La cara sur del patrimonio histórico de Madrid
Las asociaciones vecinales denuncian el abandono de la ermita Santa María en Carabanchel, la más antigua de la comunidad
Cajetillas vacías de tabaco, envases de plástico de todas las formas y botellines de cerveza tanto enteros como a trozos. Son las inmediaciones a la ermita de Santa María, la más antigua de la Comunidad de Madrid, cuya fachada se encuentra ahora pintarrajeada con grafitis. Juan García Vicente, miembro de la plataforma Carabanchel, Historia y Patrimonio, cuenta que la edificación es la única de estilo románico-mudéjar que se conserva íntegra en la región y fue declarada Bien de Interés Cultural en 1981. Sin embargo, la falta de señalizaciones hace que la ubicación de este monumento pase desapercibida a pesar de estar a apenas 500 metros de la parada de metro de Eugenia de Montijo, en pleno barrio de Carabanchel. “Se les llena la boca con lo de que la UNESCO haya declarado patrimonio de la humanidad el Paseo del Prado y luego el sur está desatendido”, comenta García.
Juan Manuel Martínez, gerente del cementerio que se encuentra detrás del edificio, no cree que haya vandalismo en las pintadas que se encuentran de forma periódica en los muros de la ermita. “Soy del barrio de toda la vida, y lleva ocurriendo desde hace mucho. Los chicos jóvenes hacen botellón y quieren hacer la gracia. No creo que sea consciente”, dice. Afirma también que se pone mucho empeño en ayudar a limpiar al Ayuntamiento las zonas más cercanas al monumento, pero que muchas veces que aparezcan vasos de plástico del Burger King más cercano es inevitable. Desde el Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid contestan que hacen revisiones cada cierto tiempo y que en lo que a ellos respecta se recogen correctamente los residuos y se eliminan los vertidos y suciedad cuando se detectan.
La ermita fue restaurada en 2019 para solucionar sus problemas de filtraciones y otros daños estructurales gracias a un refuerzo del muro sur y el ábside. Durante esta reforma fueron encontradas bajo coro, una serie de pinturas medievales sobre la vida de San Isidro, que especialistas de la Dirección de Patrimonio lograron reparar. Aunque García apuntilla que debería existir un cartel que explicara la remodelación. “A pesar de la obra que se hizo en 2019, no hay pavimentación en el entorno de la Iglesia, ni en el tramo final de la calle del Monseñor Óscar Romero. El mantenimiento de la zona deja mucho que desear, con vertidos y chabolas ilegales a escasos metros”, añade García, que lleva más de 10 años luchando por estas cuestiones en la organización.
No hace falta andar mucho, apenas cinco metros desde la iglesia para ver a lo que se refiere. Allí se encuentra el límite hasta el cual el Ayuntamiento tiene obligación de ejercer labores de limpieza. Más allá, nadie adecenta nada a excepción de las organizaciones vecinales. Por el suelo arenoso hay incluso trozos de lápida con los nombres y apellidos de los dueños aún visibles que han sido desechados por el cementerio que se encuentra pegado al monumento.
García cuenta que el año pasado los miembros de la asociación realizaron una barricada con todos los escombros que encontraron en forma de denuncia. El objetivo de las organizaciones vecinales y otras como Ecologistas en Acción es adecuar el entorno colindante sobre el que pasa además el tendido eléctrico. Para ello han puesto en marcha un proyecto para recuperar la vía pecuaria que une los barrios Carabanchel y La Latina, han limpiado parte de los escombros y han plantado dos centenares de árboles —pinos, almendros y encinas— en la zona que riegan cada sábado.
Esta vía discurre por el lado norte de los terrenos de lo que fue la cárcel de Carabanchel y se encuentra separada por una valla, que la consejería de medio ambiente considera correcta. “En teoría en esta zona iban a construir viviendas, ahora dicen que un hospital. La cuestión es que está abandonada y esto es un peligro porque en verano es un secarral. Tenemos incendios cada año porque se incendian los hierbajos”. El pasado 17 de julio la asociación Carabanchel, historia y Patrimonio organizó una marcha nocturna para reivindicar que se adecue las inmediaciones de la joya del siglo XIII que esconde Carabanchel, aún sin respuesta.
La importancia del legado histórico
Carabanchel es uno de los distritos con más historia de Madrid, pero muchas veces pasa inadvertido. Comunidades paleolíticas en sus orígenes, carpetanos y romanos después, visigodos, musulmanes, repobladores castellanos y francos tras la reconquista cristiana, aristócratas y campesinos en la Edad Moderna y Contemporánea, han ido dejado su huella indeleble en un rico e inigualable patrimonio histórico. Este legado es aún hoy observable, en sus calles y plazas, en pequeños rincones o parques que subsisten en Carabanchel. Sin embargo, ese rico patrimonio no siempre nos ha llegado en las mejores condiciones de conservación, cuando no ha sido objeto de insensibles demoliciones, que han desatendido a ese valor histórico o simbólico, tal y como ocurrió con los Palacios de Eugenia de Montijo y de la Patilla, la antigua plaza de toros de Vista Alegre, o la célebre Cárcel, demolida hace justo una década. Su conservación, así como su consideración, es la cruzada de la plataforma Carabanchel, Historia y Patrimonio, donde se reúnen más de diez asociaciones vecinales. “El patrimonio es un tesoro que nos pertenece a todos, y que debemos seguir preservando, aumentando, o protegiendo del olvido, el abandono o el desconocimiento”.
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