Marta Pascal, exportavoz de Convergència, sobre la trama del 3%: “La gestión de las finanzas no fue correcta”

Marta Pascal, última portavoz de Convergència antes de la desaparición formal del histórico partido nacionalista catalán, ha admitido este viernes que “la gestión interna y de finanzas en Convergència no se hizo de manera correcta”. Preguntada sobre las sombras de corrupción que pesan sobre el partido, asociadas a comisiones ilegales del 3%, Pascal se ha desmarcado de ninguna negligencia contable, pero ha señalado que “hay que preguntárselo a los que estaban en aquel momento”. En una entrevista en Aquí Catalunya de la Ser, Pascal ha alegado que los desbarajustes en los métodos de financiación “no es una cosa que le pasara solo a Convergència” y ha reclamado que se resuelva de forma legal la cuestión de las donaciones a los partidos. “Si las donaciones están bien explicadas, qué problema hay?”, ha concluido. El caso 3% supuso la quiebra total de la marca Convergència, tras propiciar una investigación judicial sobre el amaño de concursos públicos y una “estructura multicanal” de pequeñas donaciones y pagos a terceros para obtener fondos para el partido.

La corrupción contable erosionó mortalmente a Convergència, tras 30 años de gobierno en Cataluña. En el caso Palau el Tribunal Supremo hizo firme el fallo que daba por probado que CDC cobró 6,6 millones de euros en comisiones ilegales de Ferrovial a cambio de adjudicarle obras públicas de la Generalitat. El dinero había llegado al partido durante años a través del Palau de la Música catalana, y sus dos principales gestores, Félix Millet y Jordi Montul, fueron condenados a penas de prisión de hasta nueve años. Las pesquisas del caso 3% se alargan en el tiempo. El pasado octubre, la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ordenó la reapertura de la investigación sobre las supuestas donaciones irregulares entregadas por altos cargos de la extinta CDC (Convergència Democràtica de Catalunya) al propio partido en forma de pitufeo —una técnica de blanqueo que consiste en ingresar en una cuenta corriente pequeños importes de dinero para no llamar la atención de los organismos―.

Desde que se enfrentó directamente a Carles Puigdemont por la dirección política del espacio convergente, Pascal fue perdiendo visibilidad política y ahora vive dedicada a dar clases en la Universitat Pompeu Fabra (UPF). “Fue un error cerrar Convergència”, ha defendido. Cabeza visible del sector pragmático del catalanismo, Pascal trató de capitalizar el legado de Convergència en el PDeCAT, pero el partido quedó marginado cuando Puigdemont apostó por rentabilizar electoralmente el bullicio que generó el procés y creó Junts per Catalunya. “Todas las reconstrucciones posteriores de Convergència han chocado con un contexto muy polarizado”, opina Pascal. Señala que “el votante del centro derecha catalanista pragmático” se ha quedado “huérfano” y subraya que “tanto Esquerra como el PSC están constantemente a la búsqueda del votante convergente”.

Pese a no mantener ningún vínculo con Junts, Pascal valora como un desacierto el rechazo de la formación independentista al proyecto de ley de amnistía: “El riesgo que asume Junts diciendo no a esta ley, solo con la excusa de querer negociar más, es demasiado alto”, y dice tener la expectativas de que los próximos días den lugar a un nuevo volantazo estratégico de la formación. “Espero que recapaciten y que haya un acuerdo, porque la amnistía es fundamental”.

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