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La izquierda llega al 4-M dividida por el límite del precio del alquiler

La pandemia ha dado una tregua a los inquilinos, pero los activistas del movimiento por la vivienda asequible piden un tope a las rentas que no convence al PSOE

El candidato de Unidas Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias (segundo por la derecha), camina por Lavapiés el 11 de abril junto a varios compañeros de lista: a su derecha Serigne Mbaye y Alejandra Jacinto; a su izquierda, Isa Serra.
El candidato de Unidas Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias (segundo por la derecha), camina por Lavapiés el 11 de abril junto a varios compañeros de lista: a su derecha Serigne Mbaye y Alejandra Jacinto; a su izquierda, Isa Serra.UNIDAS PODEMOS (Europa Press)
Fernando Peinado

Javier Gil se ha hecho conocido por sus hilos en Twitter en defensa de la vivienda asequible en Madrid y por sus apariciones en medios de comunicación enfrentándose con economistas liberales o expertos de portales inmobiliarios como Idealista o Fotocasa. Esta semana este activista de 36 años estaba muy pendiente del móvil. Esperaba una respuesta del PSOE a un documento con propuestas para el 4-M de la asociación que él representa, el sindicato de inquilinas de Madrid, pero está decepcionado porque el partido del candidato Ángel Gabilondo les ha pedido más tiempo sin darles un motivo que les haya convencido. “Se alinean con la derecha y eso para ellos es un peligro porque sus votantes están a favor de proteger la vivienda como derecho”, dice Gil.

El documento se lo han enviado a los principales partidos en la campaña autonómica y contiene dos reclamaciones que buscan aliviar la asfixia de muchos madrileños por las alzas del precio del alquiler en los últimos años: aprobar una ley de vivienda digna con más garantías para inquilinos y un tope al precio del alquiler en zonas tensionadas. Más Madrid y Unidas Podemos han firmado el compromiso, PP y Cs ni han contestado y a Vox no se lo han enviado el documento porque ni siquiera han encontrado un interlocutor en ese partido. Gil cuenta que ya se esperaba las posturas de esos partidos pero tenía esperanzas con el PSOE.

Debate acalorado

El asunto al que no se quiere comprometer el PSOE es el límite del precio del alquiler, una reforma que ha suscitado un debate acalorado en España y otros países. La campaña en Madrid ha coincidido con los choques por la Ley de Vivienda a nivel estatal, que amenazan la estabilidad de la coalición que mantiene al Gobierno de Pedro Sánchez. ERC y Unidas Podemos han advertido al PSOE de que “tendrá que cambiar de socios” si no incluye esa medida. Esta es una disputa que está en la mente de muchos inquilinos madrileños y podría tener influencia en sus decisiones de voto en las autonómicas madrileñas.

Cataluña aprobó el límite al alquiler en septiembre en una ley que el PP ha recurrido al Tribunal Constitucional alegando que viola la propiedad privada y que las comunidades no tienen competencia para regular el alquiler urbano. La ley catalana se inspiró en la Mietendeckel (techo al alquiler) de la ciudad-estado de Berlín, aprobada en febrero de 2020. Esa medida fue tumbada la semana pasada por el Constitucional alemán por una cuestión de competencias. Los jueces sentenciaron que los Länder (estados federados) sólo están autorizados a legislar al respecto “mientras y en la medida en que el Gobierno federal no haya hecho uso final de su competencia legislativa”.

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Según Gil, las bases del PSOE muestran mucho entusiasmo con la propuesta de limitar el precio del alquiler (varios alcaldes socialistas de la región la han apoyado: Parla, Fuenlabrada, Alcalá de Henares y Getafe), pero cree que la cúpula del partido cede ante las preones del “lobby de la vivienda” (fondos, grandes tenedores y otros inversores). “El PSOE es la llave del cambio”, dice Gil. “Con ellos nos podemos acercar a ser Alemania, Suecia, Dinamarca...”.

El PSOE ha alegado que prefiere controlar los precios “de forma indirecta”, según su exportavoz de vivienda en la Asamblea, Cristina González. Su programa para el 4-M destaca dos medidas en esta materia: “Nos comprometeremos a blindar las viviendas públicas para que ningún fondo buitre pueda adquirir viviendas sociales e iniciaremos construcción de nuevas viviendas públicas para alquiler asequible o social”.

El sindicato va a pasar a la acción en la última semana de campaña para dar a conocer la postura del PSOE con protestas aún no concretadas. El lunes, los candidatos de Más Madrid, Mónica García, y Unidas Podemos, Pablo Iglesias, firmarán el manifiesto por separado.

Javier Gil, portavoz del Sindicato de Inquilinas de Madrid, este martes al lado del río Manzanares.
Javier Gil, portavoz del Sindicato de Inquilinas de Madrid, este martes al lado del río Manzanares.Víctor Sainz

La falta de vivienda asequible es uno de los temas de los que más habla el sur de Madrid, esa mitad de la ciudad que necesita movilizar la izquierda para sacar del poder a Isabel Díaz Ayuso. Un tuit de Gil de hace unos días mostraba un Madrid dividido en dos por la vivienda: un sur inquilino con problemas para llegar a fin de mes y un norte rentista que recibe más dinero todos los meses sin trabajar. Para persuadir a más madrileños agobiados por la vivienda, Podemos ha reclutado como número cuatro de su lista a otra de las caras conocidas del movimiento, la abogada Alejandra Jacinto.

Pero las elecciones llegan en un momento de moderado alivio para los inquilinos madrileños. Durante la pandemia, el precio del alquiler ha caído entre el 10 y el 15% en la capital, según los portales inmobiliarios. Ha sido el primer descenso tras cinco años de fuertes subidas (un alza en torno al 50%). Una de las novedades notables del último año ha sido la entrada masiva en el mercado residencial de pisos turísticos que antes estaban fuera del alcance de los madrileños.

Problema número 26

La caída de los precios parece haber tenido efecto en la conciencia de la población: el barómetro del CIS de febrero de 2020 indicaba que la vivienda era el décimo problema que más preocupaba a los españoles (el 6,5% lo veía como uno de los tres que más le afectaba). En abril de este año, la vivienda había caído al puesto número 26 (solo un 1,2% lo mencionó entre los tres principales problemas).

Los expertos de los portales inmobiliarios han visto este descenso de precios como la prueba de que no hace falta imponer un límite de precios porque, alegan, con un incremento de oferta, los precios bajan irremediablemente. “El mercado del alquiler tiene tendencia a autorregularse” dice Ferrán Font, director de estudios de Pisos.com. “Lo que ha dificultado el acceso a la vivienda no ha sido tanto el aumento de precio, sino sobre todo la falta de crecimiento de los salarios y la precariedad laboral”.

Aumento del parque de alquiler social

Para ellos las soluciones a la crisis de vivienda asequible pasan por otras medidas como el aumento del parque de alquiler social, que en España se sitúa a la cola de Europa (un 1,5%, muy lejos del 24% de Austria o el 30% de Holanda). Una de las medidas que ven con buenos ojos es un plan nuevo del alcalde madrileño, José Luis Martínez-Almeida (PP), que busca incentivar a los dueños de pisos vacíos para que los pongan en alquiler.

Gil responde que el aumento de la oferta por sí solo no funciona porque los precios no son tan flexibles como alegan los defensores del libre mercado. En Idealista se ha duplicado el número de anuncios de pisos en el centro de Madrid (ahora hay casi 4.700) pero el precio solo ha caído un 11% en la ciudad. “Se ha multiplicado la oferta pero los precios no han bajado de forma proporcional”, dice Gil. “Los propietarios e inversores piden alquileres inflados, aunque no alquilen y mantengan la vivienda vacía”.

Según Idealista, las viviendas turísticas han tenido poco peso específico en el proceso de bajada de precios porque esos caseros se han pasado fundamentalmente al alquiler de temporada (menos de un año) en lugar de comprometerse con los inquilinos a los cinco o siete años exigidos por la Ley de Arrendamientos Urbanos para los alquileres ordinarios. Los inquilinos no se interesan por ese tipo de acuerdos, según Francisco Iñareta, portavoz de ese portal: “La modalidad de temporada resulta muy poco atractiva para las familias que desean establecer su domicilio de forma estable en ellas y por tanto no suponen competencia para aquellas destinadas a vivienda habitual. Aunque en Idealista nos resulta imposible conocer el número exacto, es posible que con la apertura al turismo internacional de la Comunidad, algunas de estas viviendas hayan vuelto al mercado vacacional”.

Fotocasa da otra posible causa del descenso moderado de precios: “Los pisos turísticos tienen unas buenas condiciones, semejantes a las de un hotel y eso explica que esos caseros estén pidiendo rentas más altas”, dice María Matos, su directora de estudios. En todo caso, según la experta de este portal, muchos madrileños han aprovechado la nueva situación para negociar con sus caseros una bajada de la renta o buscar un piso con más comodidades.

Pero los activistas advierten de que se trata de un paréntesis y los precios volverán a subir cuando retorne la normalidad. Por eso creen que es urgente actuar ahora, antes de que los precios del alquiler retomen el vuelo. “No estamos pidiendo una locura. Esto es una propuesta de mínimos”, dice Gil.

Sobre la firma

Fernando Peinado
Es reportero de la sección de Madrid desde 2018. Antes pasó ocho años en Estados Unidos donde trabajó para Univision, BBC, AP y The Miami Herald. Es autor de Trumpistas (Editorial Fuera de Ruta).

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