La fusión de Don Benito y Villanueva, en el aire tras la irrupción sorpresa de un partido vecinal clave el 28-M

Hay veces que todo parte de un bar, también la gran sorpresa de un resultado electoral. La votación por la unión de los municipios extremeños de Villanueva de la Serena y Don Benito —separados por apenas un kilómetro, pero que juntos albergan a casi 63.000 vecinos— está ahora en el aire por el resurgir sorpresa de un partido vecinal clave el pasado domingo. Siempre Don Benito —de reciente creación, con multitud de ideologías entre sus miembros y con un mensaje único de estar en contra de la fusión— ha dado la campanada en su primera comparecencia electoral. Siete concejales, dos menos que el PSOE (9) y dos más que el PP (5). Siempre Don Benito aspira ahora a la alcaldía con el apoyo del PP. Terminar de facto con el mandato del socialista José Luis Quintana, que lleva en el bastón de mando del Ayuntamiento desde 2015. Decir adiós a la fusión más emblemática de España de los últimos tiempos, al menos por las formas y por la expectación mediática y política generada, ya que reivindicaban la unión y no la separación, con todos los partidos políticos a favor. Ahora, según las fuentes políticas consultadas en Extremadura, se avecinan semanas de mucha negociación entre todas las formaciones. También de llamadas de líderes nacionales y regionales. El proyecto de unión de la que iba a ser la tercera ciudad de Extremadura está en el aire.

Para entender esta sorpresa electoral hay que viajar un año antes a Don Benito, a los días previos al referéndum. El dombenitense Guillermo Álvarez, al que todo el pueblo conoce como Yiye, estaba muy indignado por la votación. Él mismo explicaba en su bar con una cerveza en la mano que estaba radicalmente en contra de la fusión. Yiye, que también es profesor de Educación Física, decidió colocar un retrete blanco en la puerta de su local a modo de urna electoral. “Vota no en el referéndum. Siempre mienten”. Su negocio se convirtió de inmediato en un centro de peregrinación de vecinos que estaban en contra de la fusión con el pueblo de al lado. Veían en él a una especie de mesías que, con sus particularidades, reivindicaba continuamente las raíces del pueblo. La realidad es que, pese a sus deseos, el referéndum salió adelante en Don Benito. Por los pelos.

El resultado no pudo ser más ajustado. La votación establecía como necesario que los síes alcanzaran el 66% en cada uno de los dos municipios. En Villanueva se alcanzó un 90,49%, sí abrumador, y en Don Benito, el 66,2%, muy raspado, con 6.741 vecinos a favor, 4.039 en contra, 47 en blanco y 57 nulos. Al límite y entre sudores fríos. Dos décimas que, con todo, fueron suficientes para que la primera fusión de estas dimensiones en España saliera adelante. La participación alcanzó en Villanueva el 58,94% y en Don Benito el 50,42%. No era imprescindible un mínimo.

Sin embargo, esa misma noche, Yiye y los partidarios del no se vieron golpeados por la incertidumbre y por teorías de la conspiración que, aunque sin fundamento, comenzaron a correr como la pólvora entre los grupos de WhatsApp del pueblo. Si en Villanueva el conteo no sufrió ningún problema y se comunicó a los medios en menos de una hora, en Don Benito un fallo informático reventó el plan previsto por su alcalde. Tal fue la crisis que se vivieron horas frenéticas, de silencio, de continuas llamadas, de caras pálidas, incluso entre la propia delegada del Gobierno en Extremadura, Yolanda García, que correteaba de un lado para otro con el móvil pegado a la oreja en el centro de datos para la prensa. “¿Qué está pasando, por favor?”, se escuchaba en la sala. El silencio era rotundo. Había que verlo para creerlo. Hasta las doce y media (dos horas y media después de lo previsto) no se conocieron los resultados finales. Los propios alcaldes pidieron disculpas por ello en una comparecencia conjunta. Pero con un recuento tan ajustado y con fallos informáticos tan gordos en Don Benito, las sombras de pucherazo dieron muchas alas a los partidarios del no a partir del día siguiente. Memes. Frases. Pantallazos falsos. Un caldo perfecto. “Tongo, tongo”, se escuchaba a la mañana siguiente entre algunos vecinos que acudían a hacer recados al Ayuntamiento.

Un año y tres meses después, con el referéndum aprobado —y a pocos meses de culminar el proceso, que requiere de mucha burocracia interna, jurídica y que ha pasado por momentos críticos como el cambio de nombre para ambos municipios y con la firma del convenio final de fusión a punto de realizarse— una agrupación impulsada por Yiye, Siempre Don Benito, ha sido la gran sorpresa electoral municipal de Extremadura. El pasado jueves, el propio Yiye y la candidata de la formación reventaron el aforo del Teatro Imperial de Don Benito durante su mitin electoral. Yiye fue el primero en hablar con el eslogan del partido de fondo: “Siempre a favor de Don Benito”. Un claro guiño al referéndum. Él alentó a los dombenitenses con una frase que repitió hasta seis veces:

—¡Estamos hartos y no vamos a soportarlo más!

El respaldo vino el domingo con 6.621 votos y siete concejales, el 33,09% de los votos. En Villanueva de la Serena, sin embargo, el PSOE y su alcalde Miguel Ángel Gallardo volvieron a arrasar con 14 ediles, tres por encima de la mayoría absoluta. No así en Don Benito. “La fusión no debe avanzar”, cuenta por teléfono la candidata de la formación de Siempre Don Benito, María Fernanda Sánchez, recién jubilada y de 65 años. “No se puede ir en contra del pueblo como hicieron con la fusión. Don Benito ha dicho que no quiere fusión”. La candidata descarta hablar con el PSOE. Quiere llegar a un acuerdo con el PP, de quien depende ahora el futuro de la ciudad. Pone como línea roja no hablar del cambio de nombre. “Don Benito será Don Benito”.

Los alcaldes de ambos municipios acordaron con el resto de partidos políticos —todos estaban a favor de la fusión— llamarse Vegas Altas tras un tumultuoso proceso que derivó en otro caos para ambas localidades. Un comité de expertos regionales decidió el nombre de la futura localidad con una premisa: ni Villanueva ni Don Benito estarían en el nombre. El resultado fue Concordia del Guadiana o Mestas del Guadiana. Tal fue la crisis entre los vecinos, que los propios alcaldes se negaron y optaron ellos mismos —junto al resto de la corporación municipal de cada pueblo– por Vegas Altas, en una clara referencia a la comarca que aglutina esa zona de la región extremeña.

Ahora, el futuro de la fusión y de Don Benito está en el PP. Su candidato, Pedro Noblejas, dice por teléfono que el proceso de fusión no se ha hecho bien, pese a que el PP siempre se había mostrado a favor. “Yo soy partidario de, por ahora, suspender la fusión hasta 2027. La idea es bonita, pero el PSOE no ha querido explicar los fundamentos”. Noblejas no descarta hasta pedir la alcaldía, algo que Siempre Don Benito y el PSOE no ven viable por una cuestión aritmética. Noblejas tiene cinco ediles, el PSOE nueve y Siempre Don Benito, siete.

El ganador del domingo y actual alcalde, José Luis Quintana, no quiere establecer ningún tipo de negociación con Siempre Don Benito. Aspira a pactar con el PP. A seguir en el Gobierno otros cuatro años. “Como dije”, explica él mismo por teléfono, “serán mis últimos. En 2027 era el plan para que Villanueva y Don Benito votaran juntas por primera vez como ciudad, pero si el PP quiere suspender la fusión que lo diga, pero yo, si es así, y es una condición, explicaré que todo se suspende por el PP y no por el PSOE”. El 17 de junio es el día de la votación en el Ayuntamiento. La negociación no ha comenzado. Solo la triunfante candidata del PP a la Junta de Extremadura, María Guardiola, dio unas pistas en Canal Extremadura el pasado lunes: “El proceso de fusión debería haberse llevado con más transparencia”. La fusión de Villanueva y Don Benito está en horas bajas. No tiene pinta de llamarse Vegas Altas, por ahora.