Las acusaciones de corrupción irrumpen en la campaña catalana a raíz del ‘caso Borràs’
La CUP condiciona un eventual apoyo a la candidata de Junts a una “garantía” de su inocencia en el caso de presunta prevaricación
Las últimas dos elecciones en Cataluña se han vivido con un ojo en los mítines y otro en los tribunales. En 2015 se esperaba la investigación judicial contra el expresident Artur Mas y algunos de sus consejeros por la organización de la consulta del 9-N. En 2017, con los líderes del procés en prisión preventiva y esperando el juicio en el Tribunal Supremo. Las del 14-F también lo estarán por varias razones, una vez suspendido el cambio de fecha de los comicios. Primero, porque la Fiscalía tiene que pronunciarse sobre el régimen de semilibertad concedido a los políticos presos por la Generalitat. Segundo, por las acusaciones mutuas de los partidos por los casos de presunta corrupción en sus filas y el hecho de que, al menos, dos cabezas de lista están siendo investigadas por casos de naturaleza muy distinta: Laura Borràs está acusada de un delito de prevaricación, por supuestamente beneficiar a un amigo troceando un contrato público. Dolors Sabater, de la CUP, fue alcaldesa de Badalona y tiene que responder por otro supuesto caso de prevaricación con unas licencias urbanísticas.
El tema de la corrupción ha terminado por envenenar aún más las relaciones entre las tres formaciones independentistas, que ya habían topado por la interpretación que tendría obtener más del 50% de los votos y cuál sería el eventual proyecto del nuevo Govern independentista. ERC acusa a Junts de decir una cosa en los mítines y otra sobre el papel. Los de Carles Puigdemont ponen en duda el independentismo de ERC. Y la CUP cree que no vale la pena apoyar a otro Gobierno autonómico. El mayor detonante ha sido la situación de Borràs, ante la cual la CUP se ha visto obligada a rectificar. Desde las sombras de duda ante una eventual investidura de Borràs, el pasado martes, hasta las declaraciones de Carles Riera en TV3, este jueves, diciendo que no hay veto pero que pedirán “una garantía verificable” de que no haya “una mala praxis por corrupción” de la candidata de Junts.
El martes, la propia Borràs había pasado al ataque contra la CUP, recordando que Sabater también estaba siendo investigada. La comparación generó malestar dentro de los anticapitalistas, que creen que no se puede comparar la naturaleza de ambas acusaciones. Borràs y también el propio Puigdemont, este jueves en RAC-1, han insistido en la tesis de que la imputación de la exconsejera está motivada por su ideología y que el Estado quiere influir en las elecciones. “Borràs es el enemigo a batir y por eso se encarnizan”, ha dicho el expresident. El también candidato cree que hay “similitudes” en cómo se ha actuado en este caso y en otras causas contra líderes secesionistas, como “investigaciones prospectivas, filtraciones a la prensa, referencias a atestados donde se le señala como independentista”.
Un eventual triunfo de Borràs, cuyo caso pasaría del Tribunal Supremo al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, abre la puerta a que se vuelva a inhabilitar a un presidente de la Generalitat, como ya ocurrió con Quim Torra por un delito de desobediencia. Artur Mas recibió la misma pena pero ya estaba fuera del cargo. Puigdemont, defenestrado por la aplicación del 155, cree que se trata de un nuevo ataque del Estado, obviando que la candidata ya había llegado a la carrera electoral con la causa en la mochila desde 2018. “Si nos creemos el marco mental de la justicia española, todos somos un grupo de corruptos”, ha dicho el expresident.
En una entrevista a este diario, Borràs defendió la teoría de la persecución del Estado pero se negó a explicar los correos que están en la causa y que la pueden incriminar, al demostrar que intentaba beneficiar a un amigo para que accediera a un contrato en la Institució de les Lletres Catalanes en 2014. La candidata afirma que ya ha dado las explicaciones donde correspondía y pese a hablar continuamente del caso se ha refugiado en el argumento de “es un tema que está sub iudice”. “Dije que no colaboraría con la injusticia española, y también me gustaría que ustedes no colaboraran con la cloaca española”, respondió cuando se le preguntó sobre la veracidad de esos correos.
Borràs además aseguró que el vicepresident Oriol Junqueras está condenado por corrupción, algo que irritó este miércoles a ERC. La secretaria general, Marta Rovira, y otros altos cargos le pidieron una rectificación. “Todos los últimos presidentes de la Generalitat están todos inhabilitados y tenemos un vicepresident a la presión condenado por corrupción. Las euroórdenes venían todas marcadas por el concepto de corrupción y la law fare explica que precisamente se usa ese concepto cuando se aplica”, respondió Borràs cuando este diario le preguntó si era aceptable tener una candidata imputada por corrupción. Junqueras fue condenado por el Tribunal Supremo a 13 años de prisión por delitos de sedición y malversación.
Junts se negó anoche a rectificar. Puigdemont ha cargado este jueves contra los republicanos porque han utilizado un vídeo editado para sustentar su petición y considera que corta el sentido de lo que quería decir Borràs. “Pido que cuando alguien utilice las declaraciones de un rival vaya a las fuentes directas y no las manipule”. La candidata, por su parte, ha recomendado en una entrevista en Televisión Española “comprensión lectora y audiovisual”.
Los reproches por casos de corrupción ya habían aparecido tímidamente en los mítines y debates de esta campaña. No hay día en que ERC insista en que no tiene ningún caso de corrupción en sus filas, si bien este miércoles la Audiencia de Barcelona apoyó las escuchas telefónicas del caso Voloh y que podrían dejar muy mal parado a un ex alto cargo republicano, Xavier Vendrell. Los de ERC recuerdan las cuentas pendientes del PSC por el caso de desvío de fondos públicos en el que está imputada por un presunto delito de malversación la presidenta de la Diputación de Barcelona, Núria Marín. El ataque a Borràs nunca ha sido directo. Al PP este miércoles le explotó la bomba de la confesión del extesorero Luis Bárcenas. Lorena Roldán ha asegurado que el PP en Cataluña está “limpio”.
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