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Sumar entra en su semana clave para los equilibrios en la coalición

Yolanda Díaz reúne a los diputados el próximo 16 de agosto, un día antes de la constitución de Cortes, y está previsto que el grupo parlamentario haga oficiales entonces los nombramientos

Yolanda Díaz, durante su comparecencia en sede de Sumar tras conocerse los resultados de las elecciones del 23-J.
Yolanda Díaz, durante su comparecencia en sede de Sumar tras conocerse los resultados de las elecciones del 23-J.Kiko Huesca (EFE)
Paula Chouza

El ritmo político se acelera en la segunda semana de agosto. A 10 días de la constitución de las Cortes, los dirigentes de Sumar se ponen manos a la obra para cerrar las negociaciones sobre la composición del grupo parlamentario. La coalición que lidera la vicepresidenta segunda en funciones, Yolanda Díaz, que con 31 diputados se convirtió el 23-J en la cuarta fuerza del Congreso, es crucial para completar una mayoría de izquierdas y revalidar el Gobierno con el PSOE, pero de su futura organización interna depende también en buena medida el éxito del nuevo proyecto. Mientras los partidos del Ejecutivo negocian con los nacionalistas para la primera prueba de fuego, la composición de la Mesa, el reparto dentro del partido en la Cámara baja resulta clave para definir el funcionamiento del espacio político, integrado por 16 formaciones. El equipo de Sumar traslada que la intención es armar un grupo “plural y, a la vez, cohesionado”, que dé voz a las diferentes familias que lo componen en el mayor proyecto de integración territorial que ha habido hasta ahora en la política española. Está previsto que los diputados celebren una primera reunión el miércoles 16 de agosto, tan solo un día antes del primer Pleno y cuando Díaz acudirá a presentar su credencial, y que sea entonces el momento en el que se haga oficial el organigrama.

El juego de equilibrios es complejo. Fuerzas como Podemos o Compromís —también Izquierda Unida, en un tono muy diferente— ya han marcado claramente posiciones al reclamar “autonomía política” o amagar con romper la disciplina de voto si no se les tiene suficientemente en cuenta. Varias voces dentro del espacio reconocen la dificultad de la convivencia y que Díaz deberá tener “mano izquierda” para gestionar la nueva estructura y la organización en una etapa con un reparto de fuerzas radicalmente distinto, y en la que afronta, además, el reto de consolidar Sumar como algo más que una mera herramienta electoral, organizando su propia Asamblea en los próximos meses. Entre los puestos clave a decidir estos días se encuentran el del portavoz parlamentario, las portavocías adjuntas, la presidencia del grupo, la secretaría general, los representantes en la Mesa del Congreso y los de las comisiones.

De todos ellos, el que más visibilidad tiene es el de la portavocía parlamentaria. Para esta plaza, ocupada en Unidas Podemos los últimos años por Pablo Echenique, el nombre que más suena es el de la cabeza de lista por A Coruña, Marta Lois, aunque varias fuentes de la confluencia matizan que el nombramiento aún debe debatirse y no está cerrado. El acuerdo de coalición sellado en junio sí establece que esa posición corresponde al partido de la vicepresidenta (Movimiento Sumar), igual que su suplencia. Exconcejala de Compostela Aberta —una de las mareas gallegas que llegó al gobierno local de Santiago en 2015 con Martiño Noriega como alcalde—, esta doctora en Ciencia Política prácticamente desconocida en el ámbito nacional es una persona muy cercana a Díaz. Lois figura como “presidenta” en el registro de la formación de la ministra de Trabajo y ha acompañado el proceso desde los inicios. Junto a ella, Sumar deberá nombrar a una serie de portavoces adjuntos para dar al resto de partidos una visibilidad que con mayor o menor tesón reclaman ya como condición fundamental. En la última legislatura, tanto Podemos como Izquierda Unida, En Comú Podem y Galicia en Común tenían sus propios representantes y en debates clave en Pleno se repartían los tiempos, llegando a intervenir los cuatro. Ahora los partidos representados son ocho y el esquema está por definir.

La Mesa del Congreso también mostrará el nuevo reparto de fuerzas en la Cámara y la batalla no está ganada. Aunque en la pasada legislatura Unidas Podemos obtuvo de forma un tanto inesperada una vicepresidencia y dos secretarías (dos puestos para Podemos y uno para los comunes), en este caso lo más plausible es que a Sumar le toque como mucho uno menos y en cualquier caso, todo depende de las alianzas que se fragüen. En el caso de la secretaría general del grupo, Txema Guijarro, elegido por Alicante, se perfila como el diputado con más opciones para repetir en el cargo, según distintas fuentes. Con experiencia ya y antiguo miembro de la dirección de Podemos, Guijarro forma parte del entorno de confianza de la vicepresidenta segunda y en estos comicios se presentó como parte de la cuota de Movimiento Sumar.

El documento de coalición suscrito por los partidos y registrado ante la Junta Electoral Central establece que se formará “un solo grupo parlamentario” —algo que complica cualquier posible escisión— y que el funcionamiento de ese espacio “se regirá por un reglamento que respetará los acuerdos adoptados y se acordará entre las fuerzas políticas que componen la coalición”. Esas normas deben determinarse también aún.

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Tal y como obliga la LOREG, en el escrito de junio se menciona también que se creará una Comisión de Coordinación integrada por un miembro designado “por cada uno de los partidos políticos que integran la coalición electoral”, que las decisiones que adopte este órgano “no serán contrarias a los acuerdos alcanzados y los mismos serán adoptados por consenso” y que, en caso de que no lo hubiera, “los representantes tendrán un voto ponderado en función del porcentaje de participación de cada uno de los partidos en la coalición”, lo que otorga mayor control a la formación de Díaz, que cuenta con 10 representantes frente a los cinco de Podemos, Izquierda Unida y Catalunya en Comú, respectivamente.

Los interrogantes a despejar en el grupo son todavía muchos y todo, a la vez que se negocia el programa de gobierno y la estructura ministerial de una hipotética coalición con el PSOE. Son conversaciones paralelas, pero forman parte del mismo juego de equilibrios. El que podría permitir a Díaz navegar con comodidad los primeros compases de la legislatura o, por el contrario, obligarle a librar una batalla pública con organizaciones que como Podemos presionan ya para hacer valer sus votos.

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Sobre la firma

Paula Chouza
Periodista de Política en EL PAÍS. Participó en el lanzamiento de EL PAÍS América en México. Trabajó en el Ayuntamiento de A Coruña y fue becaria del Congreso de los Diputados, CRTVG o Cadena SER. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, Máster en Marketing Político y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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