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Barcelona presume de calles y mobiliario libre de pintadas

El nuevo plan de limpieza alcanza un 30% más de superficie y mobiliario público y establece zonas prioritarias de acción periódica

Personal de limpieza limpia las pintadas y carteles de las inmediaciones del Museo Nacional de Arte de Cataluña (Barcelona).
Personal de limpieza limpia las pintadas y carteles de las inmediaciones del Museo Nacional de Arte de Cataluña (Barcelona).Quique Garcia (EFE)
Amparo Pérez

En total, 57.000 intervenciones, 36 equipos de efectivos y 138.000 metros cuadrados de espacio público libres de pintadas, manchas de pintura, carteles o pancartas. Un 30% más de superficie limpia y el 15% más de limpiezas son el balance de los seis primeros meses del nuevo plan de limpieza, al que el Ayuntamiento de Barcelona ha destinado 16 millones de euros (2024-2025), en el marco del Pla Endreça. “Aumentar los recursos ha permitido ampliar el área limpia y extender la limpieza a mobiliario urbano como bancos, jardines, fuentes, atriles informativos, barandillas, aparcamientos de bicicletas o placas con el nombre de las calles. El balance es muy positivo”, ha explicado este jueves la teniente de alcalde, Laia Bonet.

“Los vecinos llaman para limpiar las pinturas porque ven que sus peticiones se escuchan. El Pla Endreça está funcionado, en general y en la limpieza”, ha subrayado Bonet. Hace poco más de un año, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, lanzó esta fórmula para acabar con la inseguridad y la falta de higiene en la capital catalana, incluyendo la batalla con las pinturas callejeras, endémicas en el centro de la ciudad. El nuevo contrato de limpieza establece un área de zonas prioritarias (según el volumen de pintadas o su impacto público). Se trata de 360 calles de distintos barrios ―3,3 millones de metros cuadrados de superficie― que se higienizarán de forma intensiva y reiterada, cada cuatro meses.

Bonet celebra que, después de la primera ronda de limpieza, las calles se mantengan un 95% más limpias: en enero se eliminaron de Ciutat Vella 5.346 pinturas y en la segunda vuelta, en mayo, solo había 223 identificadas (el 4,2%). Lo mismo ocurre en el Eixample (solo el 4,1% de las que había en la primera limpieza), o en Sant Martí (2%).

El nuevo contrato incluye cuatro equipos especializados para limpiar las “fincas catalogadas” con material más eficaz (se ha pasado de limpiar de dos a entre tres y cuatro fachadas al día). Hasta junio, se había actuado en 225 edificios municipales y se espera que, en los próximos meses, la limpieza pueda alcanzar las 302 fincas. El nuevo plan de limpieza llega a los mercados municipales: de los 39 que hay en la ciudad, ya se ha intervenido en todos los de interés local―excepto en Vall d’Hebron por las obras― y en agosto seguirán por los de interés urbano y documental, excepto en La Boqueria y su entorno, donde se esperará a que disminuya la afluencia turística en los próximos meses. Los nuevos equipos también han actuado en 12 grandes infraestructuras como las barandas de la Gran vía, en Sant Martí, la pérgola del paseo de Colom, o los muros del Camí de La Foixarda.

El Ayuntamiento destaca la labor “complementaria” de la Guardia Urbana, que ha reforzado su presencia en el espacio público para esta rama del Pla Endreça. Desde enero, se han puesto 242 denuncias por pintadas en el espacio público, que han aumentado su importe de 300 a 500 euros, pudiendo alcanzar los 600 si se trata de un fachada patrimonial. “El contrato funciona y la ciudadanía responde”, ha puntualizado Bonet, al indicar que, desde el inicio del plan, también se han multiplicado en 2,5 las peticiones de limpieza de los vecinos: han pasado de las 1.554 en el primer semestre de 2023 a las a 4.038 en el mismo periodo de este año.

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Sobre la firma

Amparo Pérez
Es redactora en la delegación de Barcelona, donde suele escribir sobre cultura y tendencias. Trabajó en la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC). Graduada en Derecho y Derecho de la Unión Europea por el CEU San Pablo de Madrid, Máster en Derecho de la UE en la Carlos III, en Periodismo en EL PAÍS y titulada en doblaje y locución.
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