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Barcelona avisará a los turistas de la masificación de los puntos más visitados en tiempo real

El Ayuntamiento priorizará este verano la gestión de la saturación en la Sagrada Familia, el Park Güell y La Boqueria, pero no contempla limitar los visitantes

Extranjeros hacen turismo en Barcelona, el pasado mes de mayo.
Extranjeros hacen turismo en Barcelona, el pasado mes de mayo.Albert Garcia
Clara Blanchar

Barcelona pone en marcha este verano un intento de gestión de la saturación de las zonas más turísticas de la ciudad. Puntos como el entorno de la Sagrada Familia o el mercado de La Boqueria, que cada año reciben una avalancha de 20 millones de visitantes en su entorno. De entrada, el Ayuntamiento ha delimitado ocho Espacios de Gran Afluencia Turística (EGA) y este verano priorizará tres: el templo y el mercado citados, además del Park Güell. Entre las medidas previstas figura mejorar los flujos de circulación de los peatones, repensar el mobiliario urbano del espacio público, y aumentar las inspecciones a las actividades económicas o la cifra de Agentes Cívicos y Guardia Urbana. En el futuro, el Consistorio avisará a los turistas de la masificación de los puntos más colapsados (unos datos disponibles a través de los teléfonos móviles de los propios turistas), para evitar una mala experiencia a los visitantes. No será este verano, pero ya se han hecho pruebas utilizando los paneles informativos de las paradas de autobús de líneas que utilizan los visitantes en el Park Güell y ahora la idea es también hacerlo a través de una aplicación. Lo que no está previsto es limitar a los visitantes en estos espacios públicos.

El teniente de alcalde de Economía y Turismo, Jordi Valls, ha reconocido que “es muy complicado poner límites, porque el dato de visitantes aporta cuantificación, pero la cuestión subjetiva, de si es sostenible, aporta o no aporta es complicada, prohibir es difícil, pero hacer alarmas [a los propios turistas] que no lleven a engaño debemos hacerlo”. “Estamos al límite de turistas en Barcelona y en ciertos entornos. Podemos intervenir en el espacio público y la gestión de los flujos se puede ordenar hacia otros sectores, como el cultural, y si no habrá que introducir elementos de más contundencia. Pero Barcelona no es como Venecia, que tiene dos o tres accesos, seguiremos el ejemplo hasta donde podamos”, ha argumentado. Y ha precisado: “Pondremos inteligencia para dar instrucciones o sugerencias a los turistas, para avisarles de que si van a La Boqueria la experiencia que tendrán no será positiva, diciéndolo con esta claridad”.

Valls también ha apuntado, desmarcándose de los dos mandatos de los comunes en la alcaldía de Ada Colau, que el gobierno municipal del alcalde Jaume Collboni está tomando medidas “de la mano del sector, del Gremio de Hoteles o cualquiera que esté vinculado al turismo, que también reconoce la necesidad de gestionarlo”. “No se pueden transformar las cosas solo con el pulmón de la administración pública”.

Las EGAS serán un instrumento para “gestionar el turismo en áreas urbanas o espacios icónicos que atraen muchos turistas o visitantes y que comparten fenómenos como la saturación del espacio público, la variedad de usos, el incremento de la movilidad, o la complejidad para la vida cotidiana”. En conjunto, se han delimitado 16 en toda la ciudad, de las que la mitad tienen al turismo como motivo de la saturación: las tres citadas (Sagrada Familia, Boqueria y Park Güell), el Turó de la Rovira, Paseo de Gràcia, Rambla, Gòtic, Santa Caterina y Barceloneta. En el futuro, tendrán un “marco normativo propio” que permitirá actuar con mayor agilidad en cuestiones como las inspecciones, la seguridad o la limpieza.

La gestión de las EGA contempla 33 actuaciones y 44 millones de euros en cuatro años para incidir en la ocupación de espacio público, movilidad y flujos de peatones, transformación de actividades y usos, vida cotidiana y gobernanza y datos. El plan además supone la creación de una Oficina de Coordinación (que dependerá de Foment de Ciutat), otra oficina de datos y que cada distrito tenga una persona referente para el espacio de gran afluencia. El plan se completa con una campaña de comunicación que pide respeto a los turistas con el lema “Barcelona es nuestra casa. Todo el mundo es bienvenido, sé respetuoso”.

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En la Sagrada Familia, a corto plazo, se reordenarán los buses y el mobiliario urbano y se velará para actuar contra conductas que están prohibidas, como el uso de drones por parte de los turistas. En el entorno del templo, la gerente del distrito del Eixample, Anna Terra, ha explicado que se ha estudiado el espacio público y se retirarán algunos elementos de mobiliario o vegetación, bicicletas abandonadas, y se harán inspecciones en terrazas o establecimientos con oferta turística. Valls ha añadido que el proyecto de una salida del metro en el interior del templo está pendiente de “cuestiones de seguridad no menores”. En La Boqueria, habrá agentes cívicos en el mercado y la plaza de la Gardunya (hasta ahora no había). Y en el Park Güell se han modificado las ubicaciones de paradas de taxi y se aumentará el transporte público.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.
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