_
_
_
_

Un paciente covid en la UCI de un hospital privado en Madrid cuesta 2.486 euros al día

El informe de la consultora KPMG encargado por la sanidad privada madrileña se hizo para fijar el coste medio que habían tenido por el tratamiento de enfermos de coronavirus derivados de la sanidad pública

La entrada del Hospital de Sanitas de La Moraleja, en Madrid, el pasado marzo.
La entrada del Hospital de Sanitas de La Moraleja, en Madrid, el pasado marzo.A. García (EL PAÍS)
Isabel Valdés

Ni la Comunidad de Madrid ha verbalizado aún una cantidad ni la sanidad privada ha hecho público el gasto que les supuso estar a disposición del Servicio Madrileño de Salud durante la primera ola. Pero el cálculo ya se hizo: lo puso por escrito el 29 de julio la consultora KPMG, según el informe al que ha tenido acceso este periódico, y, sin establecer un coste total, sí fijó precios: 875,59 euros por paciente de covid y día en planta de agudos y 2.486,22 por paciente de covid y día en una unidad de cuidados intensivos.

El análisis se hizo “a petición de los representantes de la Asociación de Centros y Empresas de Hospitalización Privada de Madrid” para determinar “el coste medio incurrido por los hospitales privados de la Comunidad de Madrid en el tratamiento sanitario de pacientes afectados por covid-19 procedentes del Servicio Madrileño de Salud” entre el 15 de marzo —fecha en la que se publicó la orden ministerial por la que se ponían a disposición de la sanidad pública los centros y establecimientos sanitarios privados, su personal, y las mutuas de accidentes de trabajo— y el 30 de junio, como viene redactado en el documento como “periodo Covid-19”.

En Madrid, “33 hospitales privados —integrantes de la Asociación de Centros y Empresas de Hospitalización Privada de Madrid— han dedicado sus recursos asistenciales y sanitarios a la atención y tratamiento de pacientes procedentes del Servicio Madrileño de Salud”, explica el texto, aunque para el informe han obtenido datos de 29, entre los que hay varios grupos hospitalarios como Quirón o HM Hospitales. Y con esa información la asesoría estableció tres costes como medida.

El “coste estancia”, que la compañía define como “todos aquellos costes incurridos por los Hospitales Privados de Madrid que encuentran su origen de la atención sanitaria y asistencia de un Paciente Derivado durante un día de hospitalización [considerando día como una pernocta y una comida principal, almuerzo o cena]”. Sobre esta base, desglosan dos gastos diferenciados. Para la atención a pacientes de coronavirus tanto en planta como en UCI establece importes claros (875,59 y 2.486,22 euros respectivamente por enfermo y día). Para los pacientes no covid ["aquellos Pacientes Derivados que han requerido cuidados y protocolos Covid-19 pero cuyo diagnóstico principal es otro distinto a Covid-19″], marcan un “coste incremental”, es decir, un porcentaje (7,53%) que hay que sumar a la base oficial establecida por la Comunidad de Madrid de lo que ya cuesta un enfermo según su patología, son los llamados GRDs (Grupos Relacionados por Diagnóstico).

El informe de KPMG establece en 875,59 euros y 2.486,22 euros el coste por paciente y día en planta de agudos y UCI, respectivamente

En el área sanitaria, la Administración Pública usa este método para clasificar a los pacientes según el coste que representa su asistencia y poder fijar así los precios para remunerar esa atención, este sistema permite agrupar enfermos con características clínicas y de consumo de recursos similares con un coste variable según el nivel de gravedad. Por ejemplo, un trasplante cardiaco o pulmonar va desde los 48.813 euros en un nivel 1 a los 107.460 euros del nivel 4; las migrañas y otras cefaleas de 2.707 a 9.728 euros; y el tratamiento de la hipertensión de 2.183 a 8.625 euros, según la última actualización de estos precios públicos que hizo la Comunidad, en agosto de 2017. Así, si un hipertenso de nivel 1 hubiese tenido que ser derivado durante la primera ola desde un hospital público a uno privado, al coste prefijado (2.183 euros) habría que sumarle un 7,53% de los gastos derivados por la atención especial debida a la pandemia.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Por último, establece un coste más por inversiones: “Como parte de la atención de los Pacientes Derivados los Hospitales Privados han acometido, con objeto de adaptar sus infraestructuras a las medidas sanitarias y/o de seguridad derivadas de la crisis del COVID 19, una serie de inversiones, tales como habilitación de espacios (‘hospitales de campaña’), obras de adecuación de las instalaciones, respiradores, mobiliario, etc”. El precio final de esas inversiones es de 3.227.628 euros, según marca el cuadro de la consultora, que también matiza que “para determinar las inversiones, resulta necesario detraer del coste total de la inversión la parte correspondiente a la inversión privada –es decir, la inversión destinada a la atención de pacientes privados– dividiendo entre el número de estancias totales y multiplicando por las estancias de los Pacientes Derivados”.

Aunque no aparece el nombre de los centros sobre los que se ha hecho el análisis —"han sido anonimizados de forma que no se pueda conocer o inferir el centro hospitalario al pudieran pertenecen"— sí se han enumerado y pueden apreciarse diferencias: el “hospital 8” acometió una inversión de 136.083 euros, los hospitales “16-21” (una agrupación que permite establecer que son los seis centros del grupo Quirón que pertenecen a la Asociación que pidió el informe) invirtieron 1.977.563 euros y el hospital 25, 9.528 euros.

Los sobrecostes

El informe añade que, tras identificar el importe del coste por estancia, este “deberá ser incrementado por los sobrecostes asociados” al virus (directos e indirectos) y “los costes no evitables, como consecuencia de la puesta a disposición de la Comunidad de Madrid de los medios materiales y humanos de los Hospitales Privados. Y especifica que “su íntegra recuperación permitiría" a estos centros "recuperar los costes e inversiones realizadas; sin que, por otro lado, ello suponga obtener ningún tipo de beneficio asociado a tal actividad extraordinaria”.

Como sobrecostes directos, “los adicionales vinculados a los servicios clínicos asociados” con el coronavirus, destaca los profesionales sanitarios, los productos farmacológicos y el material de consumo (como los EPIS). Como indirectos, aquellos “vinculados a las distintas áreas funcionales del hospitales cuya actividad se ha visto incrementada” por la pandemia, incluyen los profesionales no sanitarios (administrativos o celadores, por ejemplo), los suministros y servicios (arrendamiento, reparaciones y conservación), “los trabajos realizados por otras empresas: Lavandería, Limpieza, Seguridad, Restauración y Otros trabajos y servicios”, y la gestión de residuos biosanitarios.

Y como costes no evitables aquellos “que no es posible eliminar de forma parcial o total, en un corto espacio de tiempo, y que son consecuencia directa de actividad asistencial no realizada”. Y ahondan: “Costes soportados por los Hospitales Privados de Madrid que no han podido repercutir a su actividad asistencial normal ya que esta, no ha podido llevarse a cabo como consecuencia directa de la puesta a disposición de la Comunidad de Madrid de sus centros y personal sanitario para la atención de los Pacientes Derivados”. En este apartado, han incluido “los costes por arrendamientos, conservación y suministros incurridos como consecuencia del cierre de las consultas externas y /o áreas determinadas del centro hospitalario” y los “costes fijos de mantenimiento y/o amortización los equipos”.

¿El montante final? El Informe de Experto Independiente no lo especifica. “En este sentido, para la obtención del coste total incurrido por los Hospitales Privados en el tratamiento de los Pacientes Derivados, este debería ser multiplicado por el número de estancias Planta y UCI de los Pacientes Derivados que fueron atendidos por los Hospitales Privados de Madrid”, se lee en el archivo. Y añade: “Nótese que el objeto de nuestro mandato, como Experto Independiente, se ha centrado únicamente en tal factor ‘coste’ y no en el factor ‘número de estancias’, el cual –entendemos– es un dato conocido y contrastable por ACHPM y el Servicio Madrileño de Salud y la Consejería de Sanidad”.

Un cálculo aproximado de 96,7 millones de euros

Aunque no hay un número oficial, los porcentajes y las cifras con las que se maneja la sanidad privada (que estima el coste para todo el territorio en 250 millones de euros) permiten hacer una aproximación. En la Comunidad, los hospitales privados absorbieron alrededor el 25% de pacientes de agudos y el 15% de críticos durante la primera ola y estiman en 8,46 días la estancia media para los primeros y en 18,47 días para los segundos.

El 30 de junio, según la estadística diaria del Ministerio de Sanidad, había un acumulado de ingresados en planta de 38.841, en UCI, 3.608; según la medida fijada por KPMG por coste de estancia solo para covid -puesto que no hay detalle sobre las patologías por las que fueron derivados el resto de pacientes durante ese periodo y no puede hacerse la aproximación-, los enfermos ingresados en los centros privados de la región habrían supuesto un gasto de 96,7 millones de euros (71,9 millones de euros para los agudos y 24,8 millones los que necesitaron una unidad de críticos), algo menos que lo que ya supone el nuevo hospital de pandemias del Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso, que alcanza los 100 millones con los sobrecostes. Sin embargo, esta, que es solo una estimación, podría estar lejos del precio final que pagará la Comunidad, que depende de una negociación que aún no ha acabado.

Información sobre el coronavirus

- Aquí puede seguir la última hora sobre la evolución de la pandemia

- Así evoluciona la curva del coronavirus en el mundo

- Descárguese la aplicación de rastreo para España

- Guía de actuación ante la enfermedad

Sobre la firma

Isabel Valdés
Corresponsal de género de EL PAÍS, antes pasó por Sanidad en Madrid, donde cubrió la pandemia. Está especializada en feminismo y violencia sexual y escribió 'Violadas o muertas', sobre el caso de La Manada y el movimiento feminista. Es licenciada en Periodismo por la Complutense y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Su segundo apellido es Aragonés.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_