Madrid no es ciudad para improvisar
Una guía de los mejores planazos para este fin de semana: karaoke, cine de verano y una nueva azotea
Cada vez es más común entre amigos planear las actividades del fin de semana enviando vídeos de Instagram y TikTok con recomendaciones de sus creadores de contenido favoritos. “Tenemos que ir a esto”, se puede leer a menudo en los comentarios de los reels más virales. Los microinfluencers dictan la parada de los planes en Madrid. Los negocios, por su parte, empiezan a saberse la copla e invierten cada vez más en invitarlos a vivir experiencias en sus locales. Al final, saben que es la mejor publicidad que pueden recibir.
Este fin de semana los planes más recomendados son ir al cine de verano del Hotel Emperador, cantar en el karaoke más popular de las redes sociales, cenar en el restaurante The Omar, donde es obligatorio pedir su tarta de queso, y terminar la noche con un cóctel en la azotea del Cielo de los Hijos de Tomás.
Almodóvar toma el Hotel Emperador
Una de las mejores experiencias del verano es poder asistir a lo mejor del cine al aire libre. Como cada año, el Hotel Emperador (Gran Vía, 53) abre su azotea para disfrutar de los mejores clásicos desde el cielo de Madrid.
Ubicada en plena Gran Vía, esta se convierte durante unos meses en una sala de cine improvisada junto a su icónica piscina.
Una vez cae el sol, la piscina se cierra y el olor a palomitas y champán Moët Chandon se apoderan de la noche mientras surgen en la pantalla los créditos de inicio de uno de los grandes clásicos de Pedro Almodóvar. Después, los asistentes se pueden quedar disfrutando de las vistas y los cócteles de una de las mejores terrazas de la ciudad.
Películas como La Flor de mi secreto, Kika, y Qué he hecho yo para merecer esto son algunas de las que la azotea proyectará este agosto. El precio de la entrada es de 27 euros e incluye copa y hamaca.
Cócteles, tarta de queso y vistas al cielo de Madrid
Por primera vez, el Hotel Thompson abre su azotea al público en la plaza del Carmen, en el corazón de la ciudad. Se trata de una terraza especial que cuenta con vistas tanto a la Gran Vía como a la Puerta del Sol. A ello hay que añadir que El cielo de los hijos de Tomás es la primera coctelería de la familia La Ancha y el segundo concepto gastronómico que Nino Redruello ha diseñado para el Thompson Madrid: un planazo para toda la noche a diferentes alturas del hotel.
Este concepto veraniego y de carácter efímero ocupará, hasta finales de octubre, parte de la terraza ubicada en la octava planta del edificio. El lugar es perfecto, dicen los organizadores del espacio, por ejemplo para una primera cita. Entre la luna y los cócteles de Ana García toma forma una de esas frases que han quedado en el imaginario colectivo: sucedió una noche de verano.
García ha querido homenajear Madrid creando mezclas como La Violetera, preparado con Bombay Sapphire, azúcar, limón y licor de violetas, y su cóctel Madroño, con Bacardi Superior, licor de madroño, cordial de lemongrass, ginger beer y esencia de laurel. Se aconseja probarlos después de cenar en la primera planta del hotel, en el restaurante The Omar.
El olor a pan recién hecho y a mantequilla impregna el ambiente. The Omar está inspirado en los neobistrós parisinos y londinenses, y algunos de sus platos recuerdan al restaurante Fismuler, aunque en formatos más pequeños e individuales. Todo está muy rico, pero los bocados de ventresca de atún rojo con almendras, los torreznos con tomate y la carne que se derrite en la boca valen mucho la pena. Para rematar, es imprescindible pedir alguna de sus tortas caseras.
Karaoke con salas temáticas
Un karaoke inspirado en el concepto del karaoke box de Asia ha tomado Madrid. En BAM Karaoke Box (en el paseo de Recoletos, número 23), por ejemplo, se pueden reservar salas privadas para un máximo de 30 personas para darlo todo sin tener que pasar por el apuro que da muchas veces tener que enfrentarse a un público desconocido. En cada habitación hay una tablet desde donde puede pedir comida y bebida.
“Los cócteles de BAM, con recetas únicas y elaboradas por nuestros bármanes, ya son parte de nuestra seña de identidad. Entre nuestros cócteles más veraniegos y especiales se encuentran Nube de pegatina o Lychee Punch 2.0″, explican portavoces del local. La sala permite ajustar el volumen, el aire y la luz, y se pueden escoger diferentes temáticas.
Además, tiene un fotomatón ideal para inmortalizar el momento. Después de cantar algunas de las 40.000 canciones que tienen, uno puede finalmente tomar algo en alguno de sus bares. El precio es de 11,32 euros por persona de 18.00 a 3.00. “BAM Karaoke Box le da un toque diferente a la diversión urbana gracias a un concepto inédito e innovador”, explican desde el negocio. Madrid no es Tokio, pero cada día está más cerca.
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