Alejandra Jacinto (Podemos): “El modelo del PP, de forma forzosa, te aboca a elegir lo privado”
La candidata de la formación morada lucha por lograr entrar en la Asamblea, lo que dificultaría la mayoría absoluta de Ayuso, y lamenta que Más Madrid no haya querido pactar listas conjuntas
Alejandra Jacinto (Madrid, 33 años), lucha para conseguir que Podemos tenga representación en la Asamblea de Madrid, lo que dificultaría que Isabel Díaz Ayuso (PP) lograra la mayoría absoluta. Las dos políticas centraron todos los focos del único debate con los cinco candidatos autonómicos del 28M, celebrado el martes en Telemadrid. Hasta allí acudió Jacinto con una blusa estampada con el rostro del hermano de la presidenta (que ganó 234.203,52 euros por trabajos para Priviet, la empresa de un amigo que había firmado un contrato de 1,5 millones con la Comunidad) y un libro escrito por su exconsejero de Políticas Sociales, Alberto Reyero (Morirán de forma indigna, sobre los protocolos que impidieron las derivaciones a hospitales desde las residencias, donde murieron más de 7.000 personas en lo peor de la pandemia). A Ayuso, que le llamó “fracasada abogada” en la Asamblea, no le gustó: fue la única aspirante de la que no se despidió. Días después, Jacinto se reafirma en la necesidad del gesto y de su labor de oposición.
Pregunta ¿Por qué era necesario vestir esa blusa y llevar ese libro para que lo vieran los espectadores y la presidenta en el debate?
Respuesta. Era importante que Ayuso se mirara ante el espejo delante de los madrileños en el único debate en el que ha aceptado participar. La cuestión de las residencias, y de los protocolos de la vergüenza, con los que se ordenó no trasladar a los hospitales a 7.291 personas mayores, es el acto más inhumano que ha cometido su Gobierno. Y era importante que se le exigiera el perdón a las víctimas, a los familiares, y que tuviera que enfrentarse a esa situación. Sigue estando pendiente la rendición de cuentas por su parte y por la de su Gobierno. Su reacción habla por sí sola: parece que le apesta un libro de su exconsejero. Y dice aquello de ‘no invadas mi espacio’. Eso retrata muy bien cuál es la falta de ética y empatía de Ayuso, y su soberbia.
P. ¿A qué atribuye que el Gobierno no haya hecho esa rendición de cuentas, oponiéndose incluso a la creación de una comisión de investigación en la Asamblea?
R. A que incluso muchos de sus votantes no le perdonan al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso que dictara esos protocolos, y a que ella sabe que le puede pasar factura electoral. Solo salvaron la vida las personas que tenían seguros privados. El modelo del PP, de forma forzosa, te aboca a elegir lo privado, y este es el ejemplo más claro y meridiano.
P. ¿Con qué palabra definiría a Ayuso?
R. Despiadada.
P. ¿Y a Miguel Ángel Rodríguez, su jefe de gabinete?
R. Siniestro. Me parece una persona siniestra. No se le ve nunca, y todo el mundo sabe que mueve los hilos.
P. ¿De quién es la culpa de la polarización que se vive en la política madrileña, con posiciones irreconciliables?
R. La polarización existe, y tiene mucho que ver con la forma de hacer política de Isabel Díaz Ayuso. El otro día leía una columna que hablaba del trumpismo castizo y de esa forma de confrontar permanente con el Gobierno central, de hablar de temas que no son de interés para Madrid, y de distraer la atención. En muchos casos, Isabel Díaz Ayuso toma por tontos a los madrileños. En su momento, como ella reconoció, tuvo mucho voto prestado, y ese voto no se va a volver a producir, porque sus políticas están haciendo daño a la gente.
P. El primer candidato que definió a Ayuso como trumpista fue Ángel Gabilondo, en 2021. Pese a esa denuncia, Ayuso ganó esos comicios, y el PP gobierna desde 1995 la Comunidad. ¿Qué hace mal la izquierda?
R. El PP lleva gobernando 28 años y ha conseguido consolidar un conglomerado mediático-mercantil-institucional que es muy difícil desmontar. Es una batalla que requiere tiempo. A partir de ahí, uno de los problemas que hemos tenido en la izquierda es la falta de unidad de la izquierda a la izquierda del PSOE. Lamento profundamente que Más Madrid no haya querido sumar en la Comunidad. Uno de mis empeños cuando decidí ser candidata era conseguir llegar a ese acuerdo, he trabajado activamente junto a Agustín Moreno [diputado de Podemos] llevando iniciativas de forma unitaria a la Asamblea para que la unidad no fuera solo en términos electorales, sino de unidad política, como bloque progresista dentro de la Asamblea. Y lamento que Más Madrid no haya querido.
P. Sin embargo, ha sido la dirección de Podemos la que ha impedido el acuerdo en municipios señeros como Rivas, Fuenlabrada...
R. No es tan así. Yo no estoy en cuestiones orgánicas del partido. En Rivas, por ejemplo, no se ha producido ninguna ruptura, siempre se ha ido por separado, en las elecciones anteriores y también en estas. Hubiera sido deseable llegar a acuerdos de unidad en todos los lugares, pero la unidad no debe ser una cuestión a la carta, solo allí donde me interesa, sino una cuestión de principios.
P. ¿No es contradictorio defender ir juntos y luego echar a los que quieren ir juntos en otro formato, como ha pasado en esos municipios?
R. No conozco los detalles exactos, pero en todos los casos la propuesta ha sido la unidad.
P. ¿Qué hizo usted el 2 de abril por la mañana, mientras la vicepresidenta Yolanda Díaz presentaba su candidatura a la presidencia en Magariños?
R. Estuve con mi hija toda la mañana.
P. ¿Es cierto que la dirección de Podemos le impidió asistir al acto, como a otros compañeros, pese a que hubiera querido ir?
R. No se me impidió, no se dieron las condiciones para que mi formación estuviera presente. Y ya está. Espero y deseo que se den las condiciones para que haya un acuerdo en las generales.
P. ¿Cuánto dificulta su campaña que se interprete que la vicepresidenta apoya a Más Madrid?
R. Lo que sé es que le hemos pedido a Yolanda que hiciera campaña por la candidatura de Unidas Podemos, Izquierda Unida, Alianza Verde en la Comunidad de Madrid, y lo ha hecho. Estoy muy contenta de que eso haya sucedido.
P. ¿Pero puede sobrevivir Podemos como proyecto sin tener representación en Madrid, un escenario que plantean como posible las encuestas?
R. Niego la mayor. Estoy convencida de que vamos a tener un buen resultado y a ser decisivos y determinantes para que haya un gobierno de coalición progresista.
P. ¿No sería un golpe de muerte?
R. Insisto. Podemos va a entrar en la Asamblea. Y lo va a hacer con fuerza. Somos decisivos para el cambio.
P. ¿Cómo se explica que un partido que cogobierna el país se arriesgue a quedarse sin representación en la región capital de ese país?
R. No hay que perder de vista el desgaste mediático que ha sufrido mi formación a nivel nacional.
P. Entonces, ¿Podemos no ha hecho nada mal para pasar de 27 escaños en 2015 a la posibilidad de no tener representación en Madrid?
R. Ha tenido que ver la división de la izquierda, que siempre penaliza, porque genera desafección en los ciudadanos. Pero tiene un peso muchísimo más alto los factores externos.
P. ¿Cómo le convencieron Pablo Iglesias e Irene Montero para entrar en política cuando Podemos no estaba ya en ascenso?
R. Lo cierto es que me lo pensé. Acababa de ser madre, y a nivel vital era un cambio muy importante. Yo estaba contenta siendo abogada de una pequeña cooperativa en defensa de los derechos humanos. A día de hoy siempre digo: ‘En menudo lío me he metido, en menudo follón me he metido’ Pero sí que creo que hacía falta dar el paso a la política institucional para llevar a la Asamblea todos los compromisos que venía defendiendo desde el activismo y la defensa del derecho a la vivienda. Podemos me había demostrado que la cuestión de la vivienda se la tomaba muy en serio. Tan es así que a día de hoy hay una ley de vivienda estatal gracias fundamentalmente a la insistencia de Podemos.
P. ¿Qué es lo primero que cambiaría usted en la Comunidad?
R. La política de vivienda y la fiscal.
P. ¿Qué experiencia le ha marcado más de su vida profesional que le sirva en la política?
R. Siempre recuerdo el desahucio de Wilson, una vivienda vendida por parte de la AMV [la actual Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de Madrid] de Ana Botella, a Fidere. Tenían un bebé de un mes. Es uno de los mayores ejemplos de violencia económica e institucional que he vivido. No se me borrará jamás de la mente.
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