Madrid no concreta su plan para después del estado de alarma a cuatro días de las elecciones
La comunidad tiene por delante un puente, mítines de campaña, una corrida de toros y unos comicios
A cuatro días de las elecciones en Madrid y a nueve del fin del estado de alarma, el Gobierno madrileño deja en el aire qué ocurrirá o qué previsión tiene cuando expire. Elena Andradas, la directora general de Salud Pública, ha asegurado que, sin el paraguas jurídico del estado de alarma, la autonomía no tiene capacidad para dar cobertura al toque de queda ni a la prohibición de reuniones con no convivientes en los domicilios. Sí podrían mantener “las restricciones de entrada y salida de las zonas básicas de salud (ZBS) con ratificación judicial posterior, como se hizo antes del actual estado de alarma [en septiembre y octubre del pasado año]”. También los horarios y aforos en establecimientos comerciales y hostelería, al no ser necesario pedir ratificación de la justicia, pueden ser modificados por el Gobierno regional.
Pero ni Antonio Zapatero, viceconsejero de Salud Pública y Plan covid-19, ni Andradas han querido concretar si cambiarán esos horarios o el máximo de personas que pueden reunirse tanto en exteriores como en interiores o si la Consejería de Sanidad seguirá perimetrando por ZBS —áreas cuya población está adscrita a un centro de salud—. “Las medidas que vamos a seguir adoptando van a ser las medidas adecuadas a partir de la valoración técnica que se hace en función de la evolución de la pandemia”, ha dicho la directora.
Las autonomías se enfrentarán el próximo domingo a una situación en la que, sin el soporte jurídico del estado de alarma, deberán tomar decisiones para seguir reduciendo la incidencia del virus. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, insistió este jueves en que hay alternativas: “Hay instrumentos legales, de las comunidades, del Consejo Interterritorial, de la legislación vigente, que permiten intervenir en actividades que sabemos que tienen una incidencia directa”. En este sentido, la opinión de los expertos se divide: unos creen que un retraso en la toma de decisiones por falta de cobertura legal puede influir de forma negativa en la transmisión del virus en un contexto aún de riesgo en cuanto a número de contagios y presión sobre el sistema hospitalario; otros insisten en que hay suficientes herramientas jurídicas como para funcionar sin este supuesto que limita derechos fundamentales.
Mientras, otras autonomías ya han empezado a prepararse. En Cataluña están revisando un cambio en su ley de salud pública que pueda ofrecer ese paraguas legal a un posible toque de queda tras el 9 de mayo y Andalucía o Asturias están preparando documentos que sirvan de guía para las restricciones que podrían tomarse en las próximas semanas. Pero la situación no es la misma para todas las comunidades.
Madrid registra ahora mismo una “ligera tendencia descendente”, ha asegurado Zapatero este viernes. Un cambio en la curva que aún no saca a la región de la situación epidemiológica en la que se encuentra, en riesgo muy alto según todos los indicadores de seguimiento del virus que marca el Ministerio de Sanidad. En trazabilidad, se sitúa en el segundo peor nivel, con un 40%, es decir, que el Gobierno de Madrid conoce el origen de menos de la mitad de los nuevos casos que reporta. Es lo que reflejan las cifras del último informe semanal del ministerio que analiza estas variables, publicado este jueves. Desde el comienzo de la pandemia, el Ejecutivo regional nunca ha alcanzado el número óptimo de rastreadores, que en este momento es de alrededor de 700, apenas una tercera parte de lo que recomiendan los expertos desde hace un año, 30 por cada 100.000 habitantes.
En cuanto a incidencia acumulada a 14 días, la autonomía está en 384, ha cifrado el viceconsejero, muy por encima de los 250 que el ministerio marca como el escalón más alto de peligro. Ocurre igual con la IA a siete días, está en 178 y ese semáforo de riesgo establece el umbral extremo por encima de 125. También supera ese nivel de alerta en las incidencias a 14 y a siete días para los mayores de 65, fijadas por el ministerio en 150 y 75, respectivamente, y para las que la región registra 233 y 108, según el informe del ministerio. En la positividad de las pruebas, es la tercera con una cifra más elevada, un 10%, por detrás de Aragón y Melilla.
Pero donde peor está Madrid es en la presión sobre su sistema asistencial, sobre todo en sus UCI, que en los últimos días han experimentado una leve bajada de ingresados. Con 561 pacientes ingresados este viernes, ha informado Zapatero, la ocupación es del 119% en cuanto a capacidad estructural —las camas de críticos con las que cuenta la sanidad madrileña, sin contar las de otras áreas como quirófanos o unidades de recuperación tras la anestesia—; un 42,3% según la contabilidad del Ministerio de Sanidad con las cifras que envían las comunidades, que sí recoge esa capacidad de ampliar plazas incluyendo otros espacios.
Solo País Vasco y Melilla comparten la mayoría de estas malas cifras. Ambas tienen incidencias acumuladas mayores para todos los supuestos —País Vasco tiene una IA a 14 días de 516 y Melilla de 392—, y Euskadi está también ligeramente por encima en ocupación total de camas, 15,90% respecto al 15,48% de Madrid. Durante los siguientes días, Madrid afrontará mítines y diversos actos de campaña, un puente (la festividad del 2 de mayo se para al lunes día 3), una corrida de toros el domingo en Las Ventas y las elecciones el martes. Y no será, al menos hasta al próximo viernes, cuando se conozca qué ocurrirá a partir del 9 de mayo.
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