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El programa electoral de ERC para el 12-M plasma el pulso con el PSOE por el referéndum y la financiación singular

Los republicanos plantean 500 medidas de corte continuista y proponen destinar 1.000 millones de euros al año en vivienda y garantizar la universalidad de las guarderías

Pere Aragonès presidente de la Generalitat y candidato por ERC
El presidente de la Generalitat y candidato por ERC, Pere Aragonès , en un foro organizado por la Taula del Tercer Sector.Toni Albir (EFE)
Camilo S. Baquero

A una semana de que comience la campaña electoral en Cataluña, Esquerra Republicana (ERC) ha querido anotarse un tanto simbólico en su intento de que Pere Aragonès revalide la presidencia de la Generalitat. Los republicanos, rezagados en las encuestas frente al PSC, han presentado este jueves en Barcelona su programa electoral por sorpresa, un movimiento que, además de inédito en una precampaña catalana, busca mostrar solvencia política y, al menos sobre el papel, pretende dejar en evidencia a todos sus rivales. ERC, además de plantear la continuidad de proyectos clave como la apuesta por la vivienda de alquiler público o la gratuidad de las guarderías, aprovecha el documento para plasmar el pulso que su partido mantiene con los socialistas a cuenta de su insistencia en la celebración de un referéndum pactado de independencia y el diseño de una financiación singular para Cataluña.

La redacción del documento, de 168 páginas, recayó sobre Marta Vilalta, adjunta a la secretaría general, y la senadora Sara Bailac. Ninguna se separó del guion que ha articulado el camino de Aragonès desde que asumió en solitario el Govern tras la ruptura con Junts en octubre 2022 y que apuntaló el peso de los independentistas catalanes tras las últimas elecciones generales: con la amnistía a los líderes del procés a punto de ser aprobada definitivamente, la exigencia se encamina ahora a que el Gobierno acepte las condiciones de un referéndum de independencia, al que no le pone fecha, y diseñe una financiación a la medida para Cataluña.

“Una vez aprobada la amnistía, hay que abordar la segunda fase de la negociación y eso se hace con política y democracia”, ha defendido Vilalta. La voluntad de los republicanos por subirle volumen a ambas reivindicaciones la acredita una comparación entre los programas electorales de 2021 y el 12-M. En los pasados comicios, toda la justificación a favor de la votación que el Gobierno central niega sistemáticamente estaba en la penúltima página del documento, la 185. “Defendemos que el referéndum pactado es el mejor escenario, la opción que genera más garantías y reconocimiento”, exponía entonces. En el documento presentado este jueves, está en la segunda tras la introducción, la 11.

Tras la amnistía, el compromiso es “construir un acuerdo que establezca el procedimiento para que la ciudadanía de Cataluña vote de nuevo sobre la independencia de el país”. La fórmula escogida, muy similar a la de las pasadas generales, no entra ni en posibles fechas, pregunta o criterios para la validez de la votación. Pese a que hace dos semanas el propio Aragonès abrazó un informe del Instituto de Estudios del Autogobierno, donde apuesta por el encaje constitucional de la votación por la vía del artículo 92, el partido opta por no hacer bandera de ello. Fuentes de la formación quitan hierro a ese punto, insistiendo en que están en el mismo lugar al que llegaron tras, en 2017, aparcar la vía unilateral y apostar por la de la negociación y el pacto con el Gobierno central. Ahí también enmarcan el hecho de que, como hace tres años, tampoco se explicite en el texto que “aparcar” no significa renunciar a la confrontación directa.

No han sido pocas las ocasiones, no solo en Cataluña, donde los programas electorales ven la luz incluso en la segunda semana de campaña. Es decir, se celebra casi media campaña sin la posibilidad de que se puedan fiscalizar de manera clara las propuestas que se exponen en los actos y mítines. De ahí que sorprendiera la premura del equipo de campaña de Aragonès por batir cualquier apuesta sobre la publicación del documento.

El Gobierno central no es el único al que los republicanos le han querido enviar un mensaje tanto en el fondo como en la forma de presentar sus propuestas. El relato con que el president candidato pretende revalidar el cargo pivota en su obra de Gobierno y mostrarse como un buen gestor ante las críticas de Junts y PSC, que ponen como ejemplo de todo lo contrario la atención a las consecuencias de la sequía. Tener el programa en tiempo récord, creen en ERC, les refuerza.

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Contra el casino de Hard Rock

Vilalta ha aprovechado para para criticar a sus rivales directos del PSC y Junts, asegurando que sus 500 propuestas no buscan “dar respuesta a lo que decida Madrid o lo que le pase a una persona”. Atenazado en la polarización entre los socialistas y los representados por el expresident Carles Puigdemont, ERC sigue intentando convencer que encarna una tercera vía. “Nos gustaría haber podido debatirlas en campaña”, ha añadido la portavoz, recordando así la negativa del también eurodiputado a participar los debate y limitarse a entrevistas y mensajes enlatados desde el Sur de Francia, ya que aún pesa sobre él una orden nacional de captura. ERC marca perfil ante ambos, por ejemplo, desmarcándose ya sin tapujos del proyecto del casino de Hard Rock.

En ERC creen que Puigdemont no debate porque no tiene programa electoral más allá de un supuesto retorno gracias a la amnistía y confían en que los votantes independentistas valoren su apuesta pragmática. Sus compromisos son continuistas, como destinar 1.000 millones de euros cada año en políticas de vivienda; consolidar la empresa energética pública puesta en marcha esta legislatura para avanzar hacia “la soberanía energética”; la gratuidad y universalidad de la educación 0-3; una ley trans catalana y llegar al 25% del peso de la industria en el PIB en 2030.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.
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