Artur Mas apremia a Junts para que elija quién liderará la oposición en Cataluña
Puigdemont renuncia a liderar la fiscalización a Illa en el Parlament y su antecesor en la Generalitat alerta de la necesidad de visualizar una “alternativa potencialmente ganadora”
Tras la derrota sufrida en las elecciones catalanas del 12-M, Junts per Catalunya busca la manera de no aparecer públicamente como un segundón. Carles Puigdemont ha descartado ejercer de jefe de la oposición y su partido ha confirmado que nadie le sucederá en el papel de fiscalizador del Govern que comanda Salvador Illa. Para Junts el nombre hace la cosa y se ha decidido relegar el término “oposición” para dar prioridad al concepto “alternativa”. El juego semántico forma parte del plan que el expresident ha expuesto esta semana en Waterloo (Bélgica), durante unas jornadas de trabajo con su grupo parlamentario. La decisión se asume sin aspavientos internos, pero el expresidente Artur Mas, que no es militante de Junts pero exhibe total afinidad con la formación continuadora del legado de Convergència, ha advertido que si Puigdemont renuncia a la figura de opositor, el partido no puede quedarse inmóvil: “Si no lo hace él, alguien tiene que hacerlo”, manifestó este jueves en una entrevista en Catalunya Ràdio.
“No asumiremos el cargo de jefe de la oposición, ni los cargos de confianza que se deriven, pero sí el rol que las urnas nos han dado de ser la alternativa al Govern del president Illa, una alternativa que necesita Cataluña”, ha anunciado, desde Waterloo, el presidente del grupo parlamentario de Junts, Albert Batet. “Nosotros no hemos venido a hacer oposición. Venimos a construir una alternativa fuerte, potente, a favor de los catalanes y las catalanas, que haga que se respete Cataluña y que evidencie que la dependencia de Madrid no es buena para los catalanes”, ha sentenciado.
Solo una voz ha salido del entorno de Junts a criticar el planteamiento. El expresident Artur Mas ha dicho que considera “lógico” el argumento de Batet pero al mismo tiempo ha advertido a Junts que no está en disposición de hacer ninguna renuncia en la Cámara. “Alguien tiene que hacerlo”, ha manifestado Mas, en relación con el rol de jefe de la oposición, recogido dentro del reglamento del Parlament. Igualmente, el expresidente ha señalado que la formación fundada por Puigdemont “no solo tiene que ser un partido que resiste a las elecciones sino que tiene que ser capaz de organizarse para ser una alternativa potencialmente ganadora”.
A la espera de saber qué situación le depara la ley de amnistía, Puigdemont tiene previsto mantener su escaño en el Parlament, pero sin asumir el rango de jefe opositor. De acuerdo con el reglamento de la Cámara, tiene derecho a ese reconocimiento el presidente del segundo grupo parlamentario más votado. El cargo confiere derecho a un tratamiento protocolario específico y conlleva retribuciones personales y extras para asesores, además que suele implicar poder aparecer en una entrevista institucional en la televisión pública catalana. Durante el Govern de Pere Aragonès, el socialista Salvador Illa asumió la condición de cara visible de la oposición. Illa, además, inventó un Govern Alternatiu y trató de darle credibilidad y empaque.
Puigdemont, que mantiene su residencia en Bélgica para evitar ser detenido si entra en Cataluña, asume que desde la distancia sería complicado desempeñar una fiscalización directa al president Illa, aunque sí tiene su voto garantizado en virtud de la última reforma del reglamento. Durante la campaña ya avanzó que ser jefe de la oposición no entraba en sus planes. También se comprometió a dejar la política activa si no ganaba las elecciones, pero esta idea la ha rectificado y, supuestamente, reforzará su papel como líder de Junts, asumiendo la presidencia del partido en el congreso que el partido celebra a finales de este mes en Calella (Barcelona).
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