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Ayuso defiende ahora que “los mayores fallecían tanto o más en los hospitales” durante la pandemia

La oposición mantiene la presión ante la presidenta: Más Madrid pide una comisión de investigación sobre la compra de mascarillas a rebufo del ‘caso Koldo’ y el PSOE una de estudio sobre las residencias tras tumbar el PP un pleno monográficos sobre estos centros

Ayuso defiende ahora que “los mayores fallecían tanto o más en los hospitales” durante la pandemia
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.Diego Radamés (Europa Press)
Juan José Mateo

Más Madrid ha solicitado este martes la creación de una comisión de investigación sobre la compra de mascarillas durante la pandemia por parte del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. Esa solicitud, que intenta aprovechar la explosión del caso Koldo, que afecta al PSOE y a un asesor del exministro José Luis Ábalos, pretende reavivar el caso Tomás Díaz Ayuso, archivado por la Fiscalía Anticorrupción y la Europea, y será previsiblemente frenada por la mayoría absoluta del PP.

Sin embargo, su mero anuncio muestra el intento de desgastar al Ejecutivo con el examen de su gestión de la pandemia, pues se une a una petición previa para un pleno monográfico sobre las residencias (tumbada por el PP) y a otra de los socialistas para crear una comisión de estudio sobre estas instituciones. Una presión que la presidenta regional ha intentado sacudirse este martes en la cadena Cope minusvalorando el efecto de los protocolos de triaje que impidieron trasladar de las residencias a los hospitales a miles de ancianos cuando más muertes causaba el virus. “Los mayores fallecían tanto o más en los hospitales”, ha dicho.

El veto al traslado de los ancianos a los hospitales, que Díaz Ayuso ha negado este martes a pesar de que EL PAÍS publicó el protocolo que lo demuestra, fue más intenso entre el 9 de marzo y el 5 de abril de 2020 y especialmente significativo entre el 16 y el 29 de marzo. Conforme los hospitales liberaron camas, los geriatras dejaron de actuar de filtro y los residentes enfermos volvieron a ser admitidos, aunque esa situación varió de un hospital a otro.

Según un análisis que publicó EL PAÍS, en toda la primera ola (de marzo a junio de 2020) murieron 11.389 mayores que vivían en residencias, de los cuales 8.338 (el 73%) no fueron trasladados a un hospital. Cuando la situación mejoró en los hospitales, sí que hubo miles de traslados y la mortalidad se redujo. Una situación que resumió así Carmen Miquel Acosta, especialista de Amnistía Internacional, al comparecer en la Asamblea la pasada semana: “Documentamos violaciones de derechos humanos”.

Esa misma intervención en el Parlamento, propiciada por la oposición, resume la intensidad con la que Más Madrid y PSOE están intentando poner bajo los focos todo lo ocurrido en Madrid durante la pandemia. Un esfuerzo que ya ha tenido consecuencias. De su reclamación para que se publiquen las actas de las visitas de la policía a las residencias ha resultado que el Gobierno permita su lectura a políticos y ciudadanos. Y de su constante presión a Díaz Ayuso han nacido tres titulares impactantes en apenas semana y media.

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Jueves 15 de febrero: “[Los ancianos] no se salvaban en ningún sitio”.

Lunes 19: “Están a un paso de acusarnos de genocidio”.

Y este miércoles, durante un tenso diálogo con el periodista Carmelo Encinas, en la Cope: “Los mayores fallecían tanto o más en los hospitales”. Este es el resumen del intercambio:

—¿Si usted hubiera perdido a un ser muy querido en una residencia de mayores, sin que lo atendieran en un hospital, no sé si por qué se iba a morir de todas formas, o por lo que fuera, no le costaría pasar página de semejante trance?

—La pregunta que haces es maliciosa y además mal enfocada.

—Es una pregunta periodística.

—No, porque me apelas al aspecto personal, y yo no gestiono la Comunidad de Madrid en base a sentimientos personales, yo gestiono para todos los ciudadanos, me pase o no lo mismo que a ellos (...) Se retuercen mis declaraciones cada vez que hablo (...) Hubo miles de traslados y los mayores fallecían tanto o más en los propios hospitales, y muchas familias nos dijeron: ‘Yo hubiera preferido que mi padre, o mi abuelo, se hubiera quedado en la residencia’. Porque una vez que el virus entraba en un cuerpo de una persona con pluripatologías, de noveintaitantos años, casi 100, como es el caso de las residencias, fallecían igualmente, y muchos nos decían que por las demencias o los problemas, en lugar de llevarles al hospital, que era mejor dejarles en la residencia, que era su casa (...) Yo estoy deseando hablar con las familias, y explicarles caso a caso.

En su intervención, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha recordado que su Gobierno ha obtenido el aval de los tribunales en 19 ocasiones en lo referente a la gestión de las residencias. Aunque aún quedan cientos de casos por dirimir en la justicia, la intervención de la presidenta alrededor de la polémica ha sido recibida por el PP como el reflejo de una política fuerte, que vive su mejor momento.

“Qué gusto da ver cómo alguien pone en su sitio a esa prensa zurda que se dice equidistante, pero que no es sino repugnante y cobarde. En directo. De frente. Qué gusto”, ha llegado a tuitear Juan Manuel Zafra, director general de Economía de la Comunidad de Madrid.

Pero, curiosamente, la oposición ve lo contrario. Así, los estrategas de la izquierda ven una oportunidad de hacer mella en la impresionante armadura de Díaz Ayuso, que cabalga a lomos de la mayoría absoluta que obtuvo en mayo de 2023.

Porque observan cómo la versión de la baronesa varía de un día a otro, pues a veces parece admitir la existencia de los protocolos de triaje y luego los desmiente. Porque a sus manos ha llegado el argumentario distribuido por el PP para distinguir el caso Koldo del caso Tomás Díaz Ayuso, lleno de inexactitudes pese a la evidencia de que nada tiene que ver una detención (la del asesor del PSOE) con el archivo de las investigaciones (al hermano de la presidenta) al no encontrar prueba alguna de tráfico de influencias ni conflicto de interés prohibido por la ley, puesto que el comisionista no era administrador o accionista de la empresa que le pagó 234.000 euros por proporcionarle mascarillas para un contrato firmado con la Comunidad.

Porque surge ahora la oportunidad de mezclar ambas polémicas en una comisión de investigación convocada en el Congreso, a la que el PP se opone. Y porque cada vez que se menciona la pandemia en la Asamblea, el PP sale en tromba a defender la gestión del Ejecutivo.

“Durante la pandemia se relajaron ciertos estándares de publicidad y competencia porque el objetivo era salvar vidas, como es lógico en ese contexto, pero entendemos que esa relajación pudo ser aprovechada por un puñado de sinvergüenzas que aprovechando sus contactos políticos o familiares lo usaron para forrarse”, ha dicho este martes Manuela Bergerot, líder de Más Madrid, durante la presentación de la comisión de investigación con la que pretende usar el caso Koldo para reavivar el caso Díaz Ayuso.

“Esta comisión debe dirimir si hubo irregularidades, sobrecostes, enriquecimiento ilícito en la compra de material sanitario por parte de la Comunidad de Madrid”, ha añadido. “Puede ser que no hubiera ninguna ilegalidad, pero queremos dirimir si hay alguna responsabilidad política y moral. Sobre esto nos pone sobre aviso el caso Koldo”.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.
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