Los barrios de Madrid con más renta reciben más dinero para limpieza en el reparto municipal de fondos
La partida de presupuesto para las zonas meridionales es menor que para los sectores del norte a pesar de que cuadruplican su tamaño y, en algunos casos, suman más habitantes
En la calle de la Imagen huele a orín. Es una de las vías centrales del barrio de San Diego, en el distrito de Puente de Vallecas. Está llena de restos de basuras, manchas en las paredes y una suciedad incrustada que parece que jamás va a salir. Lo mismo pasa en las paralelas Doctor Bellido y Peña de la Miel. Y en la perpendicular, la avenida de San Diego, la Gran Vía del barrio, el color de los adoquines, rojos y grises, apenas se diferencian; los que deberían ser rojos son grises también. Entre cacas, flores secas y restos de plásticos, los vecinos de Puente de Vallecas caminan por uno de los distritos a los que se destina menos dinero para la limpieza. Llevan años así. El dinero para la limpieza que se destina por parte del Ayuntamiento de Madrid va fraccionado en lotes que agrupan distritos. Y en ese desglose se observan algunas diferencias. Así, el lote que agrupa a Puente de Vallecas, junto a Vicálvaro, Moratalaz y Villa de Vallecas es el que menos recibe: algo más de 242 millones de euros. Son 41 millones menos que el lote destinado a Barrio Salamanca, Retiro, Chamartín y Arganzuela. La diferencia entre un paquete y otro no está solamente en la renta de sus habitantes, sino también en la superficie a limpiar, cuatro veces más grande en el que tiene menos presupuesto.
El problema con la suciedad viene de lejos. Durante su mandato Ana Botella licitó la limpieza municipal con un contrato de 2.317 millones de euros hasta 2021, que integraba la jardinería y la limpieza. Lo hizo para hacer frente a la deuda de 7.000 millones de euros que afrontaba el Ayuntamiento. Además, se redujo entre 2013 y 2015 el número de barrenderos en un 40% porque no había un mínimo de trabajadores estipulado. Cuando tocaba renovar los contratos, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida destinó para la licitación hasta 2027 una partida única para la limpieza de 1.692 millones de euros, un gasto que será de 300 millones más cuando acabe que el contrato anterior, ya que este incluía los gastos en jardinería. Pero el reparto sigue siendo desigual. Los distritos del sur de la M-30 reciben un presupuesto menor que que los del norte, a pesar de que en conjunto son más grandes.
La renta media del bloque de distritos de Arganzuela, Salamanca, Retiro y Chamartín es de 22.303 euros, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. Son casi 7.000 euros por encima de la media de Madrid, y 10.526 euros más que la media que conforman Puente de Vallecas, Moratalaz, Villa de Vallecas y Vicálvaro. El otro paquete de distritos del sur agrupa a Carabanchel, Villaverde y Usera, que cuentan con una partida de 262 millones. Estos distritos son casi tres veces más grandes que el conjunto de Chamberí, Centro y Tetuán, que son los que más dinero reciben para la limpieza: más de 315 millones.
La suciedad de las calles preocupa a uno de cada tres madrileños, según la última encuesta del Ayuntamiento de Madrid de febrero de 2023. En Puente de Vallecas pasa lo mismo. Es la principal queja de los vecinos, según el presidente de la asociación de vecinos Puente de Vallecas-San Diego, Jorge Nacarino: “La suciedad es tema de conversación habitual en el barrio”. Nacarino alega que “excepto en el caso del distrito de San Blas-Canillejas, que tiene un buen presupuesto, los que peor parados salen son los distritos del sur y sureste”. El lote con más dinero es el que agrupa al distrito Centro, Chamberí y Tetuán, con un importe de algo más de 315 millones de euros. “Entendemos que el distrito Centro tenga que tener más presupuesto por el nivel de uso pero hay desigualdades que no se entienden”.
Mari Carmen Mena y María Palomar pasean con un perro cerca de la calle de San Diego. Ante la imagen de los alcorques llenos de plásticos y la basura rebosando hasta por debajo de los contenedores, Palomar resopla.
—Pues no sabes cómo está Entrevías.
Ambas mujeres viven en este barrio de Puente de Vallecas. Más de una vez les ha tocado limpiar su trozo de calle porque “les comía la mierda”, afirma Mena. Palomar vive en un bajo: “Se te meten los olores de la basura en casa”, se queja. “Las hojas se caen y no las quitan, hay ratas y cacas por todos lados. Limpian solo un poco las calles principales para aparentar, pero el resto está hecho un asco”.
La afirmación de Palomar se cumple en Puente de Vallecas. Las arterias principales del distrito, como la avenida de Entrevías, están bastante limpias y cuidadas. Un parque en la calle de Morcuera también luce sin basura, pero las calles que lo rodean lucen desangeladas con cristales de botellas rotas, latas de cerveza vacías, papeles y manchas en las aceras. Nacarino achaca esta dejadez no solo al reparto desigual de los servicios de limpieza, sino también al civismo. “Estos barrios son más marginales, tienen un mayor trasiego de personas y un entramado más estrecho que los del norte. También influye que el espacio público se limite a la calle y no haya urbanizaciones con espacio interior”, concreta. La asociación vecinal se ha quejado al Ayuntamiento de Madrid sobre este tema: “La única respuesta que recibimos es que se ha aumentado el presupuesto, y es verdad, pero no se ha notado la mejora”.
Paco Prado, vecino de la zona de la calle de Lagartera, en Entrevías, pasea con sus dos perros y ha notado que en estos últimos años el problema con la suciedad ha aumentado. “Hay un problema de educación y civismo, la gente deja las cacas de perros sin recoger y la basura en la calle. Cuando les dices algo se enfadan y te sueltan ‘seguro que tú también lo haces’”, protesta. Para Yoanny Florencio, otra habitante de Entrevías, el problema también está en sus vecinos: “Dejan las paradas de autobuses hechas un asco, tiran la basura al suelo”.
El Ayuntamiento vendió los nuevos contratos como la solución a los problemas endémicos que tiene el municipio en materia de limpieza. También publicitó que los vehículos de limpieza no serían contaminantes y esa apuesta está todavía lejos de cumplirse. Las encuestas no paran de señalar la suciedad como el principal problema de la capital. Las asociaciones de vecinos siguen reclamando más plantilla, más visibilidad en las labores de limpieza. La plantilla mínima de barrenderos establecida en los contratos es de 2.132 trabajadores para todo Madrid, 411 barrenderos menos que los que había antes de que se redujera la plantilla en 2013. “Han invertido en la renovación de la maquinaria, pero lo importante son los trabajadores. Precisamente esta es una zona que necesita más recursos, y los distritos con más dificultades son por los que se debería apostar”, señala Nacarino.
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