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Illa insta a la oposición a llegar a grandes pactos de país en la presentación de su Govern ante el Parlament

El ‘president’ y el jefe de filas de Junts, Albert Batet, chocan por la orientación del Ejecutivo mientras que ERC y comunes critican algunos nombramientos

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, en el Parlament, este jueves.Foto: Gianluca Battista

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha presentado este jueves en el Parlament la estructura de su nuevo Ejecutivo, en el primer pleno en la Cámara tras su investidura el pasado mes de agosto. El socialista, que ha comparecido a petición propia, ha exhibido su perfil más conciliador y tras defender los nombramientos de los 16 consejeros les ha recordado sus principales tareas para estos cuatro años. El jefe del Govern ha puesto un especial énfasis en la seguridad y la implementación de la financiación singular pactada con ERC en la investidura, que ha advertido que conseguirá aunque ha aceptado que “costará”. Además, Illa ha hecho un llamamiento a la oposición para alcanzar grandes pactos de país en temas claves como la educación y que permitan darle continuidad a programas más allá del color político que esté en el Palau de la Generalitat.

“¿No será mejor Cataluña si pactamos entre todos un política sanitaria para los próximos 15 años? ¿O una educativa? Que cuando venga un nuevo Gobierno tenga una hoja de ruta compartida. ¿No fue así como en los años 80 y 90 Cataluña progresó, porque pactamos políticas de lengua, infraestructuras y sanidad, ampliamente compartidas y con el apoyo de 2/3 de esta Cámara?”, ha recordado Illa.

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, este jueves en el Parlament.
El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, este jueves en el Parlament.Gianluca Battista

La “brújula” del mandato, ha insistido Illa, serán los acuerdos de la investidura suscritos con ERC y los comunes y ha apuntado que los nombres elegidos para su Govern, algunos de filiaciones políticas más allá del espacio socialista, buscan asegurar el cumplimiento de esas promesas. Esas dos formaciones serán, ha insistido, los socios preferentes en la negociación de los Presupuestos de la Generalitat para 2025, si bien ha remarcado que no serán unas negociaciones exclusivas. Illa ha recordado que solo tiene 42 votos asegurados en el pleno, lejos de los 68 de la mayoría absoluta. “Sé que mi Gobierno se lo tendrá que ganar”, ha aceptado.

Illa ha puesto énfasis en dos temas a la hora de desgranar las prioridades del Ejecutivo. La seguridad ha sido de lejos el punto en el que más se ha detenido, coincidiendo con un momento en que la imagen de los Mossos d’Esquadra sigue estando tocada por la gestión del frustrado regreso del expresident Carles Puigdemont y con un repunte en la percepción de inseguridad. Sin embargo, la polémica sobre el alcance de la financiación singular que ha marcado el verano ha terminado por robarle el protagonismo. “El acuerdo se cumplirá, sé que costará, pero se cumplirá. El Govern que presido honora los acuerdos a los que llega”, ha insistido el president, que ha afirmado que trabajará para que Cataluña tenga los recursos que merece”. “Cataluña no quiere ser másque nadie, pero tampoco menos que nadie”, ha resumido. “No contribuiremos, no alimentaremos, y no haremos el juego a los que solo quieren ruido, que no cuenten con nosotros”, ha remachado

“De vacaciones antes que a trabajar”

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Tras la intervención del presidente de la Generalitat ha sido el turno del resto de formaciones parlamentarias. El primero en subir al atril ha sido el presidente de la bancada de Junts, Albert Batet , que con un tono punzante ha denunciado que el Gobierno de Illa ha empezado “tarde y mal” tras irse en agosto de vacaciones antes de intervenir en sede parlamentaria. “Empezó a ejercer [de president] y se fueron de vacaciones. La cultura del esfuerzo de trabajo de este país es que cuando a uno le dan su trabajo en agosto no se va de vacaciones, se va a trabajar”, ha insistido Batet, que ha asegurado que Illa fue a Lanzarote de vacaciones “a recibir instrucciones” de Pedro Sánchez [con quien coincidió].

Albert Batet escucha la intervención de Salvador Illa, este jueves en el Parlament.
Albert Batet escucha la intervención de Salvador Illa, este jueves en el Parlament. Gianluca Battista

Priorizar la Moncloa al Parlament demuestra el sucursalismo de su gobierno”, ha señalado Batet, tras asegurar que el actual Ejecutivo es un gobierno de “partido y no de país”. El presidente de la Generalitat, en su respuesta, ha criticado que Junts prefería estar preparando unas “elecciones”. “Querían bloquear el país, ¿y me habla de trabajo?”, le ha planteado. La primera intervención en el pleno de la formación independentista ha escenificado también la situación de interinidad en el liderazgo de la bancada: un gran lazo amarillo ocupaba el escaño del expresident Carles Puigdemont, que es un diputado raso. El reglamento de Parlament establece que la figura del jefe de la oposición, que implica prebendas económicas y da relevancia política, recae sobre el presidente del segundo grupo de la Cámara en número de escaños. Puigdemont dijo en la pasada campaña electoral que dejaría el Parlament si no ganaba -como ocurrió- pero Batet tampoco ha recibido el título, cuyo visto bueno ha de dar el presidente del legislativo.

El tono ha sido más constructivo desde las filas republicanas, aunque marcando distancias en temas como por ejemplo la ampliación del aeropuerto de El Prat. Marta Vilalta, portavoz de ERC, el partido que posibilitó la investidura del líder socialista, ha insistido en que el papel de su formación será “vigilar y exigir” el cumplimiento de un “buen acuerdo” de investidura: “Este gobierno tiene la fuerza para ejecutar los acuerdos pactados, ni más ni menos”, ha subrayado. Vilalta ha insistido en avanzar en cuatro ámbitos: la resolución del conflicto político, la soberanía fiscal, la defensa del catalán y las “políticas republicanas” iniciadas en la legislatura anterior con Pere Aragonès. Para ello ha reivindicado el papel de su formación en las prioridades del Ejecutivo de Illa. “Hay una consejería de Política Lingüística, que era una propuesta nuestra”, ha asegurado, antes de celebrar los acuerdos en la mejora de la financiación. “Hemos arrastrado al PSC a este consenso de país, y esperemos que Junts no escape o lo abandone solo porque no es protagonista”.

Tanto republicanos como los comunes sí han coincidido en criticar algunos de los nombramientos realizado por Illa. Vilalta cargó contra la designación y posterior renuncia de la pareja de Sílvia Paneque, la consejera de Territorio, como jefe de gabinete de ese mismo departamento la apuesta por la exalcaldesa de L’Hospitalet, Núria Marin, para ser delegada del Govern en Madrid y la acusó de “laxitud” ante algunos escándalos de corrupción denunciados en el Consell Esportiu de ese municipio. Illa le defendió recordando que la justicia archivó la investigación en su contra. La jefa de filas de los Comuns Sumar, Jéssica Albiach, ha puesto en duda que Miquel Sàmper, titular de Empresa, ponga los intereses de los trabajadores por encima de los de la patronal. Para los comunes, los Presupuestos de 2025 serán “la prueba de algodón” del nuevo Ejecutivo y ha pedido priorizar la regulación de los alquileres de temporada.

En su turno de intervención, Alejandro Fernández, líder del PP en la Cámara, ha afirmado que Illa “importa el sanchismo a Cataluña”, informa Pedro Pinos. El popular ha reprochado al nuevo presidente la adopción de todo el programa político de ERC, un acuerdo que cree “traerá a Cataluña más impuestos y no menos recursos”, ironizando así sobre la financiación singular. Illa, que había sido tildado de “españolista” previamente por Albert Batet y de “copiar la metodología del proceso separatista” por Fernández minutos después, ha respondido que se consideraba “catalanista”. Ignacio Garriga, líder de Vox, ha pedido acabar con las ayudas sociales y “poner de patitas en la calle a todos los que están en situación irregular en Cataluña”. Illa le ha contestado defendiendo que la acogida de inmigrantes no pone en riesgo ninguna identidad y le ha acusado de “aprovecharse de las angustias legítimas que tienen muchos ciudadanos”.

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