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Las ‘macroposiciones’ en Cataluña se desarrollan sin incidencias tras el caos de abril

Casi 40.000 interinos optan a 15.000 plazas de funcionario. Las pruebas incluían la repetición los caóticos exámenes para función pública de hace dos meses y para estabilización de maestros

Clara Blanchar
Oposiciones Funcionario Interinos
Una de las aulas donde este sábado se repiten las oposiciones de interinos que optan a plazas de funcionario de la Generalitat, en la facultad de Economía.Albert Garcia

“Proceso impecable y sin incidencias significativas”, en palabras de la consejera de la Presidencia de la Generalitat, Laura Vilagrà. Dos meses después del caos en las oposiciones en las que 13.600 interinos estaban convocados a las pruebas para optar a 1.800 plazas de funcionarios, este sábado se ha celebrado la primera jornada de repetición de los exámenes con un despliegue de medios inaudito. Nada podía salir mal después del fiasco en unas oposiciones cuya organización fue subcontratada en la empresa Cegos y que se desarrollaron con retrasos de hasta siete horas, exámenes que no llegaron, móviles encendidos en las aulas o sin garantizar el anonimato de las pruebas. Incidencias que llevaron al Govern a rescindir el contrato y repetir las pruebas este sábado y el próximo. En la primera jornada, han sido 3.400 los aspirantes que han repetido exámenes en Barcelona, Tarragona, Lleida y Girona, sin incidentes, puntualidad, códigos de barras que garantizan el anonimato, y con los objetos personales de los aspirantes en bolsas de basura y debajo de los asientos. En paralelo, en escuelas e institutos de varias ciudades se han realizado las pruebas de estabilización de personal docente, a las que se presentaban 37.000 interinos y que también han transcurrido sin incidencias graves y algunas quejas por calor en las aulas. Las pruebas de los docentes tampoco están exentas de controversia, porque se han acabado solapando el proceso de internalización por oposiciones con un concurso de méritos. En total, entre función pública y docentes este sábado casi 40.000 aspirantes han optado a casi 15.000 plazas.

Para evitar que se repitiera el caos del sábado 29 de abril (la administración recibió más de 4.000 incidencias de los aspirantes) el Govern ha echado el resto en estas pruebas. Banderines indicadores en las puertas de las facultades, Mossos d’Esquadra custodiando los exámenes, personal debidamente identificado con brazaletes indicando la ubicación de las aulas... Y las dos consejeras implicadas, de Presidencia, Laura Vilagrà, y Educación, Anna Simó, y sus respectivos equipos, supervisando el dispositivo desde el distrito administrativo, el cuartel general de la administración catalana. “Se ha hecho un sobreesfuerzo para que todo saliera bien”, ha señalado Vilagrà. Las dos consejeras han señalado el esfuerzo de la Generalitat por reducir la temporalidad entre los empleados de la administración, que en 2021 era del 35% (59.000 personas) y la Unión Europea forzó a reducir a un 8%.

Para evitar el caos de las oposiciones del 29 de abril, este sábado los aspirantes a funcionario de la Generalitat han sido obligados a depositar sus pertenencias en una bolsa de basura y bajo su asiento.
Para evitar el caos de las oposiciones del 29 de abril, este sábado los aspirantes a funcionario de la Generalitat han sido obligados a depositar sus pertenencias en una bolsa de basura y bajo su asiento.Albert Garcia

En las facultades, las puertas de las pruebas de la Función Pública han abierto a las 8:45 horas, nada que ver con la caótica jornada de abril. El Gobierno catalán, deberá indemnizar con 90 euros a los aspirantes de entonces. Solo el coste de las compensaciones sube a 1,2 millones de euros y la logística de las dos jornadas de repetición de pruebas, a 900.000 euros. El fiasco se saldó con la destitución de la directora general de Función Pública, Marta Martorell y la rescisión del contrato a Cegos, a quien el ejecutivo anunció que no pagaría.

Incidencias puntuales en las pruebas de los maestros

En las pruebas para convertir en funcionarios a los maestros interinos, el sindicato Ustec ha informado de que los exámenes se han realizado con normalidad, con una única incidencia que afecta a las personas disléxicas: “Hemos recibido quejas de personas disléxicas porque los tribunales han desestimado las pruebas con más tiempo que se les prometió”, ha explicado Iolanda Segura, portavoz del sindicato. Desde UGT, Jesús Martín ha reportado también el caso de una opositora que fue sometida a una cesárea el lunes y ha sido obligada a hacer las pruebas este sábado; y el caso de personas a las que se comunicó que eran funcionarios por concurso de méritos el jueves y han tenido que presentarse a las pruebas porque nadie les confirmaba si estaban exentos. También centros de examen ubicados al lado de instalaciones deportivas que celebraban fiestas, como en el caso del barrio de Llefià de Badalona. Y en el instituto Príncep de Viana de Barcelona, que era el tribunal 1, donde se sorteaban los temas, la falta de 20 etiquetas identificativas para los 140 opositores, ha provocado un retraso de 50 minutos durante el que los aspirantes han podido charlar o levantarse para ir al baño. “Después de un año estudiando, me ha desconcentrado un montón, había menos vigilancia que en un examen de selectividad”, se queja un aspirante. De los exámenes de la función pública, los aspirantes han comenzado a salir a mediodía, aplaudiendo la organización, impecable, pero asegurando que los exámenes han sido un poco más “difíciles, o con la preguntas planteadas de forma distinta”, aseguraba Marc, aspirante a administrativo, a la salida.

El foco ha estado en las pruebas de repetición, una situación insólita que ha llevado incluso a “muchas personas” a coger la baja laboral por angustia, ha explicado la secretaria general del sindicato IAC-CATAC, Assumpta Barbens, a las puertas de la Facultad de Economía de la Universidad de Barcelona. “El 29 de abril, a esta hora todavía había aspirantes que no habían podido entrar en las aulas”, lamentaba a las 10.30 horas. “La gente ha entrado de forma ordenada, tranquila, en aulas con un 50% de ocupación, con espacio entre aspirantes y los móviles guardados”, reportaba.

Los grupos de la función pública que se han examinado este sábado son Agentes Rurales, personal de Justicia (letrados o personal de centros penitenciarios o de justicia juvenil) y los llamados “laborales transversales” que ocupan plazas tan disparares como las de telefonista, recepcionista, fisioterapeuta o personal de refuerzo en centros de Formación Profesional. A las 8.30 en la puerta de la facultad de Economía esperaba nervioso Robert. Se presenta para ser recepcionista y lamentaba que, en abril, hizo las pruebas sin incidentes y le fueron “muy bien”. Ahora se la juega de nuevo y “más nervioso”. O Alex, opta a Agente Rural y celebra haber tenido “tiempo para estudiar más”. Carla busca pasar a funcionaria en su puesto de subalterna y, a su lado, Eva aspira a ser fija en su empleo de técnica de gestión en un instituto de Formación Profesional.

El día 4 de mayo, cinco días de la bochornosa jornada, Cegos dio su versión de los hechos, que se resume en que la Generalitat no cumplió con sus compromisos. En un relato de tres folios, la empresa, que en otras ocasiones ha organizado pruebas para Correos o los Médicos Internos Residentes, aseguró que trabajó sin “disponer de la información en tiempo y forma”. La empresa recordó que sus tareas eran imprimir, distribuir, vigilar y corregir los exámenes. Pero que los espacios, el reparto de candidatos y la elaboración del material eran responsabilidad del Govern. La empresa acusó a la Generalitat de no proporcionar suficientes aulas, no entregar a tiempo los exámenes (la empresa asegura que, a siete días de las pruebas —el plazo fijado para tener los exámenes— faltaban por entregar 184 de los 656 modelos de examen que se usarían en las 73 convocatorias, y que el mismo viernes faltaban 16); y no recibir el listado definitivo de los aspirantes con asignación por aulas hasta el mismo día de las pruebas.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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