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Jugar en la plaza de la Sagrada Familia para reconquistar espacio tomado por los turistas en Barcelona: “Estamos rodeados”

Barcelona instala juguetes y juegos de mesa en espacios de gran afluencia turística para que los vecinos vuelvan a usarlos

Turismo en Barcelona
Clara Blanchar

Es un oasis en un mar de espacio público ocupado masivamente por los turistas. Una aldea gala de uso vecinal. Pero de gran carga simbólica. Barcelona acaba de trasladar su programa de juego en las plazas a dos espacios que los vecinos han abandonado hace tiempo: el entorno de la Sagrada Familia (en el Eixample) y la plaza Reial (Ciutat Vella). Una conquista acotada en el espacio y el tiempo: una mañana y una alfombra de césped llena de juguetes, estanterías con juegos de mesa, bancos, grandes mesas, y juegos de madera de tamaño gigante. El programa, en fase de piloto, forma parte de la gestión de los llamados EGA (espacios de gran afluencia) y busca reconquistarlos para uso vecinal. “Aquí no veníamos nunca, es horrible, de aquí los vecinos huyeron hace tiempo”, celebraban este sábado Sílvia y Pedro, abuelos de Yerai, de dos años, sentados y jugando en la plaza de la Sagrada Familia.

“La idea no es sacar al turista, sino potenciar otros usos en espacios masificados, compartir el espacio público”, explica Joel Garcia, director del espacio de una propuesta en la que tres dinamizadores animan a jugar, recomiendan y explican los juegos. La plaza de la Sagrada Familia se llenó este sábado, con un público de varias generaciones, desde bebés hasta sus abuelos, pasando por chavales o familias jóvenes. La actividad no distingue entre vecinos y turistas. De forma espontánea, quienes se quedan un buen rato son las familias del entorno; los visitantes, que van a lo que van, si paran, miran o están solo unos minutos. A última hora de la mañana, recuento: “El más fan ha sido un padre del barrio que, tras un buen rato, se ha marchado diciendo que por la tarde irá a la plaza Reial”, celebraba Sara, una de las dinamizadoras. La semana pasada, en la céntrica plaza porticada rodeada de terrazas, un grupo de chavales del barrio organizó un torneo de partidas rápidas de ajedrez.

Vecinos (y algún turista) juegan, este sábado, en el parque de la Sagrada Familia de Barcelona, en un programa de gestión de la masificación turística que busca recuperar espacios de uso vecinal.

Mientras en Barcelona se extiende el consenso sobre que hay que poner límites al turismo pero la cifra de visitantes sigue creciendo, el plan de acción del EGA de Sagrada Familia se ha marcado cuatro retos: reducir la saturación del espacio público, transformar usos del comercio hacia la proximidad, mejorar la movilidad y velar por la vida cotidiana de los vecinos. Y en el último es donde en el Ayuntamiento, al diseñar la gestión de los EGA, pensó en incorporar el programa Juguem a les places (juguemos en las plazas), que funciona en 50 enclaves desde 2021, después de la pandemia, cuando ganar espacio público y “vecinificarlo”, que sería lo contrario a gentrificación, fue una prioridad política para el gobierno de la exalcaldesa Ada Colau.

“Cada espacio de gran afluencia tiene sus estrategias, comunes en toda la ciudad, pero también locales. E igual que encontramos nuevas soluciones, también aprovechamos e incorporamos programas que ya existen y generan valor público”, explican fuentes municipales.

Una familia juega en la plaza de la Sagrada Familia de Barcelona este sábado, en el espacio municipal que busca recuperar el uso vecinal de zonas masificadas por el turismo.

Algunos de los que se acercaron al espacio de juego de la Sagrada Familia este sábado repetían, porque el programa comenzó el 30 de agosto. Como Laia, que animó a su amiga Raquel, y bajaron a la calle con sus hijos de tres años. “La iniciativa está superbién, pero no es suficiente, fíjate, estamos rodeados”, señalaba. Y ponía ejemplos: “El parque infantil ya es de ellos [los turistas], hasta entran al pipi can para hacer fotos del templo. Los vecinos evitamos el entorno de la Sagrada Familia, para ir a trabajar, elegimos la boca de metro más lejana, para cualquier desplazamiento damos una vuelta para evitar el mogollón”.

Verónica bajó de casa, “en el meollo turístico total”, a la plaza con su hijo Axel, de ocho años. Jugaron al ajedrez y al billar holandés. “Aquí vivimos rodeados”, insistía en el concepto que remite a las películas del Far West. “Nos planteamos incluso marcharnos del barrio. Siempre andamos buscando parques más lejos, evitamos el entorno del templo y bajamos hasta Glòries [donde la ampliación del parque se estrenó antes del verano]”, lamentaba, al tiempo que aseguraba que dará voces en la escuela, para que la gente conozca el espacio de juego.

Por ahora, el consistorio está satisfecho con la aplicación del plan de juego en las plazas a puntos saturados por el turismo. El primer fin de semana participaron unas 250 personas y “la sensación es muy positiva”, explican fuentes municipales. Las EGA forman parte del plan de Gestión Turística del mandato del alcalde Jaume Collboni que busca “gestionar la actividad turística para mejorar su equilibrio con la vida cotidiana de los vecinos y situar Barcelona como referente en la gestión, ordenación, financiación y retorno social de la actividad turística”. Está previsto que el Juguemos en las plazas desembarque en puntos turísticos durante los sábados y domingos, por lo menos, hasta febrero.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.
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