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Los independentistas y el PSC intentan blindar el reparto de cargos de la mesa del Parlament

Los comunes no entran dentro del acuerdo para la Cámara pero no “tiran la toalla”

El president en funciones, Pere Aragonès, durante su comparecencia en la Diputación Permanente del Parlament
El president en funciones, Pere Aragonès, durante su comparecencia en la Diputación Permanente del ParlamentAlbert Garcia Gallego (EL PAÍS)

La legislatura número 13 del Parlament de Cataluña comienza el próximo viernes, con la sesión constitutiva de la Cámara, y aún hay dudas sobre cuál será la conformación final de la mesa. Junts, ERC y la CUP todavía negocian los detalles sobre los nombres, pero tienen claro que unirán sus votos (74, de un total de 135 diputados) para asegurarse tanto la presidencia como la mayoría secesionista sobre el órgano que da luz verde a los debates que se abordan, entre otras atribuciones. El PSC, con 33 escaños y la fuerza más votada, pujará también por el liderazgo del legislativo catalán, si bien es poco probable que la logre. Su peso de diputados, más la decisión expresa del independentismo de que se vea reflejado su peso electoral en la mesa, le permite aspirar a dos sillas de las siete en liza.

A diferencia de lo que sucede en el Congreso, por ejemplo, la presidencia del Parlament y la distribución de los cargos de la mesa hace parte del pacto de Gobierno en la Generalitat. Liderar el legislativo siempre le ha correspondido al socio menor de la coalición aunque también se ha tenido en cuenta a la hora del reparto cierta cortesía parlamentaria derivada de los resultados. En la pasada legislatura, por ejemplo, Ciudadanos, que fue la fuerza más votada, consiguió tener una vicepresidencia y una secretaría.

Los diputados tendrán que escoger, mediante tres votaciones, al presidente o presidenta del Parlament; los dos diputados o diputadas que ocuparán las dos vicepresidencias y quedan además cuatro secretarías. El rodillo secesionista permitirá mantener la presidencia de la Cámara. Otra cosa es quién finalmente la ocupe. Junts per Catalunya defiende que le corresponde al ser la segunda fuerza más votada dentro del independentismo pero ERC ha coqueteado con que sea para la CUP. Los anticapitalistas, más allá de la posición, si quieren dar el paso para entrar por primera vez a la mesa. Laura Borràs sería la primera candidata de Junts pero ella guarda silencio sobre su papel en la legislatura.

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En las dos siguientes votaciones se asignan los cargos por número de votos. En el caso de las vicepresidencias, el PSC sí puede hacer valer sus 33 diputados y, ante la división del apoyo independentista y con los votos de los comunes, por ejemplo, hacerse al menos con la vicepresidencia segunda. Los socialistas aspiran a que Eva Granados presida la Cámara pero la aritmética la ubica más en una de las vicepresidencias. El diputado Ferran Pedret sería la otra carta del grupo de Salvador Illa para ocupar una de las secretarias.

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El plan de los independentistas pasa porque, al menos, ERC tenga dos sitios en la mesa, Junts otros dos y la CUP, uno. Pero el resultado en la última votación, la de los secretarios, es más problemática porque aritméticamente permite más posibilidades. Vox (hay un esbozo de pacto para que no ocupe ningún cargo de responsabilidad en la Cámara), Ciudadanos y PP suman 20 votos y el interés de que no haya una mayoría secesionista en la Cámara.

Los comunes insisten en que presentarán a Juan Carlos Gallego como presidenciable del Parlament. El portavoz de la formación En Comú Podem, Joan Mena, ha subrayado este lunes, en un contacto con los medios de comunicación, que esa es su única opción por lo que, en principio, descartan apoyar la candidatura de la socialista Eva Granados. Mena no ha querido aclarar si, descartada la opción de Gallego a la presidencia, mantienen otra opción para formar parte de la mesa del Parlament, como ocupar alguna de las secretarías.

Pese a las reiteradas negativas de En Comú Podem y el veto de Junts, los republicanos insisten en que los comunes entren en el Govern. Si se sumaran al bloque independentista, los de Jéssica Albiach podrían descabalgar al PSC de la secretaría y reducir al mínimo la presencia del constitucionalismo. Se trata de un movimiento que acallaría el debate políticos sobre los límites marcados por el Tribunal Constitucional, por ejemplo, respecto a resoluciones sobre la autodeterminación. “Mantenemos conversaciones sobre ese extremo con ERC y el PSC pero por razones de discreción política no queremos avanzar nada. Llegado el momento, lo explicaremos”, ha apuntado Mena, sin querer entrar en valoraciones de la posibilidad de que las fuerzas independentistas quieran asegurarse la mayoría de los miembros de la mesa.

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