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Ayuso-Milei, cumbre de alto voltaje: nervios con un político impredecible y convocatoria de un baño de masas

La líder invita a los argentinos de la región a la Puerta del Sol, que se llenó de venezolanos cuando vino Guaidó, y programa un acto sin preguntas, mientras que Más Madrid impugna la medalla al presidente

En enero de 2020, la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, y el vicepresidente regional, Ignacio Aguado, saludan desde el balcón de la sede del Gobierno madrileño.Foto: SUSANA VERA (REUTERS) | Vídeo: EPV
Juan José Mateo

Un burofax llega a las 10.00 del jueves hasta la Real Casa de Correos de Madrid, sede del Gobierno regional, mientras el personal del Ejecutivo se afana en cerrar los detalles de la recepción que ofrecerá este viernes la presidenta autonómica, Isabel Díaz Ayuso, al presidente de Argentina, Javier Milei. El documento, enviado por Más Madrid, reclama no otorgar la medalla internacional de la región al mandatario americano, al considerar que su viaje no tiene carácter oficial y que, por lo tanto, no se cumplen las condiciones que regulan el reconocimiento.

Sin embargo, la maquinaria que impulsa la cita lleva en marcha desde hace demasiado tiempo como para que ahora nada se detenga: para cuando Milei y Ayuso oficializan su encuentro, ya han visto cómo su deseo de encontrarse se frustraba en mayo, por problemas de agenda, y ya está lista la presidenta de Madrid para organizar una ceremonia institucional, sin excesos, sin preguntas de los periodistas... y que, al mismo tiempo, calienta convocando un baño de masas.

“Todos los argentinos que estén en Madrid, si quieren acercarse a la Puerta del Sol, ahí estaremos. Será un momento muy bonito”, dice la presidenta regional desde el medio argentino Radio Mitre, como si recordara el gentío que la recibió en el mismo escenario cuando en 2020 salió al balcón de la sede del Gobierno junto al presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó.

Viernes 17 de mayo. Milei aterriza en España para participar el domingo 19 en el gran mitin de precampaña de Vox de cara a las elecciones europeas. En su agenda no se recogen entrevistas con Felipe VI ni con Pedro Sánchez u otros integrantes del Gobierno de España. Sin embargo, el presidente de Argentina da por hecho que se verá con Santiago Abascal, el líder de Vox, y con Ayuso, y tantea la posibilidad de verse con Alberto Núñez Feijóo, el presidente nacional del PP, según detalla en una entrevista con El Observador. La primera cita se produce. La segunda, que hubiera implicado que una presidenta del PP diera visibilidad a la visita de Milei para participar en un acto de Vox, no.

“La anterior ocasión no se pudieron cuadrar agendas”, resume un colaborador de Ayuso, en cuyo programa oficial de aquel fin de semana no se recoge ningún compromiso. En todo caso, queda plantada la semilla para el encuentro que se producirá ahora, facilitado todavía más por un momento clave: cuando estalla la crisis diplomática entre España y Argentina, la presidenta de Madrid se posiciona con claridad del lado de Milei, lo que engrasa los frecuentes contactos de estos días entre integrantes de los dos equipos.

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¡Le han difamado y no han respetado la democracia!”, critica Ayuso el 23 de mayo, cuando acusa al ministro de Transportes, Óscar Puente, de ser quien abrió el melón de las críticas cruzadas (sugirió que Milei podía haber consumido “sustancias”), provocando así, según su opinión, que Milei se refiriera a la mujer de Sánchez como una “corrupta”, o que definiera a Sánchez como un “socialista arrogante”.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el jueves en la Asamblea.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el jueves en la Asamblea. SERGIO PEREZ (EFE)

“Pero es que Ayuso es la Milei de Madrid, la Meloni de Madrid, la Orban de Madrid, la Trump de Madrid, la Le Pen de Madrid”, se queja este jueves Jimena González, de Más Madrid, un partido dispuesto a llegar hasta los tribunales para que el presidente de Argentina no mantenga en el futuro la medalla internacional de Madrid, creada en 2017 y con la que se galardonó antes al presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó (2020); al presidente del Comité Europeo de las Regiones, Apostolos Tzizikostas (2021); al presidente Volodímir Zelenski en nombre del pueblo ucraniano (2022), o al presidente de Ecuador, Daniel Noboa (2023).

De hecho, una vez que se conozca el decreto de concesión de la medalla, previsiblemente este viernes, el PSOE también estudiará la posibilidad de acudir a los tribunales. Estos son los argumentos de la oposición de izquierdas, que coincide con distintos ministros del Gobierno de España en criticar la “deslealtad institucional” que, a su juicio, supone la recepción.

“La recientemente aprobada Ley 2/2024 recoge que la Medalla Internacional se otorga a representantes de otros países en visita oficial en la región”, se lee en el burofax enviado por este partido a la presidencia del gobierno, y firmado por su portavoz, Manuela Bergerot. “Sin embargo, el viaje de Javier Milei a Madrid no consta como visita oficial, sino que ha sido publicitado como una visita privada”, se añade.

“No se cumple, por tanto, el requisito material para la concesión del reconocimiento”, continúa. Y remata: “La persona de Javier Milei no merece en ningún caso el reconocimiento (...). Más allá de la evidencia de que tal reconocimiento pretende otra confrontación con el gobierno de España, esta vez en política exterior, demostrando una vez más la máxima deslealtad con nuestras instituciones, el ciudadano Javier Milei (...) representa la lucha antisocial (...) contra todos los valores que los demócratas madrileños debemos defender y reconocer”.

Contraste con la visita de Noboa

No es una argumentación que conmueva a Ayuso ni a su equipo, que afirma que la entrega de la distinción cumple con la norma, y el acto, con la ley de acción y servicio exterior. Durante el miércoles y el jueves, en la Real Casa de Correos se organiza con cierto nerviosismo una cita que se aprecia como de alto voltaje. La última vez que Ayuso recibió a un mandatario extranjero, en 2023, tanto ella como el invitado, Daniel Noboa, presidente de Ecuador, respondieron a preguntas de los periodistas.

Pero, un día antes de la recepción a Milei, no estaba claro que ese formato fuera a repetirse, y si algo parecía preferible para el lado madrileño de la ceremonia es que esta fuera sin cuestiones. Finalmente, se optó porque solo haya discursos, según una fuente que cuenta con la confianza de la presidenta regional.

“No es un acto abierto a nadie más que a la prensa”, dice este interlocutor para explicar la ausencia de Núñez Feijóo, y, supuestamente, de cualquier otro tipo de invitado. Con respecto al cambio de organización que supone pasar de poderle preguntar a Noboa a que no se le pueda cuestionar a Milei, este alto cargo afirma: “No siempre ha habido preguntas. Él [Milei] quiere hablar en su premio [que recibirá en un acto posterior sin relación con la Comunidad de Madrid]”.

El formato tiene sus ventajas para el Ejecutivo regional: garantiza las fotos de portada y minimiza los riesgos. En la Puerta del Sol a nadie se le escapa que Milei y su equipo son impredecibles, como quedó demostrado cuando su portavoz anunció el miércoles en Buenos Aires la concesión de una medalla que le competía al Gobierno de Madrid, un hecho que no pasó desapercibido en la Real Casa de Correos. No obstante, la defensa cerrada que hizo este jueves Ayuso de Milei dificulta ver esa apuesta por la mera declaración institucional como un síntoma de precaución para evitar más choques entre el Gobierno de Argentina y el de España, esta vez en una sede institucional española.

“Para nosotros es un honor recibir al presidente legítimo, elegido, él sí, por amplia mayoría en las urnas por el pueblo”, dijo Ayuso en la Asamblea, comparando a Milei con Sánchez, que no ganó las elecciones generales de 2023. “Si los gobiernos deciden tener mejores o peores relaciones por las razones políticas, las administraciones no podemos vernos arrastradas por el camino”, añadió luego en Radio Mitre. “Somos un país fuertemente descentralizado, y no todos vemos las cosas de la misma manera”.

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Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.
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