Moderna desde 1919
Un local centenario dedicado a las mieles españolas convive en la ciudad con la última propuesta innovadora: sodas de kéfir de agua con miel. La miel siempre está de moda
Comparte vidriera de Casa Maumejean con el Hotel Palace y fue inaugurada por rey Alfonso XIII en 1919, pero las únicas reinas de La Moderna Apicultura (Doctor Esquerdo, 47) son las abejas. “Alfonso XIII era un gran aficionado a la miel y esta empresa la fundaron personas próximas a él. Compraron en Estados Unidos una patente de colmena, la perfeccionaron y profesionalizaron el sector en España. En este edificio fabricaban y vendían material de apicultura a gente que pasó de tener un par de colmenas caseras a cincuenta. Y como muchos no sabían qué hacer con tanta miel que producían comenzaron a venderla aquí”, explica Aurora Jiménez detrás del mostrador de madera. La llamativa fachada de esta tienda es obra de Secundino Zuazo, el mismo arquitecto de la Casa de las Flores. Y en su interior conservan los tres tanques de acero originales de 1919. De ellos sale la miel mil flores con la que rellenan los tarros vacíos que traen a diario sus fieles clientes. La venden a 8,40 euros el kilo a granel y 10 euros envasada.
Originales mieles del país. Aurora cuenta que conservan proveedores desde su fundación, que solo vende mieles españolas y que algunas sorprenden como la de aguacate o la de mango. “Son de los invernaderos de Almería donde pagan a los apicultores para que pongan colmenas dentro, favorezcan la polinización y la producción sea más rápida”, explica. En La Moderna Apicultura presumen de tener unas treinta variedades de miel. “Hay gente que viene a preguntarnos qué tenemos de nuevo. Y ya nos gustaría ser una tienda de ropa, siempre con novedades, pero esto es la naturaleza y unas veces hay producción y otras no”, añade. En sus estanterías se encuentran diversos productos derivados de este alimento y mieles para todos los paladares: suaves como de azahar, limón o romero; de sabor intermedio como la de zarzamora y la de tomillo de la sierra madrileña; intensas de espliego, eucalipto o madroño y otras poco dulces como la de brezo, roble o castaño de Galicia. “Alguna como la de níspero era difícil de encontrar fuera de Alicante”, confiesa. Además, para quien prefiera masticarla también ofrecen unas pequeñas cajas de miel con panal a siete euros y tarros de miel cristalizada. Aunque visitar su local es más que recomendable por su valor histórico, en marzo de 2020 abrieron una tienda online para dar servicio durante el confinamiento a una clientela cada vez más diversa. “Ahora hay mayor interés en tener el sistema inmunitario fuerte porque la miel aumenta las defensas. Por eso tenemos a los clientes de toda la vida y a jóvenes preocupados por la alimentación”, concluye.
Una exclusiva soda de miel. Hace una década el ex arquitecto Rubén Briongos se planteó ir a vivir al campo y trabajar al aire libre. Leyó un reportaje sobre las abejas y el zumbido se le metió en la cabeza. Buscó un productor ecológico de miel en la Comunidad de Madrid, hizo un curso de apicultura con él, le compró tres colmenas y se las llevó al pueblo burgalés de sus abuelos donde creó un programa de adopción de colmenas. “Les enviaba botes a los que adoptaban y el resto lo vendía en el mercado de artesanos All Those de Barcelona”, recuerda. Para tener algo de variedad en su puesto, se le ocurrió embotellar el refresco que hasta entonces se preparaba solo para él a base de kéfir de agua y miel. Y lo que comenzó como un experimento casero para consumo propio se ha convertido en Rudo, la soda imprescindible de las mejores cafeterías de especialidad de Madrid. Esta misma semana le han escrito de Dinamarca donde están interesados en sus bebidas. “No he encontrado a nadie más que haga soda de kéfir de agua con miel en Europa”, dice mientras mira levanta la tapa de su tanque y comprueba cómo burbujea su contenido. Por ahora lo elabora todo él en un antiguo garaje de Cuatro Caminos que comparte con chocolates La Sonora, pero la próxima semana iniciará su primera producción en la fábrica de cerveza artesanal La Salvaje en Alcázar de San Juan, Ciudad Real. A lo largo de sus procesos de investigación ha creado un refresco de jengibre con kéfir de agua que también tiene a la venta (a partir de 3 euros) y ahora está haciendo pruebas con cúrcuma y mosto de malta.
Rubén cuenta que no usa su miel para crear las sodas de Rudo porque tiene muy poca producción. Con sus cincuenta colmenas desarrolla un precioso proyecto enfocado a recuperar el tamaño original de la abeja perdido con la ganadería industrial. Para Rudo se provee de otro gran templo madrileño especializado en la miel de calidad como es Casa Pajuelo (Atocha, 95). Encontrar sus bebidas de sabores intensos es fácil gracias al mapa que Rubén actualiza con los puntos de venta, pero también acepta pedidos de particulares a través de su Instagram. Vende a partir de tres euros la soda de miel de 25 cl y él mismo las acerca gratis a domicilio en Madrid a partir de 10 euros.
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