Estrenar el voto en pandemia: el reto de la generación Z por hacerse sentir
Unos 110.000 ciudadanos debutan ante las urnas el 4-M y, pese a tener una intención de voto variada, muestran nuevas preocupaciones en la política
Javier Tardío se quedó con las ganas de votar en las últimas elecciones. Este joven de Arganzuela cumplió los 18 años apenas unos días después de las generales de 2019, en las que la mayoría de sus amigos sí votaron y la discusión política estaba a la orden del día. Desde aquel 10 de noviembre su interés por la política solo ha aumentado a raíz de la profunda crisis que ha propiciado la pandemia y que él sigue desde la prensa y las redes sociales con mucha preocupación. Así que, cuando se convocaron elecciones en la Comunidad de Madrid, estaba entusiasmado de poder expresarse democráticamente y poner sobre la mesa las cuestiones que preocupan a su generación, como el cuidado al medio ambiente y los impulsos estratégicos para modernizar la economía. “Es la única manera que tengo de influir en mi futuro”, asegura este estudiante de Ingeniería de software. Como él, son 110.000 ―poco más del 2% del censo― los que se estrenan en el voto en esta convocatoria.
Es la única manera que tengo de influir en mi futuro”,Javier Tardío, de 19 años
Estos nuevos votantes forman, junto al resto de menores de 25 años, la llamada generación Z o centennial, un cuarto de la población de la comunidad. Con el telón de fondo de una pandemia y la crisis más profunda desde la Guerra Civil, miran con atención las elecciones con mayor interés desde los años ochenta, pues según el CIS son el grupo más interesado. El mismo estudio señala también que son un grupo polarizado, ligeramente más que la media, lo cual se traduce en una intención de voto muy variada, por lo que difícilmente serán decisivos. Sin embargo, sus preocupaciones políticas son diferentes a las de sus padres o sus abuelos y esperan que, a través del voto, puedan consolidar las inquietudes de su generación en un debate político que rara vez se dirige directamente a ellos; pero solamente si logran vencer la tradicional abstención de su franja de edad, que para estas elecciones el CIS estima 10 puntos por debajo de la media.
Recelo de los partidos políticos
La paradoja entre este alto interés en política y su relativamente baja intención de votar el próximo 4-M se puede explicar por su recelo de los partidos políticos. El fracaso entre los jóvenes, principalmente del PP y el PSOE, se puede trazar desde hace años. Según un estudio del Observatorio de la Juventud en España (INJUVE), los jóvenes de ahora tienden a no identificarse con los partidos tradicionales, porque no han creado lazos con ellos en reiteradas elecciones, porque no suelen confiar en ellos o porque no sienten que son una prioridad para ninguno. No obstante, en estas elecciones, el PP ha intentado sortear esto con una candidatura más personalista y parece haber funcionado, pues el CIS le otorga a Isabel Díaz Ayuso un 20,1% de intención de voto en esta franja de edad. En cambio, según la misma fuente, el PSOE sería es el partido con menos votos entre la generación Z, con el 6%.
El votante centennial es indeciso, especialmente si se está estrenando, a pesar de influencias familiares o de clase. Es el caso de Carlota García, estudiante de diseño de moda que cumplió 18 años en mayo de 2020. “Cuando vas creciendo inconscientemente vas cogiendo ideas de lo que dicen tus padres, pero ahora que ya puedo formar mi propio criterio puedo ver sesgos, entonces rebato”, asegura. Ella, como la mayoría de su círculo cercano, no tiene decidido por quién va a votar y dice tener simpatía por partidos a ambos lados del espectro político. “Escucho muchas cosas que comparto, como que hay que mantener la hostelería abierta para salvar la economía, pero también que hay mucha gente muriendo y hay que cuidar la sanidad pública. Es un balance muy difícil de hacer. Me quiero leer las propuestas, debatir con mis amigos, y con las perspectivas de todos llegar a una opinión más informada”, explica.
Me quiero leer las propuestas, debatir con mis amigos, y con las perspectivas de todos llegar a una opinión más informada”Carlota García, 18 años
Lo que sí tiene claro es que va a votar. Es importante para ella tener voz en la sociedad, igual que en su familia. “Yo lo veo como una obligación. Es la manera de que los jóvenes nos hagamos oír y tenemos que aprovechar la oportunidad para reflejarlo”, argumenta esta alcorconera, consciente de que usualmente la gente joven es la que menos acude a las urnas; según el CIS el 69% de menores de 24 dicen que votarán seguro, frente a un promedio del 80%.
Aunque la abstención masiva también tendría un peso electoral y podría mandar un mensaje contundente a los partidos políticos, la preferencia es votar porque es una manera de silenciar los estereotipos que hay de ellos. No son niños pegados a sus teléfonos móviles y alejados de la realidad, asegura Javier Tardío, simplemente tienen prioridades distintas. El barómetro del CIS revela estas diferencias. Aunque la pandemia es el tema que más interesa a la ciudadanía en general, aparte del aspecto sanitario, los menores de 24 ponen mayor énfasis en el impacto en la educación, pero sobre todo en la economía, específicamente en las oportunidades y la calidad del empleo.
Cambio climático e igualdad
El reciente Informe Juventud en España 2020 de INJUVE, que analiza las tendencias entre los menores de 30 años, señala que los jóvenes suelen tener una visión más a largo plazo a la hora de posicionarse políticamente, lo cual atribuye a la sucesión de crisis con las que han crecido y que han desdibujado su futuro. Mientras que sus preocupaciones se centran en la dificultad de emanciparse y el futuro laboral, las causas que más los movilizan son el cambio climático y la igualdad de género. “Yo obviamente estoy mirando todo el tema de la pandemia, aunque también me interesan las medidas económicas que me puedan ayudar en el futuro, a pesar de que en mi sector debería poder conseguir trabajo. Pero lo más importante para mí es el medio ambiente; es un tema superior a cualquier coyuntura”, señala Javier Tardío, que en este momento se decanta por Más Madrid precisamente por su compromiso “verde”; el partido es el segundo en intención de voto entre los menores de 24 con un 17,9%, según el CIS.
Los que al final tienen que sufrir las medidas que se toman en las crisis en muchos casos ni siquiera saben que podrían haber hecho algo al respecto”Selene Fresneda, de 24 años
A pesar de un esperado aumento en su participación, las encuestas apuntan a que volverán a ser la franja de edad que menos votará. Esto es precisamente lo que quiere evitar Selene Fresneda, que con 24 años también estrenará su voto el 4-M; pero no por falta de ganas en las anteriores, sino porque no obtuvo la nacionalidad hasta el año pasado. Fresneda nació en Colombia, pero llegó a Madrid con nueve años y ha vivido en diferentes barrios de la ciudad desde entonces. Esta estudiante de Derecho es una centennial madrileña, pero también es inmigrante, como atestigua su acento colombiano.
Pertenece a los dos grupos con menor participación en comicios —jóvenes e inmigrantes―, pero ella no va a desperdiciar su oportunidad de influir, aunque sea ligeramente. Sabe de primera mano lo que la abstención significa para mucha gente. “Yo lo he visto toda mi vida, los que al final tienen que sufrir las medidas que se toman en las crisis en muchos casos ni siquiera saben que podrían haber hecho algo al respecto. Es importante que todo el que pueda se involucre”, explica. Además de votar, Fresneda está movilizando a la gente a votar el 4-M, porque si su generación se quiere hacer oír, asegura, no pueden faltar en las urnas.
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