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Y Galeno regresó a su casa: la Complutense recupera un libro del siglo XVII desaparecido durante décadas

La Guardia Civil rescata un ejemplar del padre de la medicina después de que una librera alertara de que un particular intentaba venderlo

Tomo de Galeno datado en 1609 recuperado para la biblioteca histórica de la Complutense.
Tomo de Galeno datado en 1609 recuperado para la biblioteca histórica de la Complutense.guardia civil
Patricia Peiró

En el Imperio Romano no se podían diseccionar cadáveres para su estudio, así que Galeno (siglo II), encontró en las escabrosas heridas de los gladiadores su camino para aprender sobre anatomía. Fue tanta su pericia, que llegó a ser el doctor de tres emperadores. Todo lo que vio en su carrera médica lo volcó en, al menos, 300 tratados. Uno de los tomos que lo contenían, datado en 1609, ha permanecido en una casa madrileña durante décadas, hasta que su dueña intentó venderlo hace unas semanas. Una avispada librera alertó a la Guardia Civil del sello en una de las páginas, que indicaba sin duda el lugar al que pertenecía: la Universidad Complutense de Madrid. El tomo vuelve a descansar por fin en su hogar legítimo.

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¿Dónde ha dormido el libro todos estos años? “No creemos que fuera robado”, apuntan fuentes de la Sección de Patrimonio Histórico de la Unidad Central Operativa, que ha conducido la investigación. Al ponerse en contacto con los responsables de la biblioteca de la universidad, les trasladaron cuál era la explicación más lógica. “En el pasado, no existía el control que hay ahora sobre el patrimonio. Las bibliotecas van actualizando sus medidas de protección con el tiempo, y hubo muchos años en los que era normal que algunos profesores pudieran llevarse los libros a sus casas. Algunos de ellos acabaron digamos, por descuido, en sus estanterías. Ahora sería impensable”, explica Javier de Jorge García-Reyes, director de la Biblioteca de la Complutense de la Facultad de Medicina.

La versión que ofreció la mujer que contactó con la librera para conocer el valor del ejemplar y tratar de venderlo confirma este relato. “Nos aseguró que no conocía su procedencia, que simplemente había estado siempre en casa de su suegro y que no sabían que pertenecía a la universiad”, detalla uno de los agentes que ha trabajado en el caso. La mujer que tenía en su poder el segundo tomo de una colección de cuatro contactó con la tienda especializada por correo electrónico. Los mails contenían fotos y en uno de ellos se apreciaba el sello de Biblioteca Central, denominación histórica de la Complutense. Esto hizo saltar las alarmas de la librera.

La Guardia Civil comprobó que la mujer no había puesto anuncios similares de otros productos en páginas web ni había intentado vender otros ejemplares, por lo que descartó que se tratara de alguien que delinca con el patrimonio histórico. “En ocasiones sucede que tienen objetos de valor histórico y no son conscientes. Solo se le identificó pero no hubo ninguna acusación porque, según su testimonio y nuestras comprobaciones, entendimos que no había sido un acto de mala fe”, apuntan fuentes de la investigación.

“La primera Ley de Patrimonio data del año 31 y desde entonces las normas de protección bibliográfica han ido evolucionando. Nos hemos encontrado a veces que cuando ha muerto un catedrático y la familia nos ha donado su biblioteca, la colección contenía algunos ejemplares que constaban como desaparecidos. Pero es que eran otros tiempos en los que se prestaban los libros y podía llegar a suceder esto”, recalca De Jorge. El bibliotecario recuerda que si alguien se encuentra con un libro con un sello como este, debe notificarlo cuanto antes.

El libro se encontraba en muy buen estado y la Biblioteca Histórica de la Complutense lo tenía catalogado en sus archivos, en los que constaba como “desaparecido”. En ellos se especifica que era la octava edición de esta colección que realizó la imprenta veneciana de los Iunta en 1609. Ahora reposa ya en el lugar que le corresponde, en un depósito acondicionado y aislado de humedades en la calle Noviciado. Aquí duermen prácticamente todos los ejemplares históricos de la universidad, después de que en diciembre de 1999 comenzara el proyecto para unificar todos estos fondos en un mismo punto. Hasta ese momento, estaban repartidos por las diferentes facultades. Galeno ha vuelto al lugar de que nunca debió salir.

El archivo de la duquesa que se vendía en la red

Uno de los legajos de la duquesa encontrados cuando se vendían en internet.
Uno de los legajos de la duquesa encontrados cuando se vendían en internet.

Almudena de Arteaga, duquesa del Infantado, denunció la sustracción de más de 250 documentos pertenecientes al archivo histórico de esa casa, tras ver 50 de ellos anunciados en un portal de internet. El precio total de los escritos se calcula en 10.000 euros. Según la denunciante, los legajos podrían haber sido hurtados en alguno de los tres traslados que la familia ha llevado a cabo del archivo histórico. Primero de Lazcano (Gipuzkoa) a Madrid y de allí, al Castillo de Monclova, de la provincia de Sevilla. Las piezas que se anunciaban para su venta en internet sin poder acreditar su lícita procedencia, están ya depositadas a disposición judicial en el Archivo Histórico Nacional, en Madrid. 200 de ellos, sí contaban con la preceptiva factura de compra, por lo que actualmente están depositados en los archivos históricos que los adquirieron de buena fe.

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Sobre la firma

Patricia Peiró
Redactora de la sección de Madrid, con el foco en los sucesos y los tribunales. Colabora en La Ventana de la Cadena Ser en una sección sobre crónica negra. Realizó el podcast ‘Igor el ruso: la huida de un asesino’ con Podium Podcast.

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