La Generalitat se dispone a flexibilizar las restricciones por sequía a las puertas del 12M
El consejero de Acción Climática, David Mascort, aseguró que si los embalses alcanzan 165 hectómetros cúbicos “valorarán” salir de la emergencia
A escasos días de las elecciones autonómicas del 12M, el Govern abrió ayer la posibilidad de flexibilizar la semana que viene la fase de emergencia por sequía en la que más del 80% de la población está inmersa desde febrero. Las lluvias no solo están empapando toda Cataluña y sus bosques, sino que están recargando con miles de litros de agua los acuíferos y embalses de los que dependen 239 municipios del área metropolitana de Barcelona y Girona, donde acatan las restricciones más duras. El consejero de Acción Climática, David Mascort, dejó claro que, si estos pantanos alcanzan los 165 hectómetros cúbicos de capacidad, “valorarán” la salida de la fase más grave del Plan Especial de Sequía (PES). Ayer por la tarde tenían 156 hectómetros cúbicos (por encima del 22%), según los datos en tiempo real de la Agencia Catalana del Agua (ACA).
La previsión es que haya en los próximos días mucha más agua en los pantanos porque aún no se han recogido todos los litros caídos del cielo en las cabeceras de los ríos, además del deshielo de los Pirineos. “En el pantano de Sau (Barcelona) estaban entrando esta mañana (ayer) 37 metros cúbicos por segundo. Eso es muchísimo. Y seguirán llenándose con las lluvias de este fin de semana”, explicaba el conseller en una visita a la sierra de Collserola (Barcelona). Será después del Consejo Interdepartamental de la Sequía, que se celebra el próximo martes, cuando la Generalitat tome la decisión de dejar atrás las restricciones más duras por sequía. “Veremos en qué punto están los embalses y si podremos salir. El PES recomienda abandonar la emergencia si los embalses están en 165 hectómetros cúbicos, pero tenemos que evaluar muchas circunstancias”, detalló Mascort, que no cerró la puerta a declarar el estado de preemergencia en lugar de la excepcionalidad, como marca la normativa catalana antisequía.
Son cuatro meses en los que más de seis millones de habitantes no han podido superar los 200 litros de agua en el consumo doméstico. En el Alt Empordà, los 180 litros al decretar la Emergencia II. Y el sector agrícola e industrial también han tenido restringido el acceso a los recursos hídricos un 50% y un 25%, respectivamente. Sin embargo, antes de decretar la salida de la fase más grave por sequía, la Generalitat, que preside Pere Aragonès, estudiará los posibles escenarios que se pueden dar en el verano, la época del año donde el consumo se multiplica por los episodios de altas temperaturas o el inicio de la campaña de riego. Si con la producción alternativa de agua con las desaladoras y regeneradoras se pueden mantener las reservas de los embalses y garantizar los diferentes usos, Cataluña flexibilizará las restricciones. “Lo que no haremos seguro es salir de la emergencia para que en junio tengamos que volver. Eso no tendría sentido”, afirmó Mascort.
De hecho, de las 18 unidades hidrológicas de las cuencas internas, que seguirán regándose con las lluvias previstas de esta semana, la Cabecera del Llobregat ya ha salido de la fase de excepcionalidad. Los 23 municipios que se nutren de este sistema decretaron ayer el nivel de alerta, que conlleva medidas más livianas a las activadas en ciudades dependientes del sistema Ter-Llobregat. Los habitantes de estas poblaciones dependientes de la Cabecera del Llobregat no podrán superar los 250 litros de agua de uso doméstico por día, el sector agrícola reducirá su uso al 25% y, el industrial, al 10%, entre otras restricciones. El sistema Ter-Llobregat, del que se abastecen 202 municipios como Barcelona y Girona, que se encuentran en fase de Emergencia I, estaban ayer por encima del 23% de su capacidad (144 hectómetros cúbicos). Por las mismas fechas del año pasado, las reservas se situaban al 25%. La unidad más critica, el pantano de Darnius Boadella (Alt Empordà), continúa en Emergencia II, aunque las reservas subieron ayer al 15% (nueve hectómetros cúbicos) gracias a las lluvias.
Vigilancia del gasto del turismo
Mascort también habló de la apuesta de los alcaldes por no limitar el gasto de agua en los hoteles de las ciudades más pobladas en situación de Emergencia I, como Barcelona y Girona. Según el conseller, los municipios tienen “plena autonomía” para determinar en qué destinan los recursos hídricos. “Mientras no superen la dotación, no hay problema”, dijo Mascort, quien recalcó que superar el consumo puede acarrear multas a los ayuntamientos que oscilan entre los 10.000 euros por una infracción leve; hasta los 50.000 euros por una grave y, hasta los 150.000 euros, en el peor de los casos.
El Ejecutivo catalán aprobó en abril un decreto para imponer nuevos topes de gasto a los establecimientos hoteleros, que varían según la situación activada del PES, y otorgar a los ayuntamientos la capacidad de imponer expedientes sancionadores a los establecimientos hoteleros en caso de superar los 115 litros en Excepcionalidad; los 100 en Emergencia I; los 90 en Emergencia II y los 80 en Emergencia III. Según informó ayer Rac 1, pese a estas previsiones, los alcaldes de los principales municipios catalanes -incluido el de Girona, de la CUP- han apostado por ahora por no racionar el agua a los hoteles.
Campaña de prevención de incendios
El consejero de Acción Climática, David Mascort, explicó en su visita al parque de Collserola, donde han comenzado las tareas del plan de prevención de incendios con una limpieza de 255 hectáreas, que la mayor parte de las lluvias "han servido para regar los bosques, pero necesitamos todavía más agua”.
Mascort hizo hincapié en la necesidad de trabajar "con planificación" para proteger los bosques, que están en una situación "muy complicada por la sequía".El plan de prevención de incendios comenzó hace dos años y medio y tiene un valor de 72 millones de euros. En el parque de Collserola, se identificaron todos los puntos estratégicos para que, en caso de fuego, los bomberos tengan un lugar donde extinguirlo. Además, cada año se harán tareas de mantenimiento que consistirán en la selección de árboles para talar, la poda de muchos de los que queden y la limpieza de variedades inflamables.
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