Pedro Sánchez reivindica sin matices su Gobierno e insta al PSOE a no rendirse: “La victoria es posible”
El comité federal del partido aprueba por unanimidad las listas electorales para el 23-J, a pesar del enfado que generó en varios territorios la intervención de la dirección federal a última hora
En su comité federal más difícil desde que llegó a La Moncloa, Pedro Sánchez se ha afanado este sábado en inyectar a los 300 componentes del principal órgano de decisión del PSOE la convicción de que “la victoria es posible” en las elecciones generales del 23 de julio, pese al durísimo golpe que han supuesto los comicios municipales y autonómicos del 28-M, una noche fatídica para los socialistas en la que, sin esperárselo, perdieron casi todo su poder institucional. El partido estaba aún digiriendo ese resultado —retendrá sólo tres de las nueve comunidades que presidía— cuando la modificación de las listas electorales de los territorios para las generales, en las que Ferraz intervino el viernes sin previo aviso, incendió los ánimos. “La historia del PSOE es una tarea colectiva donde debe prevalecer el interés general”, ha enfatizado Sánchez para sofocar el ruido interno, en un discurso en el que no ha hecho la menor autocrítica por los resultados electorales y ha reivindicado sin matices la labor de su Gobierno: “Hemos hecho lo que había que hacer. Tenemos un balance excepcional sobre la mesa”, ha afirmado en una intervención en abierto.
En su alegato final, ya a puerta cerrada, Sánchez ha transmitido un mensaje de confianza en el triunfo que ha puesto en pie a todo el comité federal, según varios de los asistentes consultados por EL PAÍS: “Hemos subido los 8.000 metros todos los días en estos cinco años y no veo ambiente de cambio. Algún día dejaré de ser presidente del Gobierno, pero no el 23 de julio”, ha dicho. “Las cosas se dicen aquí”, ha afirmado también, en alusión a los reproches de algunos de los barones.
Los dos líderes territoriales más críticos del PSOE —Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, y Javier Lambán, de Aragón, uno de los grandes derrotados el 28-M— no han asistido al comité federal, que pese a la tempestad previa ha aprobado las listas, a mano alzada, por unanimidad. Lambán sí ha mostrado su enfado en las redes sociales: “Los socialistas de Zaragoza y Teruel elaboramos democráticamente unas magníficas candidaturas al Congreso y al Senado. Lamento mucho que los ciudadanos no vayan a tener la oportunidad de votarlas”. García-Page, el único de los barones que revalidó la mayoría absoluta el 28-M, no descartaba acudir, pero finalmente ha decidido ausentarse. García-Page forzó el viernes al PSOE a rectificar el cambio que la comisión federal de listas pretendía realizar en la provincia de Toledo, donde iba a relegar al segundo puesto a Sergio Gutiérrez, secretario de Organización del PSOE de Castilla-La Mancha, y poner como cabeza de lista a Milagros Tolón, alcaldesa de Toledo.
El malestar por la modificación de las listas electorales también reinaba entre declarados sanchistas como Luis Tudanca, secretario general del PSOE de Castilla y León, o el aún alcalde de Valladolid, Óscar Puente, que tampoco ha acudido al cónclave. Finalmente, todas esas ausencias tan destacadas —Adrián Barbón, el presidente de Asturias, tenía desde hace meses reservada la fecha por la boda de un amigo— han rebajado bastante la tensión que precedía al comité federal, donde, en el debate a puerta cerrada, han pedido la palabra 21 dirigentes. Todos han apelado al cierre de filas y a echar el resto el 23-J. Tolón, presidenta del comité federal, ha dado paso a Sánchez pidiendo unidad y que “nadie se preste a hacer de tonto útil de la derecha”, en una referencia que muchos presentes han entendido que iba dirigida a los barones críticos. El comité federal, pese a la expectación que le precedía, solo ha durado tres horas, otra prueba del cierre de filas pese a las turbulencias y discrepancias internas a cuenta de las listas.
“Una vez más, llega la hora decisiva. Y de nuestra victoria electoral va a depender el avance de España. Lo primero que quiero deciros es que la victoria es posible”, se ha volcado Sánchez en levantar los ánimos en medio de un ambiente más bien funesto. “La gran responsabilidad sobre lo que suceda el 23 de julio recae sobre nosotros, sobre los socialistas”. Para reforzar ese mensaje de que nada está escrito, el secretario general del PSOE ha celebrado que se haya cumplido el acuerdo entre Sumar y Podemos, la primera condición que era necesaria, según todas las encuestas, para no descartar de antemano la reedición del Ejecutivo de izquierdas en La Moncloa. “El 28 de mayo hubo una concentración del voto conservador en torno a solo dos fuerzas y una fuerte dispersión del voto a nuestra izquierda. Por eso, precisamente por eso, el acuerdo anunciado ayer es una noticia más que positiva. La unidad es una primera muestra de responsabilidad porque evita dispersar inútilmente energías. Y la responsabilidad es la condición para dejar atrás el ruido estéril y para concentrarse en lo que de veras importa a la ciudadanía”, ha recalcado Sánchez en una intervención en la que ha señalado errores ajenos pero no ha mencionado el resultado del PSOE, que perdió 400.000 votos y sus principales comunidades y ayuntamientos.
En la misma línea, el líder socialista ha reivindicado el papel protagonista del PSOE y ha remarcado que la responsabilidad de no permitir que España tenga un gobierno de PP y Vox es “intransferible” de los socialistas. Y en todo momento se ha dirigido no tanto al electorado de izquierdas cuanto a una “mayoría social” que, “vote lo que vote”, respalda, a su juicio, las grandes apuestas del PSOE para “mejorar España”, de la lucha contra el cambio climático a las medidas económicas.
La bandera de una economía “que va como una moto” y que no está “estancada” —como dice Alberto Núñez Feijóo— y la gestión “intachable” en una legislatura marcada por la pandemia y el alza de precios por la guerra de Ucrania ha sido y será la baza que Sánchez jugará para intentar la reelección el 23-J. “Hemos hecho lo que había que hacer, nos hemos dejado literalmente la piel, esta hoja de servicio tenemos que reivindicarla, hoy más que nunca”, ha reiterado. “Tenemos un balance excepcional sobre la mesa, lo tenemos todo. [PP y Vox] No quieren hablar de economía porque no saben qué decir. Todo lo que se les ocurre es balbucear viejas recetas. Nosotros tenemos un plan y ellos no tienen nada. Nosotros tenemos a Nadia y ellos no tienen a nadie”, ha remachado, reivindicando a la vicepresidenta primera. “Cuando el tiempo nos da la razón, queda claro que lo único irreal y fantasmagórico es la alternativa económica del PP. Tan irreal como que no existe”, ha apostillado poniendo en valor la previsión de crecimiento del 2,1% para este año, una de las inflaciones más bajas de la UE o los 20,8 millones de afiliados a la Seguridad Social.
La voz discordante la ha puesto Luis Tudanca, uno de los líderes territoriales más afines a Sánchez. El secretario general del PSOE de Castilla y León, que ha sido mucho más duro a su llegada que dentro según fuentes presentes, se ha manifestado a las puertas de Ferraz “enormemente decepcionado e indignado” con los cambios en las listas de Valladolid y Ávila que la comisión federal de listas aprobó el viernes sin tener en cuenta el criterio de la segunda federación que más diputados dio al PSOE en 2019. “Estoy defraudado, pero este país se juega muchísimo. Lo más importante es eso y vamos a emplearnos con fuerza para evitar que pase de nuevo un Gobierno como el del PP y Vox en Castilla y León”, ha aseverado Tudanca que después, en el comité federal, ha cerrado su intervención con su respaldo inequívoco a Sánchez: “Nos vamos a dejar la piel para ganar las próximas elecciones con las listas que se aprueben en este comité federal”. . Óscar Puente, alcalde de Valladolid, que pensaba intervenir, no ha acudido a la reunión. Fuentes de la dirección autonómica explican que “era lo mejor” dado su enfado. Puente es uno de los dirigentes que siempre ha estado al lado de Sánchez.
Ximo Puig, que el 28 de mayo perdió el Gobierno de la Comunidad Valenciana aunque aumentó el número de votos y escaños, , ha sido mucho más templado que Tudanca, pese al malestar que también han provocado en su federación los cambios introducidos por Ferraz en las listas al Congreso y el Senado. “Quien toma la decisión de las listas lo tiene que explicar”, se ha limitado a decir Puig en la entrada del comité federal, en la que ha recalcado, no obstante, que ha asistido al cónclave para “apoyar a Pedro Sánchez para que sea presidente del Gobierno en unas elecciones decisivas”. “Vengo con el ánimo positivo. Quien va a decidir mi futuro son los valencianos. Tengo la conciencia muy tranquila al haber cumplido con los valores del socialismo, vinculados a la humildad y no a la soberbia, a la solidaridad y no al narcisismo”, ha concluido en unos términos que algunos han interpretado como mensaje a sus adversarios internos. Luego, ya en el comité federal, ha respaldado a Sánchez y su candidatura el 23-J sin acritud: “Este es un proyecto mayoritario que debe aspirar a ser mayoría donde corresponda. Solo tenemos una salida: ser el primer partido del país”. “La pregunta no es tanto cómo vencer a la derecha, sino cómo convencer a los españoles. Dicho esto, nuestros adversarios harían bien en no subestimarnos: somos un partido que no da un paso atrás”, le ha secundado el primer secretario del PSC, Salvador Illa.
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