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El PSOE enfila la campaña explotando los pactos de la derecha

Los socialistas creen que lo de Extremadura es un “teatrillo” y habrá acuerdo tras las generales: “PP y Vox son lo mismo”

El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, en un acto sobre la Declaración Universal de los Derechos Humanos este viernes en Madrid. Foto: DANIEL GONZÁLEZ (EFE)
Carlos E. Cué

Los pactos del PP y Vox son los grandes protagonistas de esta precampaña electoral y el PSOE está intentando sacar el máximo partido a lo que cree que es un problema para los populares porque desactiva el intento de Alberto Núñez Feijóo de mostrarse como un líder moderado capaz de pactar a varias bandas. Los socialistas creen que por mucho que el PP intente enterrar este asunto y aparcar las decisiones que quedan para después de las generales del 23-J, la cuestión volverá a aparecer una y otra vez en campaña porque PP y Vox tienen muchos frentes abiertos. Ya gobiernan en 140 ayuntamientos en coalición y están a punto de hacerlo en la Comunidad Valenciana. Y además, Vox necesita hacerse notar para lograr un buen resultado en las generales, por lo que está cuestión será imposible de enterrar.

Mientras el PP intenta cambiar de asunto y pone el foco en la apuesta de los Comunes, que están dentro de Sumar, por un referéndum de autodeterminación en Cataluña que los socialistas siguen descartando de plano y que sigue siendo inviable jurídicamente pero sobre todo políticamente —porque no tiene el apoyo del PSC y el propio Félix Bolaños la calificó de “solución vieja y divisiva”— el PSOE vuelca buena parte de los esfuerzos de precampaña en intentar fijar el marco de una alianza PP-Vox en media España que, según su visión, derivaría naturalmente en una coalición PP-Vox en La Moncloa si no hay una movilización progresista que lo impida.

Bolaños, ministro de Presidencia y una de las voces habituales de la campaña socialista, mostró este viernes que el asunto de los pactos PP-Vox, que han tenido un nuevo episodio con la constitución de las cortes de Aragón, donde de nuevo los populares han dado la presidencia a la formación de extrema derecha. “No nos llevamos a engaño. PP y Vox son lo mismo. Y la prueba más evidente es que cuando el PP no necesita a Vox, como en Cantabria o Madrid, también asume las posiciones extremistas y las políticas de Vox”, señaló Bolaños.

El PP insiste en que es un partido que puede hacer distintos pactos y que no actúa igual en todas las comunidades, y como prueba aporta la situación en Extremadura, donde la ruptura de las negociaciones entre PP y Vox llevó a que el PSOE y Podemos se hicieran con el control de la Mesa del Parlamento. Pero Bolaños, como otros dirigentes socialistas, cree que se trata de un pulso entre ambas formaciones y que se resolverá después de las generales con un acuerdo. “No me dejo llevar por el teatrillo en Extremadura, supongo que lo intentarán prolongar hasta después de las elecciones del 23 de julio. PP y Vox son lo mismo, que nadie se lleve a engaño”, insistió.

Uno de los problemas con los que se han encontrado el PSOE y Unidas Podemos en la campaña de las autonómicas y las municipales es que no han conseguido movilizar a la izquierda ni de lejos tanto como lo ha hecho la derecha. Pedro Sánchez lo intentó con un mensaje centrado en la economía y en la gestión del Gobierno, pero esa campaña fracasó y la movilización no apareció por ningún lado. Al contrario, se produjo una fuga de votos del PSOE hacia el PP que los sondeos siguen detectando para las generales: un 9% según la última encuesta de 40dB. publicada por EL PAÍS y la Cadena SER.

Los socialistas son conscientes de que el mensaje del miedo a Vox tampoco funciona ya como en 2019 y no es capaz de movilizar de forma masiva a la izquierda. Pero en cualquier caso sí creen que puede ser útil para establecer un marco de campaña que no conviene al PP, y que Alberto Núñez Feijóo está intentado evitar, esto es, que la alternativa a Sánchez es una coalición PP-Vox que puede echar atrás cuestiones que tienen mucho apoyo social, como los derechos de las mujeres o del colectivo LGTBI, precisamente en el momento en que empieza la semana del Orgullo.

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La lona que ha desplegado Vox en Madrid, donde una mano tira a la basura los símbolos del feminismo, la bandera arcoíris del colectivo LGTBI o la bandera estelada catalana, ayudan al PSOE a buscar esa imagen, que están repitiendo en sus últimos mensajes varios de sus portavoces. Bolaños insistió en esa idea: “Con la derecha y ultraderecha, que son lo mismo, se ponen en riesgo derechos. Hay una lona en Madrid en la que se tira a la basura a las mujeres, a las personas LGTBI, a los catalanes que no piensen como ellos. Nos jugamos mucho el 23 julio, hay que tomárselo en serio. No podemos retroceder”, sentenció, después de lanzar también la píldora habitual sobre la situación económica, que ofrece buenas noticias casi a diario pero que no parece tener un efecto electoral. “España es la economía de Europa que más crece. En 2018 el crecimiento económico era raquítico, con un empleo sin derechos. Hoy tenemos un crecimiento económico sólido con empleo con derechos”, remató Bolaños.

El marco de la campaña del PSOE queda así claro, al menos de momento: una combinación de reivindicación de la gestión y los buenos datos económicos con una apelación a defender lo logrado y evitar que una coalición PP-Vox pueda suponer retrocesos en derechos importantes. Quedan muchos días antes de que empiece la campaña real, pero las posiciones de los dos grandes bloques van dibujándose.

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