Cientos de personas en Puente de Vallecas salen a las calles en defensa de la sanidad pública

Las concentraciones a las puertas de los centros de salud volvieron a Puente de Vallecas a las siete de la tarde de este jueves con cientos de vecinos expresando su apoyo a los sanitarios y a su barrio. Las manifestaciones de las últimas semanas han sido motivadas por la precariedad de la salud y la educación, por las restricciones de movimiento en los barrios del sur y por la violencia policial desatada enfrente de la Asamblea de Madrid el pasado 24 de septiembre; esta tarde ha sido una amalgama de todos esos reclamos la que ha sacado a los vallecanos a la calle.

Delante del centro de salud Ángela Uriarte, a metros de donde se produjo un enfrentamiento entre policías y manifestantes apenas hace unos días, alrededor de 300 personas de todas las edades corearon durante una hora por refuerzos en la sanidad pública, en contra de la estigmatización de sus barrios y, como máxima expresión del malestar que sienten, por la dimisión de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Uno de ellos es Alex, un estudiante que vive en el distrito y que confía en que su voz y presencia en las calles tendrá un impacto en la gestión del ejecutivo madrileño. “No nos creemos nada de lo que nos dice el gobierno de Ayuso cuyas medidas además afectan desproporcionalmente a nuestros barrios; por eso estamos aquí, para seguir luchando por una huelga general, para tumbar a este gobierno y sus socios”, afirma.

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Las concentraciones, que también se dieron en centros de salud de otros barrios de la ciudad, fueron convocadas a través de redes sociales de manera independiente por varias asociaciones vecinales y sindicales; aunque también fueron apoyadas por algunos partidos políticos de izquierda. Paloma, de 69 años, que es miembro del grupo de vecinos de San Diego, el barrio donde ha vivido toda su vida y “el ojo del huracán” del coronavirus en Madrid, dice que las medidas de la Comunidad son vacías e inefectivas. “Han incumplido todas las promesas que nos han hecho, nos han segregado y ahora lo último es una chapuza para hacer las pruebas a la gente, pero avisan por mensaje de texto con 24 horas de antelación, con suerte, y muchas veces a teléfonos que ya no existen”.

La noticia del día había sido el anuncio de la ampliación de las restricciones a diez ciudades de la Comunidad por orden del Ministerio de Sanidad, y en las concentraciones también se comentaba. Emilio, un vecino que bajó desde su casa para apoyar la manifestación no se termina de creer que eso acabe con la estigmatización que siente por parte del gobierno. “Es una vergüenza el trato a los barrios obreros. Ayuso ya está intentando escaquearse para no aplicarlo a todos los lugares con los niveles de incidencia que han establecido. Dice que vamos mejorando con las pruebas masivas que ha hecho, pero eso no dice nada en verdad. Lo que necesitamos son rastreadores y más médicos”.

A las puertas del centro de salud está un enfermero, que prefiere mantener el anonimato pues no quiere arriesgar nada en sus precarias condiciones. Es recién graduado y empezó a trabajar hace apenas unos meses. Ya ha encadenado varios contratos de 10 días, asegura, pero no tiene mucha esperanza en que estas manifestaciones cambien su situación, ni la de sus compañeros. “Es sobrecogedor sentir el apoyo cuando aquí dentro estamos tan mal. Pero al final quienes tienen el poder no escuchan a los que no quieren escuchar”, dice resignado.

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