Cataluña activa el reloj electoral y ERC advierte a Illa de que su apoyo no está garantizado
El líder del PSC redobla su apuesta por un pacto de izquierdas, mientras Junts insiste en la candidatura de Puigdemont pese a no haber mayoría independentista. Si nadie es investido en dos meses, se repetirán los comicios
El Parlamento de Cataluña ha celebrado este miércoles un atípico pleno para poner en marcha la legislatura catalana en el que se ha visualizado que, de momento, ningún candidato tiene apoyos suficientes para convertirse en president de la Generalitat. El pleno ha servido, así, para activar la cuenta atrás de dos meses tras los cuales, si nadie ha sido investido, se convocarán nuevas elecciones. El debate ha dejado claro que el ganador de los comicios, el socialista Salvador Illa, está lejos de conseguir el apoyo de las izquierdas que reivindica, y que Junts también carece de apoyos para investir a Carles Puigdemont tras haberse evaporado la mayoría independentista en las elecciones del pasado 12 de mayo.
Josep Maria Jové, presidente del grupo de ERC, ha acusado a los socialistas y a Junts de “irresponsables” e “incompetentes” al no haber querido presentar por ahora candidatos a la investidura, y ha recordado que Pere Aragonès se sometió en 2021 por dos veces a un debate fallido. El republicano ha avisado de que nadie debe dar por seguro el apoyo de ERC ni por ser de “izquierdas” (en alusión al PSC) ni por ser “independentistas” (a Junts). Por su parte, Albert Batet, jefe de filas de Junts, ha insistido en las posibilidades de Puigdemont, pese a que la única opción de este para ser investido pasa por la abstención de los socialistas, algo que Illa y Pedro Sánchez rechazan de plano.
ERC afea tanto al PSC como a Junts la falta de apoyo que ha sufrido en los últimos tiempos el todavía president Aragonès. “Esos dos elementos [ser de izquierdas e independentista] no le han servido para que ustedes le dieran el respaldo”, ha lamentado Jové, procesado por malversación y pendiente de ser amnistiado. “Han ido a la contra. Si comparten modelo socio-económico, ¿por qué no gobiernan juntos?”, les ha espetado. Con ese discurso, ERC —que tiene la llave de la gobernabilidad— intenta sacudirse la presión de apoyar a Illa o a Puigdemont y centrar el foco en ellos, a los que ha acusado de falta de “valentía y coraje”. “Si quieren convencer a la militancia de ERC, ya saben nuestras condiciones: resolución del conflicto político con el ejercicio del derecho a la autodeterminación, financiación singular, que quiere decir soberanía fiscal, y reconocimiento de la realidad catalana, con políticas sociales avanzadas y el catalán”, ha ahondado.
Illa ha evitado replicar a ninguno de los portavoces y ha insistido en que trabajará para construir una mayoría de izquierdas con ERC y Comuns Sumar. “La única alternativa es un pacto progresista o bien repetición electoral. Espero que no haya bloqueo”, ha afirmado el socialista, prometiendo que tendrá un papel “activo” para ganarse el apoyo de esos dos partidos y reclamado tiempo para lograrlo. Batet ha seguido alimentando sin pestañear las posibilidades de Carles Puigdemont, pese a que, en el mejor de los casos, con ERC y la CUP Junts podría sumar 59 votos, lejos de los 68 de la mayoría absoluta que el PSC sí tendría, aunque por los pelos, con los republicanos y los comunes. “La aritmética lo hace posible, la realidad es la que es y no la deslegitimen”, ha dicho el portavoz de Junts. “Jaume Collboni y Pedro Sánchez tampoco ganaron las elecciones y este último fue presidente por los votos indispensables del Junts. ¿O eso solo sirve cuando se trata del PSC?” se ha preguntado.
La sesión ha evidenciado que el PP no repetirá en el Parlament una operación como la del Ayuntamiento de Barcelona para designar a un socialista. Alejandro Fernández, líder de los populares, ha lamentado que en la sesión del pasado 10 de junio se constituyera una Mesa con mayoría independentista y ha recalcado que votar al PSC “no sirve para nada”. “El día 10 siguió alimentando el procés y nos han aplicado el cordón sanitario”, ha dicho, culpando a los socialistas de que el PP se quedara fuera de ese órgano. “No vamos a engañar a nadie: solo investiríamos a quien se comprometa a acabar el procés aquí y allí [en Madrid]. No nos vamos a rendir. Si no nos rendimos con tres diputados, mucho menos lo haremos con 15″, ha rematado.
Jéssica Albiach, portavoz de Comuns, ha señalado que los números “no mienten”. “Solo hay dos opciones: o un Govern de izquierdas o elecciones. No se debe generar falsas expectativas ni engañar a la ciudadanía. Los números son los que son”, ha subrayado, en clara alusión a Junts. La diputada ha fijado su principal reivindicación en las políticas de vivienda —no ha mencionado el macrocasino Hard Rock, que desencadenó el adelanto electoral—, insinuando que será uno de los elementos que exigirán en la negociación. “El próximo Govern debe regular los alquileres de temporada. Hay una desafección galopante. No va de pasar el rodillo, de tacticismo o de cheques en blanco. Es usted el que aspira a ser president”, le ha dicho a Illa. “Son ustedes los que más deben esforzarse, moverse y ser proactivos”.
El debate ha arrancado con la intervención de Sílvia Orriols, líder de Aliança Catalana, el partido de la extrema derecha independentista, que se ha estrenado en el hemiciclo. La diputada ultra ha sido recibida por parte de la bancada secesionista y de los comunes con fotografías de Aurora Picornell, la militante comunista asesinada durante la Guerra Civil y cuya imagen arrancó el presidente del Parlamento de Baleares, Gabriel de Senne, de Vox, durante un pleno. Orriols ha convertido su discurso de dos minutos en un furioso mitin contra los migrantes. Y ha remarcado: “Pese a las censuras y difamaciones, ya estamos aquí. No estamos aquí para investir a candidatos españolistas y autonomistas”. Rull le ha avisado de que la Mesa será implacable contra los discursos de odio igual que ha hecho con Vox.
En sus antípodas ideológicas, Laia Estrada, portavoz de la CUP, ha afirmado que bajo ningún concepto facilitarán el regreso al poder de la sociovergencia [pacto entre socialistas y Junts], ha defendido la justicia social y ha lamentado el desencanto y la frustración del independentismo. “Nos sentimos corresponsables”, ha dicho.
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