Cajeros, recogida de paquetes y cargadores de vehículos eléctricos: así serán los nuevos quioscos de Madrid

La Asociación Profesional de Vendedores de Prensa de Madrid (AVPPM) y la empresa Urban Service Point han unido fuerzas para evitar el cierre de los quioscos en España, contaban este jueves ambas entidades junto al quiosco de la calle del Conde de Peñalver, número 62. El dueño, Enrique Fernández, es el primero en la capital en implementar una serie de cambios que buscan revitalizar y modernizar estos pequeños locales encontrados a pie de calle. “De mil y pico que había en Madrid ahora solo quedan unos 300″, se lamenta. Lleva 37 años al mando del este comercio y ha visto cómo los tiempos van afectando “a peor” a este tipo de servicios. Las renovaciones que se pretenden introducir en los locales incluyen la instalación de cajeros automáticos, taquillas de recogida de pedidos y cargadores para motos y pequeños vehículos eléctricos. “Hay que evolucionar con los tiempos”, afirma Fernández.

Luis Sancho padre y Luis Sancho hijo son los fundadores de Urban Service Point. Su objetivo es incorporar nuevas funcionalidades que posicionan el quiosco como un punto de servicio al ciudadano. “La intención detrás de todo esto es que crezca el número de estos establecimientos”, explicaba Sancho hijo a este diario. Román Barcón, miembro de la junta de AVPPM, afirma que han desaparecido casi el 40% de los quioscos y que hubo un momento en el que la bajada anual era del 5%, “aunque ahora está algo más estable”. “Madrid tiene entre el 10% y el 15 % de los quioscos a nivel estatal, por lo que es importante introducir estos cambios aquí”, señala Sancho hijo.

Uno de los objetivos de este proyecto es abordar puntos concretos de la Agenda 2030, sobre todo en temas de la brecha digital y medio ambiente. Miguel Ángel Redondo (Ciudadanos), delegado de Economía, Innovación y Empleo del Ayuntamiento de Madrid, acudió este jueves a la cita y se mostró muy entusiasmado por las modificaciones que se van a efectuar en estos comercios. “Estoy contentísimo”, señalaba el concejal. Desde AVPPM están muy esperanzados y afirman que “esto va a funcionar”.

Su plan se sustenta en tres patas. La introducción de cajeros automáticos en los quioscos pretende dar respuesta al cierre de oficinas bancarias, que está afectando de forma negativa a las personas de edades más avanzadas. “El comercio electrónico ha supuesto un reto municipal a la hora de minimizar el impacto que tiene el reparto de paquetería en cuanto a congestión y contaminación. En el caso de Madrid, este tipo de comercio genera 1.456.650 kilogramos de CO₂ mensuales y supone cerca del 20% de la congestión de vehículos”, explican Urban Service Point y AVPPM en la nota de prensa. Por ello, las taquillas, o lockers, son una manera de afrontar la manera actual de consumir, además del impacto que tiene en el medio ambiente. Finalmente, al introducir cargadores para vehículos eléctricos, se pretende fomentar el uso de ellos, además de convertirlo en algo accesible para cualquier ciudadano.

Al introducir estas funciones, se pretende garantizar la continuidad de la distribución de prensa a través de los quioscos, a la vez que se ofrece una viabilidad económica a sus dueños y se aporta soluciones a retos municipales. “Esto es importante porque nuestro negocio cada vez va a menos”, reconoce Fernández.

Ante la crisis que desde hace años atraviesan los quioscos de prensa, los ayuntamientos tienen un gran reto por delante y, a su vez, una oportunidad de aprovechar la red, así como las familias que hay detrás de cada uno de ellos, para que sea una infraestructura por y para sus ciudadanos. “Los quioscos dan seguridad al barrio, además de ser un punto estratégico de interacción con sus vecinos”, señala Sancho padre, que asegura que ha estado en sitios donde no había este tipo de comercios y ha sentido que le faltaba algo.

El quiosco de Enrique no es el primero que Urban Service Point renueva. El primero fue en Málaga y actualmente trabajan junto a otros puntos de venta de prensa escrita en Barcelona y Granada. “Al estar en la calle, al final servimos al vecino y ayudamos a la gente con la que llevamos conviviendo una vida entera. Estos cambios conllevan que vamos a poder hacerlo de una manera más acorde a nuestros tiempos”, reflexiona Fernández.

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