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Toda la artillería en la recta final: del fantasma del referéndum a la sombra que siempre vuelve, Marcial Dorado

Alfonso Rueda afirma, al contrario que Feijóo, que él sí conocía en los noventa la Operación Nécora. El líder del PP sugiere que Sánchez permitirá consultas independentistas

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en un mitin con la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida.Foto: ÁLVARO GARCÍA | Vídeo: EPV
Natalia Junquera

—Para evitar el bloqueo electoral o la repetición de elecciones, ¿pactaría con Vox?, preguntó el periodista Íñigo Alfonso a Alberto Núñez Feijóo este jueves en RNE.

—El PSOE no tiene ningún problema en que Vox esté en el Gobierno. Vota con Vox en Cantabria para que no gobierne el PP, que ganó; en Murcia…

—Pero usted tiene acuerdos con Vox en comunidades autónomas...

—¡Igual que el PSOE!

—Usted tiene acuerdos de gobierno. No hay acuerdos de Vox con el PSOE.

—¿Cómo que no? Hay acuerdos de gobierno y acuerdos de bloqueo.

A unas horas de las elecciones del domingo se han dicho ya tantas cosas en tantos sitios que cuesta mantener cierta coherencia con la primera entrevista, con el tuit original. La precampaña y la primera parte de la campaña estuvieron protagonizadas por los pactos del PP con Vox tras las autonómicas y municipales de mayo y en la recta final hacia las generales, cuando todos los sondeos señalan que Feijóo necesitaría a Vox para poder gobernar, su candidato trata de endosar a los socialistas la responsabilidad de ese acuerdo por no facilitar con su abstención el concienzudo plan de derogación del “sanchismo”, esto es, la anulación de “los bodrios jurídicos” que, según Feijóo, ha perpetrado el Gobierno de coalición. El líder de los populares reclama al PSOE que vote en contra de su programa y de sus medidas. El presidente valenciano gracias a Vox, Carlos Mazón, lo explicó el jueves de la mejor manera que pudo, con un trabalenguas: “El desanchizador que desanchice buen desanchizador será”.

Como todos los partidos en la recta final, Feijóo pidió el voto de los indecisos y fue más allá, al asegurar que su proyecto abarca hasta el 15-M. “Caben todos los que votaron a la nueva política. Todos aquellos que decían que iban a tocar el cielo ahora resulta que los han expulsado del partido. Todos aquellos que hicieron el movimiento del 15-M, los que hicieron a Sánchez presidente y desalojaron al PP, ahora los han desalojado a ellos. ¿Van a montarle las tiendas de campaña delante de la sede de Sumar? ¿Van a ir las Montero, los Echenique etc. a montarle un lío a sus compañeros que los han sacado de las listas?”. “Ha utilizado a unos compañeros y ahora los echa de las listas simplemente para medrar”, añadió.

Previamente, y para presentar de forma épica a su candidato, Esteban González Pons, vicesecretario de Acción Institucional, había recordado, sin querer, la no tan lejana noche de cuchillos largos en Génova, 13, cuando el PP defenestró a su primer líder elegido en unas primarias, Pablo Casado. Sobre el escenario, emocionado, se dirigió a Feijóo: “Estabas en Galicia con tu obra hecha y lo dejaste todo cuando te dijimos que te necesitábamos. Te lanzaste a salvar un partido que estaba en caída libre. Entregaste la mejor parte de tu vida...”.

En el sprint final de la campaña, Feijóo insiste en contrarrestar su posible bipartito con la extrema derecha —”Si le tengo que pedir el sí a Vox, lo lógico es que Vox esté en mi Gobierno”, admitió hace unos días—, oponiéndolo al pacto del PSOE con ERC, EH Bildu “y el partido de Puigdemont”. Esta última formación votó —al igual que los populares— en contra de la investidura de Sánchez en enero de 2020. Esquerra y la izquierda abertzale se abstuvieron, pero nunca entraron a formar parte del Ejecutivo. El líder del PP amenaza ahora con el fantasma del referéndum. “Sánchez siempre obedece. ERC ha puesto precio a la investidura de Sánchez y da igual lo que le pidan porque Sánchez siempre paga. ERC y Otegi piden celebrar un referéndum de autodeterminación en Cataluña y Euskadi el mismo día. Ese es el precio al que somete el independentismo la investidura de Sánchez”. Esos referendos, como ha repetido el presidente del Gobierno, son anticonstitucionales.

Resuelto el problema que nunca existió (empleados de Correos que podían no ser diligentes con el voto debido a quiénes son “sus jefes”), el PP retomó las críticas al adelanto electoral. Feijóo aseguró que Sánchez había adelantado las generales “para no tener que dar cuentas de la derrota electoral de las autonómicas”. O sea, para atrincherarse en La Moncloa, el presidente del Gobierno había sometido su cargo a esa subasta electoral llamada elecciones. El candidato popular prometió que cambiará la ley para que nunca más haya que votar en verano —su última presidencia de la Xunta la ganó un 12 de julio—.

El presidente del Gobierno y candidato a la reelección, Pedro Sánchez, saluda a los asistentes al mitin de Lugo, el jueves.
El presidente del Gobierno y candidato a la reelección, Pedro Sánchez, saluda a los asistentes al mitin de Lugo, el jueves.ÓSCAR CORRAL

También el líder socialista subió la marcha a unas horas de las urnas. El jueves, en La Sexta, opinó por primera vez con contundencia sobre la vieja amistad de Feijóo con Marcial Dorado, detenido en la Operación Nécora contra el narcotráfico: “Las excusas de que no existía Google o Internet —lo que alegó el líder del PP para asegurar que no sabía a qué se dedicaba su amigo— se caen por su propio peso. Feijóo mintió. Es inquietante que un dirigente político haya tenido relaciones tan estrechas con un narcotraficante y creo que esa inquietud es compartida por millones de españoles”, declaró. Preguntado por si en los años noventa había oído hablar de la Operación Nécora —en la que fue detenido Dorado— y de la saga del narcotráfico en la isla de Arousa, el sucesor de Feijóo en la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, miembro del mismo partido, admitió: “Yo acababa de terminar la carrera y conocí las mismas noticias que conoció todo el mundo. Me informaba igual que todo el mundo de todo lo que pasaba”.

Yolanda Díaz, señalada como una de las triunfadoras del debate de TVE, afirmó el jueves que “una democracia sólida y decente no puede permitir que un señor que quiere gobernar el país no se atreva a debatir”, y se comprometió a “hacer una ley para que nunca más” vuelva a ocurrir. En su programa electoral de 2015, el PSOE ya incluyó la promesa de regular estas citas. Ese año, Mariano Rajoy declinó participar y envió en su lugar, para batirse con Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera, a la entonces vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. En 2019 fue el líder socialista el que rechazó participar en un cara a cara con Pablo Casado. Las promesas electorales son cíclicas. Y a la vertiginosa velocidad que ha alcanzado la política española, donde aparecen y desaparecen partidos y líderes, Feijóo dio este jueves la vuelta completa: pasó de ausentarse de un debate a insistir, menos de 24 horas después, que “sería bueno regularlos por ley”.

La vicepresidenta segunda y candidata de Sumar a la presidencia, Yolanda Díaz, junto a la cabeza de lista de Sumar-En Comú Podem al Congreso por Barcelona, Aina Vidal, en un acto electoral el jueves en L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona).
La vicepresidenta segunda y candidata de Sumar a la presidencia, Yolanda Díaz, junto a la cabeza de lista de Sumar-En Comú Podem al Congreso por Barcelona, Aina Vidal, en un acto electoral el jueves en L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona).Andreu Dalmau (EFE)

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Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.

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