El Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid centra su mirada en el cuerpo y las creaciones híbridas
La 39ª edición del certamen presentará 29 espectáculos de diferentes países
El cuerpo como signo central de la existencia será el motor sobre el que gire la programación del próximo Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid que se desarrollará del 11 al 28 de noviembre, con la presentación de 29 espectáculos, 21 de ellos españoles. Las creaciones híbridas, el teatro físico, la danza, el baile y la música conformarán la mayoría de los espectáculos de esta 39ª edición del festival, que llega con la voluntad de ahondar en la descentralización y expandir sus propuestas más allá de Madrid capital. Serán siete los municipios en los que se presenten algunos de los estrenos de este certamen, que dirige el dramaturgo y poeta Alberto Conejero. Angélica Lidell, Dimitris Papaioannu, Mal Pelo, Romeo Castelucci y Pablo Messiez son algunos de los nombres destacados de este certamen, que contará con dos espectáculos dirigidos a los más pequeños.
La sala verde de los Teatros del Canal fue ayer testigo de la presentación de esta edición. La consejera de cultura, de la Comunidad de Madrid, Marta Rivera de la Cruz, y Alberto Conejero asistieron al encuentro, en el que el bailarín Jesús Rubio salió al escenario para interpretar una escena de su espectáculo El hermoso misterio que nos une. No fue una edición fácil la del año pasado, en plena pandemia, pero, a pesar de las circunstancias tan adversas, contó con la presencia física de 9.000 espectadores y otros 20.000 que lo hicieron a través de streaming.
“El año pasado logramos celebrar una edición emocionante. Fue un ejemplo de la voluntad conjunta de la ciudadanía y de los creadores por permanecer unidos y proteger un arte tan frágil y poderoso como es el teatro”, aseguraba Conejero, para quien en esta edición el deseo de volver a estar juntos en el teatro es la mejor de las celebraciones. Una de las señas de identidad de la programación del certamen será la celebración del cuerpo. “La pandemia nos ha hecho conscientes de nuestra fragilidad y de la impotencia de nuestros cuerpos, de su misterio y de su elocuencia, de lo singular y lo universal que hay en cada uno de los cuerpos. Por eso toca celebrar el volver a estar juntos”, añadió el director del Festival de Otoño. Así, la creación híbrida y el teatro físico conformarán la mayoría de los espectáculos con danza y performance, que explorarán “todas las posibilidades poéticas, filosóficas y estéticas”.
La función inaugural correrá a cargo de la compañía de teatro belga Peeping Tom que presenta Tríptico. El dramaturgo griego Christos Papadópulos, que el año pasado no pudo venir a presentar su espectáculo en vivo pero sí lo hizo a través de una plataforma digital, trae a esta 39ª edición Larcen C., una obra que toma el nombre de un iceberg que se está deshaciendo y cuyo relato corre a cargo de siete bailarines.
El argentino instalado en Madrid, Pablo Messiez, presentará Cuerpo de baile, que supone en palabras de Conejero, “una búsqueda amorosa de la teatralidad”, mientras que Mal Pelo, la compañía radicada en Girona, estrenará Higlands, un encuentro híbrido entre la danza y la música clásica, en este caso de Bach. La aclamada performance belga Miet Warlop representará, en colaboración con la Casa Encendida, su espectáculo After all spring ville, una comedia en torno a la pandemia. También del confinamiento surge la obra de Elena Córdoba Criaturas del desorden, que se podrá ver en el Teatro La Abadia. La compañía andaluza La Chachi presentará una función de danza, bajo el título de Los inescapables Alpes.
Dentro de la programación, hay una línea clara en torno a la herencia y el tiempo. Así, el diálogo entre el presente y la tradición se presentan obras como Transverse Orientation, del Dimitris Papaioannu, y Terebrante, una indagación sobre el mundo flamenco de la exitosa y transgresora Angelica Lidell que se estrenará en El Escorial. La crisis climática, la precariedad laboral y el ascenso de los totalitarismos tendrán también un hueco especial con obras como Bros, de Romeo Castelluci; Paraguay, de Lucía Marciel y Paula Grinszpan, que cuenta el viaje de dos mujeres paraguayas en busca de un mundo mejor; ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?, de Andrea Jiménez, sobre la precariedad laboral; la trilogía Jinete último reino, de María Salgado y Fran Cabeza de Vaca o Fairfly, de la compañía catalana La Calórica, una obra en torno al “monstruo” del mercado laboral. En este apartado se podrá ver también la obra chilena Tú amaras, de Bonobo, en torno a los peligros del nacionalismo identitario.
En La Abadía se presentará una muestra significativa de lo que ha sido el festival Be Festival en los últimos diez años, con creaciones de Claudia Catarzi, Hannah de Meyer o Nasi Voutsas. El público infantil tendrá también su hueco con dos espectáculos de teatro de objetos, como Geólogie d’une fable, del colecti vo Kahraba (Líbano) y una fábula Ma biche et mon lapin, de Aïe Aïe Aíe Colletif (Francia).
Un certamen para toda la provincia de Madrid
Serán siete los municipios (Alcalá de Henares, Aranjuez, Coslada, La Cabrera, Pozuelo de Alarcón, Parla y San Lorenzo del Escorial) en Madrid donde se representarán espectáculos del Festival de Otoño. En la capital se podrán ver el resto de las obras en un total de once espacios teatrales. Las entradas están ya a la venta, respetando el aforo permitido al día de hoy por las autoridades de la Comunidad de Madrid. Cuando el próximo 20 de septiembre entren en vigor las anunciadas medidas que permitirán el aforo completo de teatros y cines, el Festival de Otoño pondrá a la venta el resto de las entradas.
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