Fumata blanca: Don Benito y Villanueva elegirán ahora entre Concordia del Guadiana y Mestas del Guadiana como nuevo nombre

Fumata blanca. Adiós, Don Benito. Hasta siempre, Villanueva. Dos meses después, en una sala del Ayuntamiento de Don Benito, a las 21.49 de la tarde del martes, los 66.000 vecinos de la nueva ciudad extremeña han escuchado cuál será el nombre de su futura ciudad tras la fusión de Don Benito y Villanueva del pasado 20 de febrero. No habrá más alternativas. O bien Concordia del Guadiana o bien Mestas del Guadiana. El topónimo ganador será votado exclusivamente por los 41 ediles de ambos municipios. Los dos nombres han sido elegidos en un proceso ejemplar. Una comisión paritaria de siete mujeres y siete hombres de la región extremeña. Expertos de todo tipo y de toda índole: catedráticos, cronistas, directores de museos...

“Esto ha sido un proceso honesto, democrático. No hemos engañado a nadie”, ha dicho el alcalde de Villanueva de la Serena, Miguel Ángel Gallardo. “No se ha filtrado nada. Esto da buena cuenta de lo acertada que ha sido esta comisión. Esto nos ha diferenciado mucho de lo que hubiera sido un proceso contaminado a un proceso transparente. Es probable que los nombres choquen, pero nos identificarán como algo nuevo. Hemos dicho en todo momento a los ciudadanos lo que íbamos a hacer”. Minutos después, tomó la palabra el regidor de Don Benito, que no se quitó la mascarilla. “Discúlpenme, tengo covid”, avisó. Hasta el coronavirus ha estado presente en semejante acto histórico. “No me voy a retirar la mascarilla, pero puedo estar aquí. En la decisión de estos nombres no se ha entendido el insulto ni la bronca por la bronca”. A su lado, se sentaron dos de los ponentes de la comisión. El presidente, el dombenitense Julio Carmona, al que durante estas últimas semanas han estado parando cientos de vecinos para sugerirles sus nombres sin que sirviera de mucho, ha dicho:

―Esta comisión ha actuado. Concordia del Guadiana y Mestas del Guadiana.

Durante la rueda de prensa, no ha querido hacer más detalles. Ni siquiera el número de nombres que se han barajado durante el proceso. “Entiendo el interés, pero forma parte de la privacidad de la comisión. Se ha llegado al acuerdo mayoritario de estas dos”. Los dos alcaldes han dicho después que estaban “digiriendo” el nombre. Alrededor de un centenar de vecinos han protestado durante toda la comparecencia.

Lejos queda ya aquel domingo 20 de febrero, cuando la noche electoral del referéndum de fusión se alargó hasta pasada la una de la madrugada. Fue un conteo de infarto. El resultado no pudo ser más ajustado. El plebiscito establecía que era necesario que los síes alcanzaran el 66% en cada uno de los dos municipios. En Villanueva se alcanzó un 90,49%, un sí abrumador, y en Don Benito, el 66,2%, muy raspado. Al límite. Dos décimas que, con todo, fueron suficientes para que la primera fusión de estas características en España saliera adelante. La participación alcanzó en Villanueva el 58,94% y, en Don Benito, el 50,42%. No era imprescindible un mínimo. En la rueda de prensa, los dos alcaldes, emocionados y entre abrazos, respondían así a la segunda pregunta:

―¿Cuándo se sabrá el nombre?

―Aproximadamente en un mes y medio.

Finalmente, han sido más de 100 días. El proceso se ha dilatado más de la cuenta. No ha sido un proceso sencillo. No todos los días un vecino recibe el encargo desde el despacho más importante del Ayuntamiento. Tampoco era un recado cualquiera. Era una misión sin precedentes: pensar el nuevo nombre de la localidad. Dilucidar qué cartel borrará para siempre al anterior, el que se estudiará en todos los colegios, el que se colocará al inicio de los municipios, el que colgará de azul en las autovías nacionales, el gentilicio de los nuevos vecinos que nacerán el día de mañana: el nombre, en definitiva, que pasará a formar parte de la historia del municipalismo en España:

―Julio, creemos que eres una de las personas idóneas.

Julio Carmona no dudó ni un segundo al escuchar las palabras de su alcalde. “Yo no conozco nada semejante en España”, explicaba él mismo por teléfono el pasado 11 de marzo a este periódico. “Pensar el topónimo de mi nueva ciudad tiene mucha sensibilidad. Esto es carne viva para los vecinos. ¡Las palabras nos identifican!”. Al hacerse público su nombre en los medios locales, narraba entonces, los paisanos le paraban por la calle cada dos por tres. Tanto es así, que Carmona tuvo que abrir un apartado en el bloc de notas de su móvil con los nombres que le iban diciendo los vecinos a sus oídos: “Carmona, Don Benito-Villanueva es lo suyo”. “Pon Las Vegas del Guadiana”. “Anota Las Vegas”.

Hace unos días, antes de emitir un comunicado donde la comisión pedía a las corporaciones municipales una ampliación del plazo, contestaba así a este diario mediante un mensaje de WhatsApp: “No podemos hacer comentarios”. No querían filtraciones. Un cerrojo informativo que han cumplido todos. Algunos de los 14 componentes de este grupo de expertos son César Chaparro, catedrático de Filología de la Universidad de Extremadura; Trinidad Nogales, doctora en Arqueología, historiadora y directora del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida; Carmen Fernández-Daza, filóloga, historiadora, y académica numeraria de la Real Academia de Extremadura, los dos cronistas municipales, Antonio Barrantes Lozano, de Villanueva, y Diego Soto Valadés, de Don Benito…

“Todo lo que tiene emoción, tiene su tiempo de valle”, recordaba por teléfono Gallardo, el alcalde de Villanueva, hace unos días. “Nos han pedido más tiempo para que ellos puedan consultar en el registro de entidades locales los dos nombres que han barajado. Tenemos que saber si esos nombres ya existen en otros municipios. Son solo dos semanas más”.

―¿Qué percepción hay en la calle?

― Hay muchísima expectación. Los vecinos no paran de preguntarme cuándo lo vamos a saber y yo les respondo que cuando lo sepa. Esto es algo que pasará a la historia.

Ya lo saben. O bien Concordia del Guadiana o bien Mestas del Guadiana.

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