La propaganda infinita de Ayuso
Con unos presupuestos prorrogados desde 2019 y sin ninguna nueva ley aprobada, los actos con los medios y los fotógrafos tapan la falta de gestión
Isabel Díaz Ayuso camina a paso lento por el barrio de La Latina. Desde un primero, un vecino muy flamenco pone a Los Chunguitos a todo trapo: “Me sabe a humo, me sabe a humo, los cigarrillos que yo me fumo”. La presidenta de la Comunidad de Madrid se dirige a una farmacia con esta música de fondo. Hay nervios en el local. Una de las dos encargadas de atender al público ajusta un par de cepillos de dientes de colores de un estante. Nunca se sabe qué puede pedir un político de primer nivel. El equipo de Ayuso eligió esta céntrica farmacia de la capital el martes como representación de las 100 primeras que han solicitado hacer test de antígenos en los próximos días. La medida se anunció hace dos meses, se volvió a anunciar este lunes y Ayuso convocó a los medios el martes para remarcarlo. La Comunidad de Madrid es experta en anunciar varias veces lo anunciado. Sin acción política desde hace más de un año, con unos presupuestos prorrogados desde 2019 y sin ninguna nueva ley aprobada, la propaganda tapa la falta de gestión.
La puesta en escena era perfecta. En la puerta de la farmacia le esperaba el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos, Luis González; la dueña de la farmacia, Pilar Varela Gallego, y el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero. Ayuso llega al local:
―Buenos días, ¿qué tal?
―Encantada de que estés en mi casa―, dice la dueña.
―Voy a hacer primero las declaraciones, que llueve.
La presidenta se acerca a los micrófonos: “Hemos venido a una de las farmacias que a partir de este jueves va a poder hacer estos test de antígenos de la Comunidad de Madrid. Van a ser farmacias que estén dentro de un listado. Los que necesiten o quieran podrán hacerse un test. Así podrán solicitarlo y venir a estas farmacias a hacerlo”. De paso, volvió a repetir que Madrid volverá a repartir dos mascarillas gratis en las próximas semanas para los mayores de 65 años. Ayuso, sonriente, entra al local. Ya tiene la imagen que quería.
No es la primera vez que la agenda semanal de la presidenta se caracteriza por actos propagandísticos. Sucede a menudo. En julio de 2020, cuando la segunda ola iniciaba sigilosa su cruzada por la región, la presidenta convocó a los medios a otro acto en el edificio central de la Puerta del Sol. Aquí habló de la Operación Chamartín, que se aprobó el 25 de marzo. Tres meses después, Ayuso presentó la maqueta. Otra más; ya que hace dos años en el portal del Paseo de la Castellana número 120, también había otra expuesta. De hecho, la visitaron más de 26.000 madrileños. Esta gran obra de la ingeniería de la que Ayuso hace gala comenzó a gestarse en 2004.
La acción comunicativa del entorno de la presidenta transmite una línea muy clara durante la pandemia: confrontación directa con el Gobierno de Pedro Sánchez y vender a toda costa que el Gobierno de Madrid es muy activo. El plan es transmitir acción de Gobierno sin estrenar leyes ni presupuestos. Lo mismo sucedió con el hospital Isabel Zendal, que recibió varias visitas de la presidenta para supervisar las obras. Más de 80 medios de comunicación acudieron a la inauguración el pasado 1 de diciembre. La idea de su equipo es tener actos diarios que necesiten la asistencia de los medios. Un propósito idéntico al que empleaba la expresidenta Esperanza Aguirre durante sus años en el poder con las obras. A falta de nuevos proyectos, fotografías.
Otro ejemplo fue la cartilla Covid-19, que la presidenta anunció el pasado julio y apenas duró 24 horas. Ayuso convocó a los periodistas a un gran acto en el edificio de la Puerta del Sol. Dijo que si un madrileño ya había pasado el virus, tendría un carné con privilegios: acceso a gimnasios, cines, museos. El resto, no. La decisión fue criticada por la comunidad científica, la Organización Mundial de la Salud, la oposición en bloque y los colectivos sanitarios. Al día siguiente se desestimó. La cartilla de Ayuso pasó de ser una tarjeta más en el bolsillo de los madrileños a un documento Excel para los sanitarios en cuestión de horas. Pero se habló de ella durante 48. Si no apruebas leyes, puedes rellenar las tertulias y generar debate entre la ciudadanía.
Su imagen vestida de negro simulando una virgen para una entrevista con el diario El Mundo fue otro ejemplo de distracción en mayo de 2020. Nadie se acuerda de las respuestas, solo de la fotografía, que generó decenas de miles de mensajes en grupos de WhatsApp y redes sociales. 24 horas después, ella misma se disculpó. A ese polémico retrato también se suma la idea del menú infantil de Telepizza para familias y niños necesitados que ella misma acabó desechando. O el anuncio del primer avión con material sanitario en España que al final llegó con semanas de retraso.
Otro día de propaganda sucedió el pasado noviembre. La presidenta citó a los medios en el restaurante Botín de la capital. Toda una institución del mantel en Madrid. Este negocio familiar presume de ser el más antiguo del mundo y de servir un delicioso cochinillo asado en un horno de leña de encina. El equipo de Ayuso convocó aquí a la prensa para estampar un “sello covid” en la puerta. Una pegatina visible del tamaño de un folio que sirve para que el cliente vea que el establecimiento cumple con las medidas higiénicas necesarias. La realidad es que más de 3.000 establecimientos ya lucían este distintivo en la región desde hacía varios meses. A este evento hostelero, sin embargo, acudieron el presidente de los empresarios madrileños, Miguel Gutiérrez; el vicepresidente de la región, Ignacio Aguado, y dos consejeros. Ayuso entró al negocio y ella misma estampó la pegatina en la puerta. A falta de planes, sellos covid y medios.
Este lunes, en otra reunión con los representantes de los hosteleros, les anunció el compromiso de que serían vacunados en cuanto fuera posible junto a los profesores y los taxistas. Ayuso sabe que esa decisión no le corresponde a ella, sino al Ministerio de Sanidad. Pero la idea se lanza y el ciudadano y sus potenciales votantes se quedan con el mensaje de que, al menos, alguien piensa en ellos, que se les tiene en cuenta en mitad de la tormenta. Según el equipo de la presidenta, estas medidas tienen su éxito en las encuestas, donde ya roza la mayoría absoluta. En la farmacia de la Latina, una vecina acudió a visitar a la dueña del local unos minutos después de que Ayuso se marchara:
— Enhorabuena, Pilar. Te ha elegido la presidenta.
― ¡Con un par! Es que es muy buena.
― Sí, sí. Siempre está haciendo cosas.
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