Las prioridades de Ayuso tras las elecciones del 4-M: pactar con Vox, covid, nuevos presupuestos y reducir el Ejecutivo
La líder del PP debe afrontar ahora la pandemia y el fin del estado de alarma y decidir si hace unas cuentas para 2021 o se enfoca ya en las de 2022
No hay tiempo que perder. Con la Comunidad de Madrid aún sometida a los golpes del coronavirus, y sin unos presupuestos actualizados desde 2019, Isabel Díaz Ayuso afronta su continuidad en el poder como la oportunidad de completar una larga ristra de cuestiones pendientes. Lo primero será cerrar el apoyo de Vox a su investidura, que en ningún caso podrá lograrse antes del 8 de junio, cuando se constituye la Asamblea. Si la saca adelante, la líder del PP reducirá el Gobierno de 13 a 10 consejerías. El siguiente paso será decidir si baja impuestos ya y encara la aprobación de unas cuentas públicas para 2021, o se centra en las de 2022. Y en medio de todo eso tendrá que lidiar con la pandemia y con el fin del estado de alarma (9 de mayo).
“Si sigo al frente del Gobierno, lo primero que haré será empezar a tomar decisiones sobre la pandemia”, dijo Díaz Ayuso durante la campaña, ya que este domingo termina el estado alarma, y con él el toque de queda vigente desde las 23.00 a las 6.00, lo que le obligará a revisar los horarios de cierre de la hostelería (a las 23.00); sus aforos (cuatro personas en el interior, y seis en el exterior); así como la prohibición de recibir o hacer visitas a domicilios particulares.
Sus asesores de la Consejería de Sanidad dudan sobre qué hacer. Por un lado, defienden que los ciudadanos ya han sufrido demasiados cambios en la normativa, por lo que se inclinan por pedir la ratificación judicial de las medidas vigentes. Por otro, temen la combinación de mantener el cierre de la hostelería a las 23.00 y de que desaparezca el toque de queda que comenzaba a esa misma hora: auguran que eso fomentaría las fiestas en domicilios particulares, donde no hay nadie que se preocupe del cumplimiento de la normativa anticovid, como sí ocurre en bares y restaurantes. Díaz Ayuso ya ha especulado con expandir los horarios comerciales una o dos horas más.
Pero a la enfermedad y sus efectos no se les combate únicamente con medidas de carácter sanitario. La Comunidad de Madrid de 2021 se gobierna con los presupuestos de la Comunidad de Madrid de 2019. La emergencia social y económica que ha provocado la pandemia obligan ahora a Díaz Ayuso a tramitar la aprobación de unas cuentas adaptadas a la nueva realidad de la región, dejando atrás la parálisis legislativa de su anterior Gobierno: no aprobó ni una sola nueva ley de calado.
“Ahora mismo queremos sacar unos nuevos presupuestos a toda velocidad y vamos a ver si podemos llevarlos pronto a la Asamblea, teniendo en cuenta que los presupuestos del año que viene ya deberían empezar ahora a estudiarse”, explicó camino de las urnas. “Vamos a ver si podemos entrar en un carril de unos presupuestos estratégicos, unos breves para ahora, o ya esperamos para los siguientes”, detalló. “Pero sí que vamos a llevar muchas medidas de deducciones fiscales, la rebaja del IRPF medio punto en todos los tramos y también reducción de trabas burocráticas y de aquellos trámites que ya se han demostrado que son obsoletos y que ponen dificultades a aquellas personas que tienen un proyecto con el que quieren dar empleo”, remató la candidata, que quiere contar con políticos de Ciudadanos para su Gobierno, como Marta Rivera de la Cruz.
La Asamblea se constituye el 8 de junio
Díaz Ayuso podría ser presidenta ya en junio. La Asamblea de Madrid se constituirá el día 8 de ese mes, y su reglamento establece que como máximo 15 días después se deberá proponer un nombre para ocupar la presidencia regional, lo que no impide hacerlo antes. Si el candidato no obtuviera la confianza de la Cámara, se iniciaría una cuenta atrás de dos meses tras la que sería obligatorio convocar nuevos comicios si nadie logra una mayoría. Lo mismo ocurriría si nadie diera el paso de presentarse a la votación: se convocaría un pleno sin aspirante para echar a andar esa cuenta atrás, presionando a los partidos para que negocien.
Con los resultados del 4-M, nada de eso debería ocurrir. Díaz Ayuso planea reducir el Ejecutivo que formó en 2019 con Cs para que pase de 13 a 10 consejerías. Para lograrlo, primero debería llegar a un acuerdo con Vox, lo que no tendrá ninguna dificultad, ya que el partido ultra solo tiene que abstenerse y ya ha avanzado su apoyo. Además, tras negociar la investidura de 2019 y los presupuestos de 2021 (que no salieron adelante por el adelanto electoral), las dos partes tienen claro cuáles son los puntos de encuentro si es necesario ponerle precio a esos votos.
Así, Díaz Ayuso ha incluido medidas nuevas en su programa electoral que podrían incluirse en un acuerdo con Rocío Monasterio, la líder de Vox. Además de la conocida coincidencia de los dos partidos en el deseo de bajar el IRPF e introducir nuevas bonificaciones en sucesiones y donaciones, la candidata de la formación conservadora se muestra dispuesta a reducir diputados (de 136 a 101); facilitar las objeciones a la aplicación de la ley de eutanasia aprobada en marzo; desarrollar un plan antiokupación; elaborar una ley que reduzca la maraña administrativa; o promover la natalidad.
Durante la negociación presupuestaria, Díaz Ayuso cedió en asuntos de cariz ideológico como recortar los gastos de la administración, analizar el coste de acoger a menores extranjeros no acompañados, o encargar a la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) una revisión de la eficacia del gasto en subvenciones, abriendo la puerta a que en el futuro Vox reclamara dejar de financiar iniciativas vinculadas con el feminismo, los derechos LGTBI o las ayudas a inmigrantes, como ya había planteado en el pacto de investidura de 2019.
También aceptó la propuesta de Vox para impulsar un “plan de apoyo a las adolescentes embarazadas”. Finalmente, las tres partes (Cs también negociaba) se reafirmaban en su apoyo a la educación especial como una forma de confrontar con el Gobierno central, y la llamada ley Celaá.
Una cosa es segura: desde el 5 de mayo, Díaz Ayuso querrá dar la imagen de que no pierde un segundo. Para empezar, este mismo miércoles ha reunido a su Consejo de Gobierno, y luego ha dado un discurso ante la ejecutiva del PP.
“Soy consciente de que tengo mucho voto prestado, habrá que analizarlo”, ha dicho. “Necesito saber qué ha pasado aquí, qué nos ha pedido la gente, y ser consciente de que tanta ilusión compartida ahora se tiene que ver compensada”, ha añadido, avanzando que hará un discurso de investidura rebosante de ideología. “No hemos terminado con la pandemia, y tenemos una pandemia dentro de otra [en referencia a la crisis económica y social]”, ha seguido. “Ahora soy más libre para gestionarlo, pero no me sobra un día”.
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