Ayuso visita el hospital de Ifema: “Otra ola de contagios ahora sería imperdonable”
En su primer acto público tras casi un mes de aislamiento al infectarse de Covid-19, la presidenta regional pide al Gobierno más concreción sobre las próximas medidas
“Ya siento no poder darnos la mano”. En su primer acto después de haber sido dada de alta el viernes tras sufrir Covid19, la presidenta de la Comunidad de Madrid tiene que reprimir la efusividad con la que es recibida en el hospital de campaña de Ifema. La llegada de Isabel Díaz Ayuso con mascarilla y guantes a los pabellones que acogen a los enfermos de coronavirus coincide con una de las altas del día. Aplausos. Luz Elena, de 51 años, abandona el centro hospitalario en una silla de ruedas camino del taxi que la llevará de regreso a su casa de Getafe.
Ayuso se agacha y conversa con ella. “Maravilloso”, dice la presidenta al incorporarse. Y aplaude a la paciente. La mujer enfila la salida del recinto ferial a los sones del himno nacional. No es cortesía con los que son dados de alta, es que justo coincide con el minuto de silencio diario que a las doce del mediodía se celebra en la Comunidad que Madrid, de luto por las muertes en esta pandemia. Este sábado, la región ha superado los 6.000 fallecidos con coronavirus.
“Me ha preguntado por cómo he sido tratada”, explica Luz Elena. La impulsa Ignacio Estellés, un voluntario que, subido en un patinete aplicado a la silla de ruedas, pone estos días al servicio del hospital su empresa de movilidad eléctrica. “Ojalá no la volvamos a ver por aquí”, comenta Estellés. Ambos sonríen mientras el artilugio se pone en marcha de nuevo.
La presidenta aprovecha esta primera salida de su confinamiento para pedir al Gobierno que aclare su estrategia de salida de la crisis. En este sentido, solicita al Ejecutivo de Pedro Sánchez que aclare “cuánto, cómo y dónde” se llevará a cabo el reparto de mascarillas anunciado desde este lunes a la población. Es necesaria una “estrategia clara” y, cuando eso sea así, “la Comunidad estará ahí”, comenta. Reitera que se van a llevar a cabo test tanto en personal esencial como en los que han padecido el virus para conocer su evolución.
“Otra ola [de contagios] ahora mismo sería imperdonable”, asegura tras sembrar dudas sobre la estrategia que del Gobierno central para el “desconfinamiento”. En todo caso, ofrece la colaboración de su Gobierno a Sánchez. "Nosotros tenemos una estrategia clara como comunidad de Madrid”, añade en referencia al cierre colegios, la suspensión de visitas residencias de mayores o el cierre de locales de ocio, “porque si no esta ola hubiera llegado antes”. Dentro de esa estrategia regional sitúa “el milagro de Ifema”. Por delante, pronostica, quedan muchos meses de vivir en guardia. No descarta incluso dos años de trabajo a nivel de prevención para evitar otra crisis como la actual.
Decenas de sanitarios, bomberos, militares y personal del centro médico observan y acompañan la visita de la presidenta. Algunos piden hacerse fotos con ella. El exterior de los pabellones que dan a la plaza central de Ifema está lleno de carteles con mensajes motivadores del tipo “Ganaremos la batalla”, “Resistiremos” o “Somos la pera”. Hay decenas de puestos y furgonetas de comida. Ayuso acude a tomar café a una de ellas.
“Vamos a preguntarle a la presidenta si cobraremos las noches y los festivos”, se escucha en uno de los corrillos de sanitarios. Entre ellos está Nieves, una celadora. “¿Y los que están sin contratos?”, añade. Ninguno se atreve a acercarse a preguntar directamente a Ayuso, pero ganas no les faltan. También se queja María, una enfermera de 29 años de un centro de salud de Aluche que lleva en Ifema desde que abrió. “Esto no está siendo bien gestionado porque han cerrado la [atención] primaria, que ahora está desmantelada”, añade en referencia al cierre de algunos centros de atención primaria. El hospital que vista la presidenta se ha convertido, a pesar de esas quejas, en el símbolo de la lucha de la región contra la pandemia. Desde un ventanal del despacho del director del centro Ayuso se asoma a ver el mar de camas con enfermos. Les saluda en la distancia y se lleva las manos al pecho a modo de sentido agradecimiento.
Hay una palabra que Díaz Ayuso repite varias veces en Ifema. Es milagro. Con ella se refiere a la sanidad madrileña, “acostumbrada a obrar milagros” con sus “soldados de la vida”, en referencia a los sanitarios. Y aprovecha para pedir que la vida de las personas no vuelva a “depender de los mercados”, en alusión a las dificultades habidas para la compra de equipos de protección individual. Mientras, la Comunidad sigue a la espera la llegada de más material para la protección de los más expuestos a los contagios como sanitarios, policías, bomberos o trabajadores de supermercados.
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