El caos de la Atención Primaria en Madrid expulsa a los pacientes hacia las urgencias de los hospitales

“¡La sanidad no se vende, se defiende!”. Las razones que hace un año llevaron a 200.000 personas a manifestarse en Madrid en defensa del sistema de salud público cobran ahora forma de fríos datos que diseccionan los problemas de un sistema sometido a un test de estrés permanente. Según el informe anual del sistema nacional de salud para 2022, publicado por el ministerio de Sanidad a principios de este mes, la Comunidad que preside Isabel Díaz Ayuso es la que atrae a menos pacientes hacia su Atención Primaria y la que concentra más enfermos en las urgencias hospitalarias públicas, a lo que se une que es la región que tiene más ciudadanos con seguro médico privado. Esas tres pinceladas dibujan el retrato de un sistema al borde del colapso, según la oposición de izquierdas, que opina que esas estadísticas fotografían a unos centros de salud en los que es difícil lograr una cita inmediata, lo que deja a los madrileños con pocas alternativas: esperar, acudir a las urgencias de los hospitales, o usar un seguro privado.

“Es un claro ejemplo de que la oferta modula la demanda”, resume el médico Javier Padilla, diputado de Más Madrid, un partido que ve “posible” dirigir el ministerio de Sanidad a través de su portavoz regional, Mónica García. “En Madrid ha habido una disminución radical de la oferta de servicios de urgencias de atención primaria, y eso lo que hace es que la frecuentación disminuya, y que todo el mundo se vaya hacia el hospital”.

“La situación de colapso de la Atención Primaria en Madrid provoca unas demoras inaceptables para poder conseguir una cita, que en ocasiones se prolongan hasta tres semanas tanto para adultos como para pediatría general”, describe Carlos Moreno, portavoz sanidad del PSOE en la Asamblea de Madrid. “Esto, sumado al funcionamiento sin médicos de muchas urgencias extrahospitalarias, deja sin opciones sanitarias a los madrileños, que se ven obligados a abusar de las urgencias hospitalarias, fomentando indirectamente al colapso de las mismas, con largas horas de espera”, prosigue. Y recalca: “El modelo hospitalocentrista de Madrid asfixia a la Atención Primaria”.

Porque los datos no son inocuos. Todo lo contrario. La falta de profesionales y las jornadas extenuantes provocaron en 2022 una huelga de médicos de familia y pediatras que duró casi seis meses. Y por cada incremento de un día en la espera media en España para conseguir cita con el médico en atención primaria, un total de 289.000 personas deciden hacerse un seguro médico privado, según un informe de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP).

Así, la demora media para una consulta en España fue el año pasado de 7,76 días, según ese trabajo, un notable incremento (3,21 más) respecto a los 4,55 días registrados en 2019. Donde más se espera es en Cataluña (11,59 días) y donde menos en el País Vasco (3,54). Sin embargo, donde más han crecido las esperas en estos tres años, según el documento, es en la Comunidad de Madrid (5,24 días hasta llegar a los 9,03). Esos datos se basan en el Barómetro Sanitario, un sondeo realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) junto al Ministerio de Sanidad, ya que no hay una base de datos centralizada. Por eso, esa estadística madrileña contrasta con la de 5,4 días de espera de media en 2021, enviado por el Gobierno de Díaz Ayuso a la Asamblea, o con la de menos de cuatro días, lanzada este mayo por la propia presidenta regional.

¿La consecuencia? La proporción de población de Madrid con seguro médico privado alcanzaba en 2022 el 40%, según un informe de la Asociación empresarial del seguro (UNESPA). Más que en ningún otro lugar de España. Y mientras que Madrid es la región con menos frecuentación de su Atención Primaria, también es la que tiene más visitas a las urgencias de los hospitales.

“En el año 2021 Atención Primaria atendió 52 millones de consultas [entre medicina de familia, pediatría y enfermería] para una población de 6,7 millones de habitantes”, afirma un portavoz de la consejería de Sanidad sobre los datos del último informe anual del sistema de salud. “Se trata de un valor muy positivo que viene a reflejar una adecuada gestión gracias al buen hacer de los profesionales de Atención Primaria, sobre todo en un momento de pandemia”, añade, vinculando las bajas cifras de la región (en comparación con el resto) a la presencia del virus, que se extendió por toda España. “Las unidades y dispositivos puestas en marcha evitaron la asistencia “innecesaria” del paciente covid al centro de salud y, por lo tanto, mayor riesgo de contagios”.

Sin embargo, los datos oficiales reflejan que Madrid ha ido perdiendo pacientes en su Atención Primaria desde mucho antes de la covid. Así, entre 2007 y 2021, la frecuentación del primer escalón del sistema sanitario cayó un 8%, cuando en el conjunto del país subió un 14%, y pese a que aumentó su población, según un informe de octubre de la Asociación Madrileña de Administración Sanitaria (AMAS). Además, en 2021, el balance madrileño estaba dos puntos por debajo de la media nacional. Finalmente, en 2022, el dato de Madrid volvió a caer, y de nuevo fue el peor de España, con un 6,7, según el portal estadístico interactivo del ministerio.

“Es llamativo. Es sorprendente. La cuestión es: ¿por qué?”, se pregunta José Manuel Freire, exconsejero de Sanidad del País Vasco, exdiputado socialista en la Asamblea de Madrid y profesor emérito del departamento de Salud Internacional de la Escuela Nacional de Sanidad. “Las hipótesis son, en primer lugar, que en Madrid hay más aseguramiento privado, y en la medida que trasciende que hay dificultades en Atención Primaria, la gente se retrae de ir, por si hay cola”.

Quizás por eso, un año después de la manifestación de noviembre de 2022, las movilizaciones siguen. Los sindicatos Mats y Summat entregaron este jueves a los grupos de Más Madrid, PSOE y PP en la Asamblea de Madrid cerca de 10.000 firmas de trabajadores de la sanidad pública y ciudadanos para solicitar la equiparación salarial con el resto de comunidades autónomas y la recuperación de la jornada laboral de 35 horas.

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