excavaciones en esa parcela, pero un trámite administrativo en la Dirección General de Patrimonio ―que en principio iba a durar unos pocos días― ha dilatado el inicio de los trabajos hasta hoy. “Se necesitaba el permiso de la Comunidad de Madrid, es condición sine qua non. Sin ella no se podía intervenir”, comentan desde el Ministerio.
Los arqueólogos tienen, desde este miércoles, 15 días hábiles para encontrar la fosa en uno de los dos puntos que se han autorizado para hacer catas. “Tenemos que ir rápido porque tenemos poco tiempo”, señala el director arqueólogo Javier Iglesias. Explica que si no están más tiempo es por falta de financiación. Los trabajos se han adjudicado a través de un contrato menor de 15.000 euros. En ese tiempo, tendrán que excavar hasta 11 metros de profundidad en dos lugares. El primero, por el que han empezado, lo han llamado la Zona A y mide 510 metros cuadrados. El otro, la Zona B, tiene 219. No va a ser fácil. El lugar fue usado durante años como escombrera, lo que hace más difícil retirar el sedimento.
Los vecinos esperan que los trabajos tengan éxito y encuentren los restos de los 451 brigadistas para ganar después de un año su pulso contra el Ayuntamiento de Madrid. Esperan que, de encontrar los restos, el Gobierno impida a Almeida colocar en esa parcela un cantón de limpieza y una base del Selur. “Si se tuviera la suerte de encontrar la fosa, esa zona se declararía Lugar de Memoria, dada la importancia simbólica, nacional e internacional que tiene”, señalan desde el Ministerio. “Eso conllevaría medidas de protección cuyo alcance se estudiaría en su momento”, añade. Entre esas medidas de protección, se contemplará la opción de impedir que se traslade una base en la que no pararán de entrar y salir camiones de basura a pocos pasos de un lugar de gran relevancia histórica.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.