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Arte-terapia que sana: la pintura que hace soñar a los niños sintecho en Benín y que se expone en Madrid

La capital acoge una muestra de 19 cuadros pintados por menores sin hogar, que han convertido en su refugio uno de los mercados más grandes de África

Niños sintecho Benín
Mohamed y sus alumnos, durante una clase de pintura en el mercado de Dantokpa, Benín.
Juan José Martínez

En el mercado de Dantokpa (Benín), uno de los más grandes de África occidental, viven al menos 4.000 niños que en ocasiones no superan los ocho años. Se ganan la vida cargando bultos o revendiendo las cebollas que se caen de los camiones. Muchos son explotados laboralmente o caen en redes de trata de personas. En este lugar “es muy fácil comprar un niño por 30 o 40 euros”, asegura Patricia Rodríguez (42 años), fundadora de Child Heros, una ONG madrileña que ha colaborado en la instalación de una barraca en medio del mercado, donde los menores practican pintura, teatro, baile y otras disciplinas. Las sesiones de arte-terapia buscan sanar los traumas de esta población mediante una actividad lúdica que les permite abrirse. El resultado de esta catarsis infantil han volado a Madrid y se condensa en 19 lienzos que ahora componen la exposición Arte en el corazón, abierta en una almoneda llamada Youtopía hasta el 20 de noviembre.

Los cuadros, pintados con óleos, contienen objetos recogidos del propio mercado de Dantokpa, que se adhieren al retablo como si fuese un collage. Predominan el verde, amarillo y rojo, tan característicos de esta parte del globo. Cada pieza está acompañada por una autodescripción del autor. Wilfried, de 17 años, ha pintado Libertad, cuyo protagonista tiene los brazos en alto tras romper unas cadenas que penden de sus muñecas. El autor ha escrito en la ficha biográfica: “Mi madrastra me trataba muy mal, me sacó del colegio y me puso a trabajar. Por eso decidí un día marcharme de casa y ahora vivo en el mercado”.

Mercado de Dantokpa en Cotonou, Benin.
Mercado de Dantokpa en Cotonou, Benin.DEA / M. BORCHI (De Agostini via Getty Images)

A pocos metros de este lienzo, está De la calle a la vida, creado por Daniel (17 años), un retablo con la palabra Benín sobre un fondo tricolor, con retazos de cuerda y suelas de zapatos. En la descripción del cuadro confiesa: “Las clases de arte-terapia me ayudan expresar lo inexplicable. Sueño con una vida diferente, pero sigo buscando cómo hacerlo realidad”.

Dantokpa es un mercado de más de 80.000 metros cuadrados y 60 años de antigüedad, donde se consigue tan fácil una cabra, como unas sandalias, un talismán o una sesión de vudú. En este lugar confluyen las tradicionales mamás africanas, para vender los productos que cargan en pesadas bandejas sobre sus cabezas. Los niños las rodean, ofreciendo sus brazos a cambio de unas monedas.

Vivir entre miles de niños ofrece a los pequeños una sensación de compañía y seguridad. Ezequiel, de 16 años, autor de uno de los cuadros de la exhibición en Madrid, ha escrito: “En el mercado conocí a otros chicos y nos hicimos amigos, encontrando la forma de sobrevivir solos”. Rodríguez recuerda que “muchos están allí porque han sido maltratados, abandonados, o han sido víctimas de trata”. Huyendo de algún peligro, se atrincheraron en este mercado, pero Dantokpa no es un territorio seguro para estos menores, que eventualmente terminan siendo explotados laboralmente.

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Obras realizadas por niños de la calle en Benín (África occidental).
Obras realizadas por niños de la calle en Benín (África occidental).Centro Mamá Margarita Cotonou

En este contexto ha nacido la barraca de Mamá Margarita, que ofrece clases de pintura una vez por semana. Han elegido el arte, afirma Rodríguez, “porque el niño da muchísima información jugando, sobre cómo se siente y cómo está”. El proyecto apunta esencialmente a “ayudar a los niños a salir de la calle”, señala Rodríguez. En varios casos, han mediado para reunificar a los menores con las familias. En otros, en que no ha sido posible este escenario, han facilitado la vida de estos niños al enseñarles un oficio.

El profesor de pintura en Dantokpa es Mohamed, de 20 años. Hasta hace poco, fue uno de los jóvenes que duermen en el mercado, pero ahora se ha convertido en instructor de estos niños, que viven una situación que él conoce de sobra. Un lienzo de su autoría, que ha sido traído a Madrid, trae un texto en el que confiesa que sueña con una beca para estudiar Bellas Artes en Europa. “El arte es mi pasión y mi salvación, es lo que tengo y lo que puedo ofrecer para mejorar un poquito el mundo”, escribe. Mohamed “les enseña la técnica y luego les deja a ellos elegir el tema y cómo quieren hacer la obra”, detalla Rodríguez.

Child Heros nació en 2017 con el propósito de atender la salud mental de los menores en situación de vulnerabilidad. Trabajan en Sierra Leona, Benín y España. Rodríguez, que ha trabajado en África occidental desde 2009, se ha aliado con Youtopía, un centro de difusión del conocimiento construido en un garaje donde se convocan recitales, se imparten cursos o se lee poesía. Esta alianza ha configurado la excusa perfecta para que residentes y visitantes de Madrid puedan conocer este espacio inolvidable con un profundo trasfondo social.

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